Risas sobre dos ruedas para olvidar el cáncer

Gabriel no para. Salta y corretea de aquí para allá. El niño de cuatro años está emocionado con la posibilidad de darse su tercera vuelta en moto y volar por la terraza del hospital Materno Infantil. Además, hoy le han dado el alta tras terminar la segunda fase de su tratamiento oncohematológico.

Está feliz, igual que el resto de la quincena de niños y niñas con cáncer que probaron las dos ruedas este martes en la actividad de 'mototerapia' organizada por la asociación de motoristas Lleides en colaboración con la Fundación Canaria Alejandro Da Silva.

El piloto de motocross freestyle Antonio Navas fue el encargado de sacar sonrisas a los pequeños que se montaron en su moto. Al principio subían con miedo y, después de arrancar, muchos se animaban a levantar sus brazos para sentir la velocidad en la cubierta de la tercera planta del centro hospitalario.

Allí, Navas los paseó a toda pastilla sorteando pérgolas y juegos infantiles. «La idea es que sientan la adrenalina y la velocidad. La verdad es que les va bien para coger positividad», explica el veterano piloto y fundador de la asociación Lleides.

A algunos les cuesta un tiempo animarse a montar, pero luego todos quieren repetir. Eso le pasó a Marta, de cuatro años, dispuesta a volver a montarse tras vencer su miedo inicial.

La consejera canaria de Sanidad, Esther Monzón, acudió al hospital para ser testigo y contagiarse de la alegría de los pequeños pacientes. «Es una actividad que cubre dos cosas; la humanización de la atención sanitaria y, por supuesto, no podemos olvidar que los estudios realizados en los últimos años ponen de manifiesto que esa alegría, esa felicidad, ese estado de ánimo saludable, es positivo pues ayuda a mejorar el pronóstico de patologías como las de oncología infantil», apuntó Monzón.

Por su parte, la presidenta de la Fundación Alejandro Da Silva contra la leucemia, Ana Elena Ojeda, indicó que la entidad procura ofrecer actividades en el hospital para darle vida. «Cualquier actividad que se salga un poco de esa rutina que los niños viven en el hospital, los llena de alegría y de emoción», resaltó la trabajadora social de la Fundación sobre las actividades que desarrollan para amenizar la estancia de los 240 niños que mensualmente pasan por la planta de Oncohematología del hospital.

Por lo pronto, este martes los niños y niñas con cáncer han probado la velocidad. «No quieren que se vaya el motorista, lo que pasa es que tendremos que acabar en algún momento», decía entre risas la trabajadora social.

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