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El Servicio Canario de la Salud (SCS) está ultimando un sistema de comunicación directo con el que los farmacéuticos podrán alertar a los servicios asistenciales del archipiélago de las incidencias que detecten en relación al seguimiento de un tratamiento o la prescripción de determinado medicamento.
Este novedoso sistema de comunicación se está trabajando siguiendo las directrices del Ministerio de Sanidad a fin de garantizar la conectividad con farmacias de todo el Estado, según indicó la responsable de la receta electrónica del SCS, Ana López.
El objetivo, dijo, es que este sistema no solo sirva como medio de comunicación entre el SCS y las farmacias de Canarias, sino que cualquier farmacéutico del país pueda comunicar una incidencia con un medicamento al SCS.
Este mensaje, precisó, llegaría en primera instancia al farmacéutico de Atención Primaria y, en caso de que se requiera una intervención médica para garantizar la seguridad del paciente, el aviso se remitirá al médico de familia que le corresponda.
En concreto, el sistema contempla doce supuestos que requerirían notificarse a los servicios sanitarios, comentó López, quien aclaró que esta medida se ha adoptado con el consenso de las Gerencias de Atención Primaria y de los Colegios de Farmacéuticos de ambas provincias, principalmente con el de Tenerife, donde ya se pilotó un sistema de comunicación similar durante la pandemia.
Garantizar la continuidad de un tratamiento, la dispensación de medicamentos que provoquen interacciones con efectos adversos en pacientes polimedicados o valorar la posible adicción a un fármaco son algunos de los supuestos contemplados en este sistema de mensajería. «Un medicamento es una arma; bien tomado salva vidas, pero el problema surge cuando hay un paciente que hace un uso inadecuado del medicamento. El farmacéutico puede detectar problemas y evitar que acaben en urgencias por sobredosis », señaló López.
Por su parte, la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Las Palmas, Loreto Gómez, consideró que esta vía de comunicación entre boticarios y servicios sanitarios cubre una necesidad detectada hace mucho tiempo. «No tiene lógica que prescriptores y dispensadores no tengan contacto directo para resolver dudas por el bien del paciente», afirmó.
«La farmacia manda recados al médico a través del paciente, y a veces no lleva bien el recado», dijo Gómez, que cree que este método de mensajería evitará que el paciente tenga que acudir repetidamente al centro de salud.
Esta iniciativa, que lleva dos años funcionando en Asturias, también ahorra tiempo al farmacéutico, que muchas veces llama infructuosamente por teléfono para localizar al médico en su consulta.
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