Así será el módulo penitenciario del hospital Insular: sala de espera y cinco habitaciones
La nueva área se prevé abrir este año | La dispersión actual de los internos hospitalizados obliga a incrementar los efectivos de vigilancia
El hospital Insular de Gran Canaria contará antes de final de año con una Unidad de Custodia Hospitalaria, según informó el subdirector del área de Proyectos Transversales del centro sanitario, Fernando Fernández.
Las obras, iniciadas a finales de mayo, dotarán al hospital de un espacio diferenciado para el ingreso de personas privadas de libertad. El objetivo es separar de manera física y funcional a los pacientes penitenciarios del resto de enfermos, reduciendo el número de efectivos destinados a la vigilancia de los reclusos.
Esta zona, ubicada al fondo del ala norte de la planta once, está diseñada para la hospitalización de internos y para las esperas previas a consultas especializadas, así como para disponer de un espacio destinado a los dos agentes responsables de la custodia en el nuevo módulo penitenciario.
El proyecto, adjudicado por la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado (SIEPSE) y financiado por el Ministerio del Interior y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias del Gobierno de Canarias, habilitará un área cerrada dentro del hospital que incluirá cuatro habitaciones para personas privadas de libertad, un puesto de control de enfermería, una sala de estar y una quinta habitación destinada a los dos policías encargados de la vigilancia, precisó Fernández.
Esta nueva unidad permitirá optimizar tanto los recursos de hospitalización como los de seguridad. «La población reclusa, al igual que cualquier otra, también necesita cuidados médicos, tanto de hospitalización como de consultas externas. Ahora, cuando una persona privada de libertad requiere ingreso, debe estar custodiada por dos agentes de policía y, además, se inutiliza una de las camas de la habitación», destacó el responsable de Proyectos Transversales del hospital.
«Lo que se está haciendo es concentrar en un único espacio hospitalario los diferentes ingresos que hasta ahora permanecían dispersos por el hospital». Esta reorganización permitirá reducir el número de camas inutilizadas y también el de agentes destinados a la custodia de estos pacientes. «Actualmente, si un recluso está ingresado en la quinta planta y otro en la séptima, deben permanecer dos agentes en cada una de ellas. Una vez se abra la nueva zona, solo serán necesarios dos agentes para esa tarea», ejemplificó Fernández.
Las habitaciones serán idénticas a las del resto de la planta, con dos camas cada una y un baño, además de un puesto de control de enfermería con su correspondiente almacén. «Lo único que las diferencia es el cerramiento respecto al resto de la planta y la presencia constante de dos agentes en el interior», subrayó el gestor.
También se habilitará una sala de espera para que las personas privadas de libertad aguarden las consultas con especialistas o pruebas complementarias de forma independiente al resto de los pacientes. Esta sala contará con una pantalla para informar del avance de los turnos. «Cuando aparezca el número de la cita, los agentes acompañarán al paciente hasta la consulta y luego regresarán con él a esa zona», apuntó Fernández.
El futuro módulo evitará las restricciones a las visitas de los pacientes que hasta ahora compartían habitación con reclusos, así como la falta de intimidad y los relevos policiales en horarios intempestivos.
Uso permanente
La utilidad del módulo penitenciario del hospital Insular está garantizada. «Siempre tenemos a algún paciente penitenciario en el hospital. En los primeros quince días de septiembre hemos tenido a nueve», señaló el subdirector del área de Proyectos Transversales, Fernando Fernández.
En todo caso, afirma que, tras la puesta en marcha del módulo hospitalario, algunos pacientes, en función de las patologías que presenten, tendrán que seguir siendo atendidos en los servicios hiperespecializados, como, por ejemplo, los paritorios o la unidad de cuidados intensivos. «Solo en servicios y unidades muy específicas los pacientes penitenciarios seguirán compartiendo espacio con el resto de los enfermos», aclaró Fernández.