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«Rajoy descolgó y fui el primer sorprendido»

«Rajoy descolgó y fui el primer sorprendido»

Lo lógico es pensar que determinadas instancias están blindadas y que acceder a ellas es poco menos que imposible. Pero no siempre es así.

Sábado, 20 de agosto 2022, 23:11

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Lo lógico es pensar que determinadas instancias están blindadas y que acceder a ellas es poco menos que imposible. Pero no siempre es así. En 2016, con Carles Puigdemont proclamando que su objetivo era llevar a Cataluña a la independencia en año y medio, el programa 'El matí y la mare que el va parir' de Radio Flaixbac, puso en evidencia las grietas de un nicho de seguridad que se presumía hermético: el despacho del entonces presidente Mariano Rajoy.

Los artífices de la 'trucada' fueron Oriol Dalmau y Marc Casanovas, guionistas del espacio, que telefonearon primero al líder del procés alegando que eran Rajoy, y luego a la inversa. No tuvieron éxito en la Generalitat, pero sí en La Moncloa. La secretaria personal de Rajoy les pasó directamente con él. El presidente, ajeno a lo que ocurría, emplazó a su interlocutor a reunirse «en 24 o 48 horas, depende de si hay o no investidura. Tengo la agenda muy libre», añadió.

«Una casualidad». Así califica lo ocurrido Carles Pérez, conductor del programa, que reconoce ser «el primer sorprendido de que fuera tan fácil. Supongo que Rajoy tenía muchas ganas de hablar con Puigdemont, tantas que él y su equipo bajaron la guardia. Eso y el clima de complicidad, que dices cosas que en público jamás admitirías».

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Pérez niega que estas bromas menoscaben la credibilidad de los políticos, «para eso se bastan ellos solos con sus actos y sus palabras». En su opinión, lo ocurrido «hasta benefició al presidente. Seguro que hubo gente que pensó: 'Veis ese tipo, qué campechano es'». Niega que su papel sea poner al descubierto las debilidades de los políticos o los fallos de los sistemas de seguridad, «sino hacer reír cada mañana a la gente. Además, podíamos haber estirado la broma como si fuera un chicle y no lo hicimos, enseguida le sacamos de su error. Nos pareció que lo ocurrido ya era lo bastante bestia».

Pérez sostiene que la tecnología empleada con Martínez-Almeida «es la hostia, lo nuestro fue más de andar por casa». También admite que «si me plantan a mí un 'deepfake' como ese, soy el primero que cae... ¡a cuatro patas!». Al final, dice, «los políticos tienen que confiar en alguien, si no se encerrarían en casa y no hablarían con nadie».

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