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Las Palmas de Gran Canaria
Domingo, 14 de agosto 2022, 08:15
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Saber las necesidades de nuestra piel es esencial para protegerla. Como las características dermatológicas son particulares de cada individuo, el tratamiento personalizado es la recomendación que un especialista con años de experiencia, como el Dr. Néstor Santana, dermatólogo de HPS, aporta para prevenir los cada vez más frecuentes problemas derivados del exceso de exposición de la piel al sol.
La aparición de manchas, el envejecimiento de la piel y enfermedades como el melanoma (uno de los tipos más graves de cáncer de piel), han hecho que durante años los dermatólogos nos advirtieran de tener precaución al exceso de exposición al sol. Sin embargo, el astro rey cumple con funciones importantes para nuestro organismo, por lo que mantener una «relación saludable» con los rayos solares aporta importantes beneficios. El doctor Néstor Santana, dermatólogo en HPS, lo tiene claro: esa relación saludable implica conocer muy bien cómo es nuestra piel para elegir cómo protegerla porque, en definitiva, «es nuestra barrera con el exterior y está sometida a constantes agresiones».
El especialista de HPS reconoce que, por ejemplo, la vitamina D es importante para el metabolismo del calcio e incluso para prevenir otros tipos de cáncer, por lo que excluir la exposición al sol, es un error. Eso sí, si queremos disfrutar al aire libre, es necesario una recomendación ya archiconocida: proteger la piel.
Es habitual encontrarnos con informaciones donde se confía a un producto u otro como el mejor tratamiento de prevención de la piel. Pero, «el método más apropiado es la protección personalizada», destaca el doctor Santana, quien añade que «detrás de recomendaciones generales puede haber una serie de intereses comerciales para promover el consumo de cremas, por lo que la gente termina cayendo en eso».
Para el médico canario, «lo más importante es que el dermatólogo recomiende qué debemos aplicarnos» en función de las necesidades de la piel de cada paciente. Es decir, «tratamientos individualizados», porque cada una tiene características propias. Por ejemplo, hay fotoprotectores para piel seca, con maquillaje, brumas, pulverizadores o las tradicionales cremas. Así, ante las diferencias de tipos de piel, «no debemos usar el mismo fotoprotector para toda la familia, cada miembro tendría que aplicarse su propio tratamiento contra el sol».
Asimismo, es un deber primordial proteger la piel de los niños. «Es en la edad temprana cuando nuestra piel acumula más daños por el sol», por lo que los pequeños han de estar más prevenidos con la máxima protección. Incluso, los bebés con menos de seis meses no deben exponerse a la radiación.
Otra de las dudas que aclara el doctor de HPS está relacionada con la caducidad de los tratamientos que compramos habitualmente en verano para protegernos: Lo más recomendable es «renovar anualmente» los productos que usemos para protegernos de los rayos. Y es que, estos tratamientos pueden perder la eficacia de los filtros químicos que contienen.
Como recomendaciones generales para cuidar nuestra piel, el especialista del hospital canario llama a usar jabones suaves para que la piel, que es el mayor órgano de nuestro cuerpo por superficie y peso, no pierda su capacidad de protección natural. A la hora de ducharnos deberíamos evitar hacerlo con agua demasiado caliente para conservar, del mismo modo, el manto lipídico. Mientras, si usamos crema de día, aconseja que este producto tenga fotoprotección, aplicarla de manera diaria y no mezclarla con otros tipos de crema.
Todos estos consejos tienen como foco prevenir el cáncer más frecuente, el de piel, que, sin duda, es lo que más preocupa a los especialistas. También a la sociedad en general porque «la gente cada vez está más concienciada». Sin embargo, hoy las consultas están llenas de pacientes, de 50 y 60 años, que vivieron su infancia en una época en la que se estimulaba a tomar el sol sin protección. «Nunca hemos operado tantos casos por cáncer de piel como ahora», relata el dermatólogo de HPS, quien recuerda que no hay que bajar la guardia porque, debido a los avances, nuestra esperanza de vida ha aumentado, seguimos exponiéndonos al sol «y las posibilidades de desarrollo de cáncer de piel son altísimas».
Acudir a la consulta de dermatología es fundamental para prevenir, sobre todo si notamos algún cambio en nuestro cuerpo como manchas o cambios de tamaño de lunares, por ejemplo. A esto añade el doctor Santana que hay partes del cuerpo más vulnerables, las que están más expuestas al sol: manos, cara, escote… «son zonas que tienen que estar protegidas de una manera especial porque es ahí donde más casos de cáncer aparecen.
Utilizar sombreros o gorras, así como gafas de sol también ha de ser imprescindible para evitar quemaduras tanto al hacer deporte, vida en la playa o trabajos al aire libre donde estamos muy expuestos a la radiación. «Influye todo: el color de la ropa, los tejidos e incluso si la ropa está mojada o seca». En el caso de las prendas, las siglas UPF (Ultraviolet Protection Factor) son una calificación que indica la cantidad de radiación que bloquea una prenda. La máxima es UPF 50+ y evita la filtración de más del 98% de los rayos UVA y UVB.
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