El Vaticano publica la primera foto del féretro del Papa en la capilla de Santa Marta.Reuters
Entre el Papa que ancló la iglesia al evangelio y el que la llevó al siglo XXI
Hablan los sacerdotes ·
Curas de Gran Canaria ponen el acento en los esfuerzos de Francisco por la renovación interna de la institución y por abrirla a la sociedad | A la mayoría les pilló su muerte por sorpresa pese a su delicado estado de salud
Sabían que estaba mal, pero la muerte del Papa no pilló este lunes igual de desprevenidos a todos los sacerdotes. Los hubo como José María Cabrera, expárroco de San Juan de Telde y actual responsable de las parroquias de la Inmaculada Concepción en Tafira Alta y de Juan Crisóstomo en Tafira Baja, ambas en la capital, que ya estaba preparado y que, de alguna manera, «estaba esperando» esta triste noticia, pero también los hubo como Venerando Novelle, titular de la parroquia de San Juan Bautista, en Arucas, quien había confiado en su recuperación tras los serios sustos de semanas atrás, cuando se temió por dos veces por su vida. «Lo vi este domingo y me pareció que se había repuesto».
En lo que sí parece haber más coincidencia es en destacar de su legado su apuesta por la renovación de la iglesia, sobre todo a nivel de estructuras internas. Francisco González, uno de los sacerdotes más veteranos que sigue en ejercicio en la isla y que tiene a su cargo la parroquia de San Fernando de Maspalomas, tiene claro que si por algo será recordado su tocayo será por haber tratado de traer la iglesia al siglo XXI y evitar que siga anclada no ya en el siglo XX, sino incluso en siglos pasados.
En su caso, reconoce que le impactó ver el estado en el que presidió la bendición 'urbi et orbi' este domingo en el Vaticano y se pregunta hasta qué punto hay que forzar a una persona a mantener su agenda cuando su cuerpo, de alguna manera, ya está dando su brazo a torcer. «El Papa Francisco habrá dado, claro está, su consentimiento y, en ese sentido, fue todo un acto de valentía».
«Muy triste». Así se confesaba este lunes el sacerdote Jorge Hernández, fundador de la Fundación Canaria Yrichen, quien lamentó que la deteriorada salud del Papa no le hubiese dado una prórroga mayor para apuntalar algunos de los cambios que había emprendido en el seno de la iglesia. Entre otros, subraya su apuesta, por ejemplo, por rescatar el Concilio Vaticano II y por aplicarlo.
A juicio de Hernández, ahora liberado como Consiliario General de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Francisco fue «un tipo extraordinario» que removió los cimientos de la iglesia y que la reconectó con la sociedad gracias, entre otras cosas, a la «claridad y sencillez» de sus encíclicas, fáciles de leer.
«Otros papas pudieron decir lo mismo, pero no con la claridad y el atrevimiento con los que él lo hizo», respecto, por ejemplo, a la ecología o la pobreza. Tanto es así que este sacerdote recuerda que el Papa llegó a vincularlas al poner sobre la mesa que los efectos por el maltrato al medio ambiente no hacían sino generar más pobreza en el mundo. Y destaca también que tomó decisiones innovadoras «y muy valientes» respecto a la mujer, tradicionalmente condenada al ostracismo en las estructuras del poder eclesiástico. No en vano, llegó a nombrar secretarias de Estado.
Varios curas consultados confían en que el trabajo de apertura de Francisco tenga ahora continuidad
«Adelantó por la izquierda al episcopado y al clero», y eso explica, apunta Hernández, los recelos que despertó en ciertos sectores. «Fue muy crítico con el clericalismo y abrió como nunca la iglesia a la participación de la gente», subrayó Hernández, quien subraya, asimismo, sus interpelaciones al sistema, como cuando afirmó que el actual modelo económico mata. «No podemos esperar a la próxima cumbre internacional, hay que poner en discusión el modelo de desarrollo», llegó a decir el Papa y así lo recuerda Jorge Hernández. «Id por los caminos de nuestro Dios, que nos invita a ser actores políticos, pensadores, movilizadores sociales. Que nos incita a pensar en una economía más solidaria que esta». Esto, advierte, se lo dijo Francisco a los jóvenes en Cracovia en una vigilia de oración que tuvo lugar en 2016.
Ahora confía en que todo ese esfuerzo tenga continuidad. «Soy creyente, fue el Espíritu Santo quien lo puso ahí, por eso confío en que lo haya dejado todo preparado para que esa línea de trabajo por la que él apostó se mantenga». Lo tiene claro. «O la iglesia sigue el camino de la sinodalidad y la profecía de Francisco o volverá a las sacristías y al oscurantismo y no tendrá nada que decirle al mundo».
Entre las etiquetas que le han asignado a Francisco figura la del Papa progresista, pero Novelle no la comparte. El párroco de la iglesia de San Juan Bautista de Arucas sostiene que su pontificado será recordado justamente por «haber anclado la iglesia al evangelio». A su juicio, puso el acento «en el valor de la experiencia», en el ejercicio de la misericordia de Dios y, en ese sentido, quiso descargarla «del ritual, del protocolo o de la burocracia».
Para José María Cabrera, en cambio, más allá de esa dimensión pastoral, que también se la reconoce, lo que se recordará de Francisco en el futuro será su papel como reformador de las estructuras internas de la iglesia. Hasta tal punto lo ve así que llega a afirmar que «la grandeza de este Papa es desconocida por el pueblo de Dios», una labor que, como recuerda, le ha llevado a ganarse las antipatías, cuando no, el rechazo abierto, de los sectores más ultraortodoxos. «Lo ha cambiado todo por dentro, esa es la clave y la gente no lo sabe». Recuerda, entre otras decisiones, las que adoptó respecto al Banco Ambrosiano o su manera de afrontar los escándalos económicos y sexuales que han salpicado a determinados sectores de la iglesia.
Cree que todo ese trabajo de renovación y de oxigenación no ha sido en balde y que tendrá continuidad en el nuevo pontificado. «No creo que se produzca un giro de péndulo». A su juicio, esa puesta al día a nivel interno «ya no tiene marcha atrás y el que venga la continuará». También opina que se mantendrá el camino de evangelización por el que apostó Francisco. Quizás el único cambio tendrá que ver con la cara diplomática del Vaticano. «Será más contemporizadora», vaticinó.
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