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La presidenta de la Asociación Española de Pacientes con Cáncer de Mama Metastásico y el oncólogo Javier Cortés. Óscar Chamorro

La lucha de las 'invisibles', las pacientes de cáncer de mama metastásico

Oncólogos y enfermas denuncian el retraso en la llegada de las terapias y las inequidades del sistema, a la vez que subrayan la importancia de segundas opiniones

Álvaro Soto

Madrid

Miércoles, 18 de octubre 2023, 00:05

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En España 35.000 mujeres son diagnosticadas cada año de cáncer de mama, el tumor con más prevalencia en el país. La detección temprana y el avance de los tratamientos han ayudado a que la mayor parte de las pacientes acabe superando la enfermedad, pero un grupo importante de ellas, entre el 18 y el 20% (6.500 anualmente), escuchará la palabra más temida, metástasis. Son las 'invisibles' del cáncer de mama, invisibles porque en ocasiones, las historias de superación de la enfermedad orillan las dificultades de quienes tienen que afrontar el camino con más obstáculos.

El 13 de octubre pasado se conmemoró el Día Mundial del cáncer de mama metastásico y este jueves, día 19, se celebrará el Día Mundial del cáncer de mama. En una semana en la que las instituciones se tiñen de rosa y los lazos de ese color llenan las ciudades y los pueblos, Colpisa, con la colaboración de la farmacéutica Gilead, ha organizado un encuentro para hablar del presente y futuro de las pacientes del cáncer de mama metastásico con el oncólogo Javier Cortés y la presidenta de la Asociación Española de Cáncer de Mama Metastásico, Pilar Fernández.

El doctor Cortés, director del International Breast Cancer Center (IBCC) de Barcelona, un centro de referencia nacional e internacional, recuerda que la lucha contra el cáncer de mama metastásico requiere «un compromiso de los sanitarios, de la sociedad civil, de los políticos y de todos los colectivos para que los tratamientos y la innovación lleguen cuanto antes a las pacientes». Desde su privilegiada atalaya, Cortés enumera las principales carencias de un sistema que tiene el reto de «atender mejor» a las enfermas.

«Reivindico que haya una segunda opinión en el diagnóstico que ayudaría a avanzar frente a la inequidad, porque el tratamiento del cáncer de mama metastásico no es igual para todos los pacientes: hay hospitales donde se utilizan determinadas terapias y otros que no las utilizan, aunque estén aprobadas», destaca Cortes, antes de exponer la última pata sobre la que debería sustentarse un proceso más eficiente: «En general, los tratamientos reciben primero el visto bueno del regulador americano y aproximadamente un año después, de la Agencia Europea del Medicamento. Pues bien, todavía pasará otro año o más en estar disponibles en nuestro sistema sanitario. Son dos años y medio de retraso. Pido que estos trámites se aceleren. Ya se hablará más tarde del precio del fármaco o de la colaboración público-privada, pero todos los actores, la administración, la industria farmacéutica, los colectivos, tienen que conseguir que esos tratamientos lleguen antes. ¿Qué culpa tiene una paciente de que el sistema sea tan lento?».

Perfil

El perfil de la diagnosticada con cáncer de mama metastásico es el de una mujer joven, casi siempre menor de 50 años, como una compañera de la asociación «que acaba de fallecer y tenía tres hijos pequeños», relata Pilar Fernández. Su propia experiencia de la enfermedad es un buen ejemplo, siempre una lucha contra el reloj, a la espera de una innovación terapéutica que a medio plazo dejará de funcionar, pero que sirva para ganar un poco más de tiempo. «Yo tengo metástasis desde hace siete años, pero si me lo hubieran diagnosticado hace diez, ya no estaría aquí», cuenta la presidenta de una entidad que asesora, acompaña y aconseja a más de 1.800 mujeres.

«Vives pendiente de las nuevas líneas terapéuticas y de poder tener acceso a ellas, de hacerte pruebas en hospitales que pueden estar a 600 kilómetros de tu casa, y sientes la ansiedad y la rabia de que, en función del lugar en el que vivas y del hospital en el que te trates, tienes más o menos esperanzas de sobrevivir», relata Fernández, y en este punto, la creación de centros de referencia específicos para el cáncer de mama es una reclamación en la que coinciden los sanitarios y los pacientes.

La covid-19 significó un retraso en el diagnóstico y en los tratamientos de las enfermas. «Fue una pandemia que hizo olvidar otra, la del cáncer, que afectará a uno de cada dos hombres y a una de cada tres mujeres a lo largo de su vida», subraya la presidenta de la asociación, que concluye con un mensaje directo: «El 20% de pacientes que sufrimos cáncer de mama metastásico no queremos tener más derechos que nadie, pero sí los mismos. Somos enfermas que nos levantamos todos los días sabiendo que no nos vamos a curar, pero que tenemos ganas de seguir viviendo la vida».

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