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Según la OMS, una de cada seis personas presenta infertilidad. Y es que, además de los diferentes problemas de salud que puedan propiciar este escenario, una de las razones es el inevitable retraso de la maternidad por razones sociales. Solo en la última década, los bebés nacidos de madres mayores de 40 han crecido casi un 20%, representando ya el 11% de los nacimientos, como muestran los últimos datos provisionales publicados recientemente por el INE (Instituto Nacional de Estadística).
Cada vez más conscientes de que a partir de los 35 años la fertilidad comienza a caer en picado, muchas mujeres optan por preservar su fertilidad congelando sus óvulos para usarlos más adelante, cuando su momento vital sea el más adecuado para hacerlo. De esta manera, podrán disponer de sus ovocitos con la capacidad reproductiva del momento en que los congelaron y con las mismas posibilidades de éxito. Esta tendencia ya es un hecho, pues tan solo en los últimos 5 años, IVI ha registrado un aumento del 63% en el número de pacientes que han decidido vitrificar sus óvulos por motivos sociales.
«Además de este aumento, cabe destacar la bajada progresiva de la media de edad a la que estas mujeres deciden preservar su fertilidad. Actualmente, en IVI Las Palmas, las pacientes que se deciden por esta técnica apenas alcanzan los 36 años de media, mientras que en 2015 superaban los 38 años de media. Esto refleja la creciente concienciación de las mujeres del declive de su fertilidad y de la importancia de tomar medidas como esta para no renunciar a ser madres en el futuro con sus propios óvulos», comenta el doctor Javier Domingo, director de IVI Las Palmas y Tenerife.
El perfil más común de paciente que decide preservar su fertilidad sería el de aquellas mujeres en torno a los 36 años de media, con profesiones relacionadas con la medicina, la educación o el derecho. Áreas de dedicación que suelen requerir muchos años de estudio, ya sea para especializarse o mediante oposiciones que obligan a retrasar la maternidad a muchas de ellas.
En un proceso de vitrificación, los óvulos se conservan a 196º bajo cero en vapor de nitrógeno, lo cual garantiza la calidad de los gametos tantos años como quieran mantenerse vitrificados. La conclusión es clara: el tiempo es clave por lo que respecta a la fertilidad femenina en general y a la vitrificación de ovocitos en particular.
IVI importó a España esta técnica de manera pionera en 2007 y desde entonces ha permitido a cerca de 20.000 mujeres preservar su fertilidad para ser madres en un futuro, ya sea por motivos sociales o médicos -estas últimas, pacientes diagnosticadas de cáncer o con patologías que pueden dañar su fertilidad-.
«Son datos esclarecedores que reflejan la nueva realidad social a la que nos enfrentamos por lo que respecta a la planificación familiar. Y, sobre todo, el derecho de la mujer a elegir libremente cuándo y cómo ser madre, ya que, lamentablemente, la realidad es que biológicamente la fertilidad va decreciendo a medida que las mujeres cumplen años y van alcanzando sus metas personales. Por todo ello, siempre recomendamos que, si no se tiene claro, se valore la opción de vitrificar los ovocitos para contar con un plan B en el futuro», concluye el Doctor Domingo.
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