En los últimos años hemos sido testigos de una transformación sin precedentes en nuestra sociedad, impulsada por la digitalización y la innovación. La sanidad pública ... no puede permanecer ajena a este cambio. Al contrario, debe liderarlo, tanto para mejorar la asistencia sanitaria como la relación de la administración con los pacientes a través de las nuevas tecnologías y la Inteligencia Artificial (IA).
Esta semana he tenido el privilegio de participar en Madrid en el XVII Congreso Nacional de Informática de la Salud InforS@lud 2025, organizado por la Sociedad Española de Informática de la Salud. Este encuentro, en el que también han intervenido otros interlocutores del Servicio Canario de la Salud, se ha convertido en un espacio clave para debatir sobre la transformación digital del sistema sanitario español en el que hemos podido compartir nuestras experiencias con otros miembros de los sistemas nacionales de salud.
Esto nos ha permitido constatar que la digitalización es nuestra mayor aliada a la hora de abordar uno de los grandes desafíos en nuestro archipiélago, la creciente demanda de servicios debido al envejecimiento de la población y la mayor prevalencia de enfermedades crónicas.
La digitalización permite mejorar la gestión de los recursos, reducir los tiempos de espera y optimizar la atención a los pacientes. Es por ello, que nuestro departamento se ha volcado en el desarrollo de herramientas que den respuesta a estas necesidades y que han generado el interés de otras comunidades autónomas.
Me gustaría destacar especialmente el trabajo realizado en el Servicio Canario de la Salud con el Visor de Historia Clínica Unificada, cuyo pilotaje arrancó en diciembre y ya está disponible en todos los centros de salud y hospitales de La Palma, La Gomera, El Hierro, Fuerteventura y Gran Canaria, así como en el Hospital Universitario de Canarias, en Tenerife, donde continúa su implantación.
Esta herramienta permite a los profesionales sanitarios consultar datos clínicos en todos los niveles asistenciales, mejorando la continuidad de la atención y la seguridad del paciente, independientemente de la isla en la que residan. Conseguimos superar así también la barrera de la insularidad en nuestra sanidad.
«Canarias, como territorio insular y ultraperiférico, tiene unas particularidades en el ámbito sanitario que nos obliga a poner el foco en la equidad, por encima de cualquier otro indicador»
Porque Canarias, como territorio insular y ultraperiférico, tiene unas particularidades en el ámbito sanitario que nos obliga a poner el foco en la equidad, por encima de cualquier otro indicador.
En un mundo cada vez más interconectado y tecnológico, la digitalización ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad. Por este motivo hemos realizado la mejora de los sistemas informáticos que afectan a las aplicaciones disponibles para los usuarios, dando impulso a la app móvil miSCS, que aglutina las tres aplicaciones que hasta ahora estaban a disposición de la ciudadanía: miSCS, miHistoria y Citaprevia. Esta herramienta incluye tanto el acceso a la historia clínica personal y unificada, como la posibilidad de solicitar cita con los distintos profesionales de los centros de salud, con la opción de modificarla y anularla.
Este acceso de forma remota, no solo ayuda a mejorar la accesibilidad para el ciudadano de a pie, sino que es fundamental para personas que viven en zonas rurales o para aquellos con movilidad reducida.
Pero nuestro trabajo va más allá y contamos con una decena de proyectos puestos en marcha por el Servicio Canario de la Salud en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.
Entre ellos, para dar respuesta a crisis sanitarias y hacer una detección más temprana, estamos trabajando en la ampliación y mejora del sistema de vigilancia en Salud Pública y en su integración en la Red Nacional, con la implementación de estándares de codificación que garantizan la interoperabilidad con sistemas tanto nacionales como europeos.
También querría destacar la implantación de una plataforma de telemonitorización para diferentes patologías de pacientes crónicos, mediante el seguimiento remoto y personalizado de personas con diabetes, insuficiencia cardíaca y trastornos relacionados con la regulación de la vitamina K, facilitando una intervención temprana, reduciendo riesgos y mejorando su calidad de vida.
Me gustaría finalizar destacando que el reto más complicado que se nos presenta ahora en este ámbito es quizás la humanización del sistema. Si bien la digitalización ofrece soluciones muy potentes, también plantea el riesgo de deshumanizar el proceso de atención sanitaria. Es esencial que, como sociedad, entendamos que la digitalización debe ser una herramienta al servicio del ser humano, no su reemplazo.
El paciente necesita acompañamiento, algo que la tecnología no puede dar. La humanización de la digitalización lo hace posible, y por ello es fundamental la voluntad de todos los profesionales que trabajan en la Sanidad para lograr un enfoque integrador, mejorando no solo los procesos, sino también la experiencia de los pacientes y el bienestar de los profesionales que los atienden.
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