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Las valoraciones de dependencia se reactivan con menos personal

Las valoraciones de dependencia se reactivan con menos personal

Tras casi 12 semanas paralizadas, se retoman las visitas domiciliarias con un nuevo protocolo de actuación marcado por el coronavirus. Mascarillas y pantallas faciales formarán parte de la «nueva normalidad» del servicio. La plantilla se ve lastrada por la imposibilidad de conciliar

Luisa del Rosario González Las Palmas de Gran canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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La pandemia provocada por el coronavirus ha dejado a cero desde el pasado 16 de marzo las nuevas altas en el sistema de dependencia ante la imposibilidad de realizar visitas a domicilio. Tras 12 semanas paralizadas, el servicio se reanuda hoy en La Gomera, y a partir de ahí en el resto de las islas, pero con una plantilla menor de la que se encontró el equipo de Derechos Sociales a su llegada y lastrada por los problemas de conciliación.

La dirección general, que dirige Miguel Montero, publicó ayer el protocolo que se seguirá para estas visitas domiciliarias, paso previo para que una persona pueda entrar en el sistema de dependencia y haga efectivos sus derechos. Se trata de una normativa en la que han trabajado varias semanas y que trata de dar seguridad tanto a la plantilla como a las familias, explicó ayer Montero, que recordó que al comienzo de la pandemia en muchas viviendas se negaban a dejar entrar a las valoradoras en sus casas. A partir de ahora, tendrán que utilizar mascarillas y pantallas faciales, además de guantes cuando lo consideren oportuno. Las familias también tendrán que utilizar mascarilla y antes de la visita se les pide que ventilen la vivienda y dispongan de una zona higienizada para que la valoradora pueda sentarse para introducir en el ordenador los datos.

Estas visitas, como se explica en la normativa, tienen la peculiaridad de que obligan a las persona que valora a recorrer todas las estancias de la vivienda en la que reside la persona que solicita la dependencia, que debe estar en el domicilio y, habitualmente, acompañada no solo de una persona cuidadora sino de algún familiar. Y, en el 53% de los casos, la persona a la que se va a valorar tiene más de 80 años. Su edad y la posibilidad de que tenga patologías previas la sitúan en el colectivo vulnerable al covid-19.

Test preventivos. Ya se le ha realizado el test de covid-19 a la plantilla, pero el protocolo incluye la posibilidad de volver a hacer pruebas. « La medida preventiva de la realización sistemática y periódica de test diagnósticos al personal que realiza las visitas domiciliarias quedará supeditada a la idoneidad de dicha intervención conforme a la evidencia científica disponible en cada momento de la pandemia», señala.

El problema ahora surge por no poder contar con toda la plantilla. En estos momentos, dijo Montero, se cuenta con 44 valoradores y valoradoras, aunque cuando llegó en septiembre, reconoce, contaba con 50. Además, no puede contar con toda la plantilla el 100% del tiempo, explicó. «Hay personal muy comprometido», dijo Montero, pero el hecho de que la mayoría de la plantilla sean mujeres –sobre las que recae tradicionalmente el cuidado de los hijos– y que no abran los colegios, hace que muchas de ellas no puedan trabajar presencialmente todo el tiempo. De ahí, añadió, que algunas en lugar de hacer tres valoraciones diarias solo puedan hacer una. «La situación actual es compleja. No podemos pedir al personal valorador que haga más horas», afirmó.

Ayer también se volvió a abrir al púbico el registro. Lo que aún no se han puesto en marcha es el servicio de valoración de la discapacidad, que se realiza en el mismo edificio que alberga los registros tanto en Gran Canaria como en Tenerife. Para este servicio, adelantó Montero, también se proponen algunos cambios como el de ordenar las visitas por tramos de edad, pero aún no está decidido.

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