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Hace dos décadas las mujeres lograron el derecho a no «parir solas», a estar acompañadas en el nacimiento de su bebé por una persona querida. Este simple gesto, recuerda Aythami González matrona de la Dirección General de Programas Asistenciales, reduce los partos instrumentados (utilización de fórceps, espátulas o ventosas), se usa menos anestesia, aumenta el vínculo familiar y facilita el trabajo» del personal que asiste a la madre. Mantener ese acompañamiento ha sido «una lucha sin cuartel» para profesionales y madres desde que se declaró la pandemia, que ahora sienten el «orgullo» de haber afrontado el reto con «ilusión» y haberlo conseguido.
Canarias fue una de las primeras comunidades en establecer una instrucción al respecto, recuerda González. El 25 de marzo el Servicio Canario de Salud dictaba la orden de que se permitía el acompañamiento de una persona durante el parto, pero restringía las visitas de familiares.
«Nosotras hemos defendido en todo momento el acompañamiento en las consultas y en el parto», asegura Alicia Martín, jefa del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Materno Infantil. «No ha sido sencillo. Ha habido momentos de incertidumbre», reconoce. A la falta de conocimiento sobre el virus se unía, al principio de la pandemia, la falta de equipos de protección personal (EPI) y mascarillas. De hecho, reconoce Martín, «en los primeros meses hacíamos toda la guardia con una sola mascarilla». Sin embargo, relata, prohibir la entrada de una persona junto a la madre causaría «un daño irreparable». «Ha sido una lucha sin cuartel, muy difícil», añade.
De marzo del pasado año a marzo de 2021 han nacido en el Materno 4.125 bebés. En ese tiempo han asistido el parto de ocho mujeres con covid «solo dos han necesitado cuidados intensivos, pero todas están bien y ningún bebé recién nacido era positivo», explica Alicia Martín. Un año después de declarada la pandemia el Materno ya está «en otras condiciones, con una zona reservada para gestantes covid» donde puede estar «acompañada».
Otro de los retos ha sido la lactancia. «Hoy tenemos claro que hay que mantenerla siempre, incluso con covid positivo y la enfermedad activa» pero al principio, reconoce la experta, «no sabíamos nada, pero los niños siguen naciendo y las madres les dan de comer, fuimos aprendiendo a la vez. Las primeras publicaciones llegaron en junio», recuerda,
Lo que no ha sido igual en todas las gerencias hospitalarias ha sido el acompañamiento antes y después del parto. De hecho, una madre inicio una petición en Change.org como crítica al Hospital de La Candelaria, en Tenerife. Cristo González, directora de Enfermería de este centro, asegura que «jamás» se suspendió el acompañamiento en el parto, mientras que las visitas estaban «acotadas» en los momentos previos al parto y después. Ahora el hospital ha cambiado su protocolo y permite un «acompañamiento integral» en todo el proceso de preparto, parto y postparto. González lo achaca tanto a la «capacidad crítica» como a que ahora todo es diferente, en relación a que hay menos incertidumbre que en otros momentos de la pandemia.
En La Candelaria nueve mujeres han parido siendo positivas en covid. «Algunas mamás eran asintomáticas y otras tenían síntomas respiratorios», pero han sido «partos normales», señala la responsable de Enfermería. El primero de ellos se produjo el mismo mes de marzo, «en la primera ola» poco después de decretarse el estado de alarma en España. «Me da orgullo nuestro hospital», afirma González, que recuerda que desde este centro se dio formación para el primer caso de España, el detectado en La Gomera. Por eso ese primer parto covid «lo vivimos no con miedo, sino con ilusión. Le contamos que nos íbamos a vestir diferente, y su acompañante también», y fue, añade, «una maravilla».
El «miedo al contagio» bajó el número de ecografías
En los primeros meses de la pandemia mucha gente dejó de acudir a las consultas hospitalarias por «miedo al contagio». También las mujeres embarazadas sintieron ese rechazo. Lo explica la jefa del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitarios Materno Infantil, Alicia Martín. «Las embarazadas no fallan nunca» a las citas, afirma, sin embargo, «en la época más dura» de la pandemia, «en los meses de abril y mayo» notaron «una pequeña bajada». Hay dos ecografías, la de la semana 11 y la de la semana 21, explica la experta, que son fundamentales para detectar si algo no va bien. «En esos meses tuvimos, por primera vez en la historia del hospital, fallos en las visitas de forma llamativa», reconoce. Entonces las llamaban y les decían que vinieran con «dos mascarillas, con guantes, pero que vinieran». Según sus cálculos, en la pandemia han realizado 7.123 ecografías, un 10% menos que el año anterior. Lo que sí se ha cumplido, añade Alicia Martín, es que las familias han respetado las normas. «El parto es muy social, y siempre viene la familia», pero este último año lo han entendido, afirma. «La población ha sido muy consecuente con la situación», añade Alicia Martín. .
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