«Pagábamos 600 euros de alquiler al mes por habitación, pero era una estafa y nos han desahuciado»
Los once inquilinos de una casa de Egia donde ayer se ejecutó un desalojo, entre ellos un menor, denuncian que el hombre que les subarrendaba las habitaciones «nos ha engañado y ha huido»
Martin Ruiz Egaña
Donostia
Jueves, 30 de octubre 2025, 11:08
Con los enseres que pudieron recoger y sin saber dónde dormirán dentro de unos días. En esta situación quedaron ayer once personas, entre ellas un ... niño y una mujer embarazada, tras ser desahuciadas de una casa del barrio donostiarra de Egia en la que vivían subarrendadas. Pagaban un alquiler de 600 euros por cada habitación, «con contrato y recibos» que lo constatan, a la persona arrendadora, que en este caso no era el propietario del inmueble. Precisamente aquí reside el conflicto por el que estas once personas están ahora en la calle.
El propietario de la villa se la había alquilado a otra persona que, a su vez, la mantenía subarrendada a las personas afectadas por el desahucio. Mientras estos inquilinos pagaban sus cuotas «todos los meses», el arrendador dejó de pagar la cuantía al propietario y, tras varios litigios judiciales entre estos dos últimos, se emitió la orden judicial para llevar a cabo el desahucio.
Muchos de ellos llevaban un tiempo considerable viviendo en la casa, ubicada en la calle Aldapa del barrio de Egia. «Yo llevaba ya casi cuatro años viviendo aquí. La mayoría residía desde hace más de tres años», cuenta uno de los desahuciados, que convivía junto a su pareja –madre del menor de 11 años– en la villa. Conocían a la persona que les alquilaba el inmueble y también sabían que últimamente tenía problemas con el propietario de la casa. «Le pagábamos el dinero en mano y teníamos contacto con él, le conocemos». No obstante, aseguran que cuando se enteró de que había problemas, se marchó del país. «Ya no está en España, se ha quedado el dinero y no tenemos manera de contactar con él. Nos ha estafado y ha huido», asegura otra afectada.
La primera noticia la recibieron hace ya más de un mes. «El 21 de septiembre nos contactó el casero diciéndonos que el 29 teníamos el lanzamiento de la casa. Nos pilló por sorpresa y contactamos con un abogado para gestionar el trámite, conseguir un tiempo para salir dignamente y buscar un nuevo domicilio». Entonces se encontraron con el primer escollo. «El abogado era el mismo que llevaba el litigio con el propietario, así que tuvimos que buscar otro que nos pudiera representar. A través de él, hemos hecho saber que en la casa había personas en situación de vulnerabilidad, un menor, una mujer embarazada... pero parece que no lo han querido considerar», explican.
Esta era su principal reivindicación: tiempo para poder abandonar el inmueble dignamente y buscar una alternativa residencial. Sin embargo, el juzgado número dos de Donostia ordenó el desahucio del demandado, que en este caso «no era ninguno de los inquilinos». Esta decisión llegó a oídos de los afectados apenas 24 horas antes de llevarse a cabo el desahucio. «Nos llamaron ayer –por el martes– para decirnos que nos iban a desahuciar. Nosotros pensábamos que, con las gestiones con el abogado, íbamos a conseguir alargarlo y conseguir un tiempo prudencial para buscar una alternativa, pero no ha sido así», expresan con visible preocupación.
«No podemos coger las cosas»
Sobre las 9.00 horas de ayer, varias patrullas de la Ertzaintza se personaron frente a la villa 22 de la calle Aldapa de Egia. «Nada más llegar ya estaban taladrando la cerradura. Ha sido un despliegue bastante grande. Nosotros estábamos tranquilos y hemos colaborado para salir, pero nos han dado muy poco tiempo». Apenas «media hora» para recoger los enseres de una casa en la que habían vivido años. «Llevo casi cuatro años viviendo ahí. Hemos sacado la mitad de nuestras pertenencias y, una vez fuera, ya no podemos recuperar esos objetos».
Los arrendatarios abonaban la renta de sus habitaciones «todos los meses» y cuentan con «recibos» de los pagos
Una vez ejecutado el desahucio, los perjudicados se pusieron en contacto con los servicios sociales del Ayuntamiento. «De primeras no nos han ofrecido ninguna alternativa. Su respuesta ha sido que preguntáramos en el albergue, a ver si había sitio. Ahora, con el apoyo de varios vecinos y asociaciones, hemos conseguido que nos den tres noches en un hostal», desvelan. En el caso de la mujer embarazada, la estancia será de «cinco noches». Un miembro de la asociación de vecinos de Egia Bizirik indica que «la intención es conseguir más tiempo para que se puedan buscar otras opciones».
Como respuesta ante una situación «desmedida e injusta» y de «estafa», como la calificó Stop Desahucios, se convocó una concentración en la plaza Iruresoro de Egia a las 19.00 horas, a la cual acudieron decenas de vecinos en apoyo a las personas afectadas por este desahucio. En principio, estarán alojados hasta el sábado en el hostal Uba de Donostia y en otro en el barrio de Loiola, pero no saben lo que vendrá después.
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