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Alfredo Casares. Eduardo Buxens
«En la pandemia los ciudadanos se han refugiado en sus cabeceras de confianza»

«En la pandemia los ciudadanos se han refugiado en sus cabeceras de confianza»

El periodista y profesor Alfredo Casares, fundador del Instituto de Periodismo Constructivo, publica un libro para animar a la prensa a dar soluciones a los problemas y mostrar la parte de la sociedad que funciona

Álvaro Soto

Madrid

Viernes, 19 de febrero 2021, 23:19

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El periodismo, casi por definición, se encarga de desenmascarar la peor cara de la sociedad. La ineptitud de los políticos, la corrupción, la violencia y el ruido social son el material que los reporteros manejan todos los días. La prensa tiene la misión de encontrar culpables, y raro es el comunicador que no sueña con que sus informaciones acaben tumbando un gobierno. Pero el periodismo, tan rico y tan complejo, no puede detenerse solo en el lado oscuro de la sociedad. Debe, al mismo tiempo, abordar los problemas con el ánimo de ayudar a resolverlos, tiene que contar no sólo lo que está estropeado, sino también lo que funciona, favorecer la conversación, tender puentes, evitar la polarización. A esta rama de la profesión se la ha bautizado como 'periodismo constructivo' y puede que le haya llegado su hora. Así, 'La hora del periodismo constructivo', se titula el nuevo libro del periodista navarro, directivo de medios de comunicación y profesor Alfredo Casares.

«Lo noticioso se ha asociado siempre a lo negativo y a cualquier otro tipo de periodismo se lo descalifica tachándolo de buenista y acusándolo de edulcorar la realidad. Los periodistas estamos entrenados para ser críticos. Creemos que el pesimismo nos hace más inteligentes y nos han enseñado a no ser ingenuos. Y nos hemos convertido en esclavos del 'Watergate'», analiza Casares. «Pero se puede hacer periodismo de otra forma, cambiando la mirada, escuchando más, indagando con empatía. ¿Y si lo extraordinario fuera lo positivo?», se pregunta el autor. Todo un reto que exige a los profesionales rebajar el escepticismo y hacer preguntas diferentes. «Estamos en una rueda en la que la velocidad y el relato precipitado nos arrastran, pero el periodismo constructivo exige compromiso», cuenta el fundador y director del Instituto de Periodismo Constructivo, un centro que desarrolla en España un programa de formación y acompañamiento para medios y periodistas sobre periodismo de soluciones.

Pero este periodismo de soluciones no es un concepto de ahora. En la última década tomó fuerza en los medios de Estados Unidos y desde hace tres o cuatro años asoma en Francia y en Italia. Aunque en realidad, la buena prensa lo lleva escrito en su ADN, especialmente la prensa regional, que ha hecho de la aportación positiva a la sociedad su razón de ser. En 2018, 'El Norte de Castilla' comenzó a publicar una serie de reportajes llamada 'Los espacios del miedo': mujeres de Valladolid denunciaban en el diario los rincones de la ciudad por los que pasear o ir en bicicleta resultaba peligroso, y tras la publicación de las informaciones, el ayuntamiento decidió acondicionar estas zonas para aumentar la seguridad. Este es uno de los ejemplos de periodismo constructivo que recuerda Alfredo Casares, que también cita, por ejemplo, una entrevista del redactor de Colpisa Miguel Lorenci a la filósofa Adela Cortina en el inicio de la crisis del coronavirus: «Me pareció extraordinaria por el tipo de preguntas que hacía: qué aprenderemos, qué podemos hacer para cambiar... Aquella fue una conversación que invita a mantener la esperanza», asevera Casares, que ha sido redactor jefe de 'El Nuevo Herald' de Miami, jefe de comunicación de El Corte Inglés en Pamplona y director de contenidos de Diario de Navarra.

Así que el problema no es que los periodistas no sepan hacer periodismo constructivo, al contrario; ni que los directivos lo rechacen porque crean que no vende. «Yo he detectado en los responsables de los medios mucho interés por esta idea», subraya el periodista. Falta, quizá, sumar esta mirada a más reportajes e introducir más enfoques de este tipo en los periódicos. «Requiere tiempo, esfuerzo, planificación y compromiso previo, pero merece la pena», anima Casares. Porque además, el lector agradece que los medios no sólo lo asusten, sino que también enseñen la otra cara de la realidad, la que va bien. En 'La hora del periodismo constructivo', el autor recupera un estudio que muestra que un tercio de los españoles evita consumir medios de forma habitual porque la negatividad afecta a su estado de ánimo y les hace sentir impotentes frente a los problemas sociales. «No podemos permitir que tanta gente abandone la conversación pública», lamenta.

La tecnología, que ayuda al periodismo constructivo a llegar a más gente, no puede convertirse, sin embargo, en un fin en sí mismo. «Se hace mucho énfasis en la innovación tecnológica, pero también hay una gran oportunidad de explorar una innovación en los contenidos con propósito social. La sociedad no es igual que hace 30 años y sus desafíos, tampoco. Los periodistas tienen que saber moverse en este difícil entorno de sobreinformación y de distracción de los ciudadanos, que ahora, en su móvil, llevan un periódico, una televisión y una sucursal bancaria, entre otras muchas cosas», indica Casares.

La crisis del coronavirus puede servir como metáfora del periodismo de soluciones. Al principio, en marzo del 2020, «los medios se vieron desbordados y hubo una cierta deshumanización, con ruedas de prensa filtradas y un descenso muy fuerte de la publicidad en medio de una gran demanda de información», rememora Casares. Pero tras esta primera sacudida, los periodistas «hicieron un enorme esfuerzo y entraron en una fase muy interesante en la que se centraron en los procesos sociales que se estaban produciendo, en los movimientos vecinales, en la ayuda a los mayores, en el apoyo a los sanitarios, en el testimonio de los supervivientes... Todo aquello nos hizo pensar que existe esperanza», dice Casares, y además, el trabajo estuvo acompañado del reconocimiento de los lectores, que aumentaron en un 6% las suscripciones de pago. «Los ciudadanos se han refugiado en sus cabeceras de confianza y eso nos hace ser optimistas. ¿Por qué esperar a una pandemia para hacer un periodismo constructivo?», se cuestiona Casares. «Hay aprendizajes que debemos incorporar de manera permanente».

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