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Cuidados de la rosácea en invierno

Cuidados de la rosácea en invierno

En invierno son frecuentes los brotes de rosácea, por lo que los pacientes deben evitar exponerse a los desencadenantes más frecuentes, algunos muy propios de la Navidad como las comidas y bebidas calientes, el alcohol o los cambios de temperatura bruscos, explica el doctor Néstor Santana, especialista en Dermatología del Hospital Perpetuo Socorro.

Canarias7 Saludable / Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 15 de julio 2020, 16:58

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La llegada del frío y los excesos propios de las navidades constituyen un tándem de riesgo para la salud cutánea. Un peligro especialmente grave para las personas que se encuentran afectadas por patologías de la piel como la rosácea, una enfermedad inflamatoria producida por una alteración en vascularización cutánea.

La rosácea es una enfermedad que afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque es más frecuente en mujeres de piel clara y suele presentarse en brotes, especialmente en invierno. El cantante Dani Martín y la presentadora Paula Vázquez son dos personajes que han hecho público que padecen esta patología.

Los pacientes con rosácea tienen un umbral de inflamación en la piel disminuido presentando una piel hiperreactiva que se enrojece en situaciones por las que normalmente esta no lo haría. Afecta sobre todo a la piel facial, especialmente en las mejillas, la frente, la nariz, la barbilla y también en los párpados. Inicialmente debuta con un enrojecimiento de la piel, porque los capilares superficiales se dilatan con más facilidad de la normal e incluso, si los brotes son frecuentes, pueden quedar dilatados de forma permanente en forma de arañas vasculares.

Picores

En estadios más avanzados pueden aparecer pústulas y sensación de picor o ardor. En los casos más severos se forman las llamadas fimas, alteraciones que popularmente se relacionan con exposiciones crónicas al alcohol y la exposición solar, dando unos engrosamientos y contornos irregulares de la superficie de la piel que puede afectar la piel de la nariz, lo que se conoce como rinofima, de la frente, denominado frontofima, de los pómulos (zigofima), del mentón (mentofima), de las orejas (otofima) y párpados.

En invierno son frecuentes los brotes de rosácea, por lo que los pacientes con dicha enfermedad deberán extremar las medidas para evitar exponerse a los desencadenantes más frecuentes como son las comidas y bebidas calientes, las comidas picantes, el alcohol, temperaturas extremas o cambios de temperatura bruscos, situaciones de estrés, ejercicio intenso, baños calientes o saunas, el uso de corticoides tópicos o fármacos que dilaten los vasos, incluyendo algunos medicamentos para la hipertensión, explica el doctor Néstor Santana, especialista en Dermatología de Hospital Perpetuo Socorro.

«La piel con rosácea es una piel desagradecida, el paciente se esfuerza en cuidarla e hidratarla frecuentemente, lo que si le hace con los cosméticos equivocados podría incluso provocar un empeoramiento. Esta es la razón por la que los pacientes con rosácea deberían de minimizar el uso de cosméticos, incluso los pensados para aplicar sobre pieles sensibles ya que hasta estos productos podrían desencadenar un nuevo brote de rosácea. Por otra parte, los cosméticos son parte habitual del cuidado diario de la piel, ejercen un papel importante en este ámbito. Los avances científicos en este campo nos aportan soluciones a través de productos diseñados específicamente para pacientes con pieles hiperreativas que contribuyen en la regulación dermoepidérmica, por lo que es capital identificar el producto mejor tolerado por cada piel», detalla el dermatólogo.

Brotes sin cura

Para lograr el buen control de la rosácea es importante que el paciente esté informado y evite los desencadenantes conocidos más habituales de su enfermedad, ya que se trata de una enfermedad crónica que cursa en brotes pero que a día de hoy todavía no tiene cura conocida.

Su tratamiento debe de ser individualizado en función del tipo de rosácea que padezca el paciente, ya que se clasifica en distintas tipologías: cuperosis simples, acné rosácea o fimas. Aunque muchos tienden a banalizar la enfermedad para otras muchas personas supone un motivo de estrés más (lo cual empeora la propia enfermedad) ya que históricamente la rosácea en la nariz se ha asociado con la ingesta habitual de alcohol (uno de sus desencadenantes más habituales). Por ello es importante evitar en lo posible ambos elementos que provocan que muchos pacientes con rosácea vean que su estado empeora durante estas fechas.

Medicación

En cualquier caso, combatiendo en los desencadenantes más habituales y con la ayuda del dermatólogo se podrá elegir entre todo el arsenal terapéutico del que se dispone en la actualidad empezando con crema o geles y pudiendo aumentar la potencia del mismo con medicación oral, relata el doctor Santana.

En el caso de que sea insuficiente se puede incluso combinar con el uso de luz pulsada o láseres como el Neodimio YAG de pulso largo o el PDL para cerrar los vasos que hayan podido dañarse con brotes frecuentes anteriores.

«Muchas veces se requiere algo de tiempo para que la piel recupere su equilibrio y deje de estar roja. Esto se puede lograr combinando los diferentes tratamientos sabiamente pero el paciente deberá recordar que dejar de tener lesiones visibles no querrá decir que se haya curado de la rosácea, sino que deberá seguir trabajando en equipo con su dermatólogo de confianza en un mantenimiento para evitar nuevos brotes», concluye el especialista en Dermatología de Hospital Perpetuo Socorro.

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