El presunto asesino de Hayate advirtió por WhatsApp a conocidos de que iba a matarla
violencia machista ·
La jueza manda a prisión al feminicida de Adeje acusado del crimen machista, de maltrato habitual a su expareja y de lesiones graves al hijo que intentó ayudar a su madreL.R.G.
Las Palmas de Gran Canaria
Miércoles, 11 de enero 2023
Según relata el auto de prisión del asesino de Hayate, la mujer de 46 años agredida mortalmente el domingo en Adeje, Tenerife, el victimario acudió a su casa «con una clara finalidad homicida». Así consta en el escrito de la jueza Raquel Gómez Sancho, del Juzgado de Violencia sobre la Mujer n.1 de Arona en el que también explica que antes del asesinato advirtió a varios conocidos de sus intenciones con mensajes de WhatsApp.
Así, por las declaraciones de los dos hijos adolescentes de la víctima -deja cuatro huérfanos, todos menores-, el asesino acudió a casa de Hayate sobre las 23.20 horas del domingo 8 de enero «a sabiendas de que la víctima finalizaba su trabajo sobre las 23.00 horas como recepcionista» de un alojamiento turístico en el municipio tinerfeño. Según la jueza, de los testimonios se deduce que tenía «una clara finalidad homicida, comenzó una discusión con ella sobre los dos hijos menores» en común «y de forma sorpresiva le exhibió a la perjudicada un cuchillo de grandes dimensiones, cerca de 30 centímetros, y le asestó varias puñaladas» hasta que acabó con su vida.
La jueza relata que la víctima, al ver el cuchillo pidió auxilio, de ahí que salieran los hijos mayores de Hayate a ayudarla. Uno de ellos «resultó finalmente lesionado en las manos por su padrastro, al producirse varios cortes en el forcejeo por el arma blanca utilizada». Además relata que otro de los menores intentó taponar las heridas de su madre.
En el auto se señala que el asesino , además del cuchillo tenía guantes de látex, uno de ellos se encontró en lugar del asesinato y otro entre sus pertenencias. Esto, añade, «evidencia que no fue un crimen espontáneo, sino premeditado, por cuanto el agresor esperó a la víctima a la llegada de su casa portando guantes para no dejar huellas y un arma blanca de grandes dimensiones».
Mensajes incriminatorios a través de WhatsApp
Algunos contactos del victimario, relata el auto, recibieron un mensaje de WhatsApp en el que advertía «que acabaría con la vida de su expareja aunque tuviera que acabar en la cárcel». Esto, señala la jueza, «acredita nuevamente la premeditación del investigado a la hora de cometer el fatal crimen».
A diferencia de Hayate, marroquí afincada en Tenerife, la jueza cree que el asesino, del mismo origen, «no tiene arraigo alguno en nuestro país al margen de los dos hijos» en común, «ni económico ni social».
Orden de protección para los hijos de la víctima
El victimario se acogió ayer a su derecho a no declarar en el Juzgado de Arona, lo que no fue óbice para que la jueza dictara un auto de prisión provisional comunicada y sin fianza por un delito de «homicidio doloso consumado», esto es, que quiso asesinara a Hayate, con dos la agravante de parentesco -era su expareja, de quien se había divorciado en 2019, y tenían dos hijos menores en común. La mujer, además, tenía otros dos hijos adolescentes. Además lo acusa de un «delito de maltrato habitual» hacia Hayate.
La jueza también le imputa un tercer delito, en concreto el de lesiones graves a uno de los cuatro hijos de Hayate. El joven trató de ayudar a su madre y se enfrentó al victimario, su padrastro, que tenía un cuchillo de grandes dimensiones. El asesino machista no podrá acercarse al menor, a su domicilio, lugar de estudios o cualquier lugar frecuentado por él a una distancia inferior a 500 metros.
