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El cuerpo de Benedicto XVI ya está en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Efe/Vídeo: VAtican media

Largas colas en la basílica de San Pedro para despedir a Benedicto XVI

Miles de fieles acuden a la capilla ardiente del Papa emérito, fallecido el sábado a los 95 años de edad y cuyo funeral se celebrará el jueves

Darío Menor

Corresponsal en Roma

Lunes, 2 de enero 2023, 06:05

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Hasta dos horas de espera para poder darle un último saludo a Benedicto XVI delante de su cadáver durante unos pocos segundos. Esa es la realidad que están viviendo este lunes los miles de fieles que acuden sin cesar a la basílica de San Pedro para despedirse del Papa emérito, fallecido el pasado sábado a los 95 años de edad en el monasterio Mater Ecclesiae, situado dentro de los Jardines Vaticanos y donde vivió desde que renunció al pontificado en 2013. «La cola ha valido la pena. Ver el cuerpo sin vida ha sido una impresión muy fuerte, pero hemos podido vivir este momento histórico», contaba Julián, un joven sevillano, a la salida de la basílica vaticana.

El cadáver del Papa emérito, que ha sido revestido con los paramentos litúrgicos y se encuentra apoyado sobre varios cojines para que puedan verlo los fieles, estará expuesto hasta este miércoles por la tarde, pues al día siguiente, a las 9:30 horas, se celebrarán los funerales en la plaza de San Pedro. Estarán presididos por Jorge Mario Bergoglio en una ceremonia inédita en la historia contemporánea eclesial, ya que un obispo de Roma enterrará a su antecesor. El Papa argentino tuvo muy presente a Benedicto XVI tanto en la misa que presidió el domingo como en el Ángelus posterior, dando gracias por el «don» que, a su juicio, ha supuesto Joseph Ratzinger para la Iglesia católica.

Desde antes de las 6 de la mañana de este lunes ya era posible encontrarse con las colas de fieles que esperaban pacientemente en los alrededores de la basílica de San Pedro la apertura de la capilla ardiente. Entre los más madrugadores eran muchos los sacerdotes, monjas y religiosos, como Jonathan, un cura chileno que se sentía en deuda con Benedicto XVI. «Ha sido un gigante de la teología. Todo el mundo habla del legado que dejó con la renuncia, pero en mi opinión lo más significativo es cómo combatió intelectualmente la dictadura del relativismo en que nos encontramos. Para mí ha sido muy emocionante poder despedirme de él», contaba este presbítero.

Aunque las colas, bastante bien organizadas, se han mantenido durante todo el día y se espera que sean varias decenas de miles los fieles que acudan hasta el miércoles a la basílica vaticana para despedirse del Papa Ratzinger, la situación no tiene nada que ver con la realidad que se vivió en 2005, cuando falleció su antecesor en el solio pontificio, Juan Pablo II. Entonces más de dos millones de personas acudieron a su capilla ardiente. Muchos de ellos eran polacos que viajaron hasta Roma en autobús y esperaron decenas de horas para entrar a la basílica y despedirse de su compatriota, uno de los grandes protagonistas del último cuarto del siglo XX y al que consideraban un artífice de la caída del bloque soviético.

El cuerpo de Benedicto XVI fue trasladado de manera privada a las 7 de la mañana desde el monasterio Mater Ecclesiae hasta la basílica de San Pedro, donde estuvo acompañado en las primeras horas por el arzobispo Georg Ganswein, su fiel secretario personal, y por las cuatro Memores Domini, las religiosas del movimiento Comunión y Liberación que le han atendido estos últimos años de vida. Fue Ganswein el que iba recibiendo el pésame de las autoridades eclesiásticas y políticas que acudieron a los primeros momentos de la capilla ardiente. Entre ellas destacaron el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, y la primera ministra, Giorgia Meloni.

Ambos participarán en los funerales del próximo jueves, en los que también habrá una representación de las autoridades de Alemania, el país natal de Ratzinger, según la información facilitada hasta ahora por la Santa Sede.

Largas colas a las puertas de la Basílica de San Pedro del Vaticano. Efe/afp
Imagen principal - Largas colas a las puertas de la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Imagen secundaria 1 - Largas colas a las puertas de la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Imagen secundaria 2 - Largas colas a las puertas de la Basílica de San Pedro del Vaticano.

Roma, blindada

Durante estos cuatro días, se reforzarán el número de agentes que patrullarán las calles de la ciudad de Roma, así como los efectivos de los equipos médicos. «Contaremos con al menos 1.000 agentes de las fuerzas del orden sobre el terreno para el funeral, una cifra no inferior a la prevista para la Nochevieja», aseguró ayer el prefecto de Roma, Bruno Frattasi. «Habrá guardias médicas, se contratará a 500 voluntarios de Protección Civil, que también tendrán la misión de informar sobre las colas y las esperas. También habrá ambulancias y 118 puestos ambulatorios», añadió.

El funeral presidido por el papa Francisco se celebrará en la plaza de San Pedro el jueves 5 de enero a las 09.30 horas. Esta será la primera vez en la historia en la que un pontífice presida el funeral de su inmediato predecesor, al que probablemente serán invitadas las máximas autoridades de todos los países. Al mismo acudirán el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, el vicepresidente de la CEE y cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y el secretario general de la CEE y obispo auxiliar de Toledo, César García Magán.

Tras las exequias, el féretro con los restos mortales de Benedicto XVI será trasladado a las Grutas Vaticanas junto al resto de tumbas de los Papas. Allí ocupará el lugar que antes correspondía a Juan Pablo II, liberado desde que el Pontífice polaco fue beatificado en 2011 y sus restos fueron llevados a una capilla junto a la Piedad de Miguel Ángel.

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