En Canarias no será así, al menos en las dos capitales. En Las Palmas de Gran Canaria convoca la manifestación la Red Feminista de Gran Canaria bajo el lema 'Sin igualdad no hay futuro. Si nos cierran caminos abrimos veredas' y no se tienen noticias de otra movilización para el 8M. Igual que en la capital tinerfeña, donde la cita la organiza la Plataforma Feminista 8M, en esta ocasión con el eslogan 'Revolución Feminista sin Fronteras. Transformando el mundo'. No obstante, el debate también está vivo en las islas.
«El feminismo no es un sentimiento»
La filósofa, educadora y activista Begoña Vera recuerda que entre 2016 y 2017 hubo un «resurgimiento» del feminismo fruto de la oposición de las mujeres a la pretendida reforma del aborto que quería llevar a cabo el entonces ministro Alberto Ruiz Gallardón. Empezaba entonces el movimiento MeToo, y poco después pasó la terrible violación de la Manada. Pero en ese resurgimiento, abunda, «hubo un malentendido porque el feminismo no es un sentimiento, es una teoría política con una agenda muy concreta que va a los cimientos del capitalismo, una agenda social, abolicionista, contra las violencias machistas». En ese sentido, añade, «se ha avanzado mucho, pero sin modificar las bases que nos condicionan. El avance en la igualdad se queda en un pensamiento mágico si no cambiamos las bases de la economía productiva y reproductiva».
«No hemos podido celebrarlo juntas»
Nayra Marrero, activista, recuerda la lucha conjunta contra la reforma de Gallardón. «Luchamos juntas» y el cambio, que significaba una vuelta atrás, se quedó «en dejar fuera a las menores». Ahora que se ha revertido la situación, añade, «no la hemos podido celebrar juntas. Es una lástima porque sí que estamos avanzando en cosas que históricamente hemos venido pidiendo como la ley del solo sí es sí o la atención y acompañamiento a las víctimas de violencia sexual». Además, sigue, «las dinámicas nos llevan a no tener ni un respiro. Ni nos podemos alegrar» y queda «como una sensación agridulce por ese enfrentamiento y los medios no ayudan. Hay un montón de ruido alrededor. Como cuando el Ministerio de Igualdad de Bibiana Aído, solo se la recuerda por lo de 'miembras' y nadie reconoció su trabajo».
Diferentes puntos de vista
Creo que si hay cosas importantes que se han conseguido, pero la prevención tiene peor prensa que el castigo. Ha habido un cambio de mirada en muchos temas, como con el consentimiento, es un cambio cultural y eso genera muchas resistencias. Como feministas tenemos mucho más que celebrar aunque no esta siendo posible como lo gustaría», dice Nayra Marrero.
Para Begoña Vera, en cambio, han aparecido «ciertos movimientos que dicen cómo debe ser el feminismo y esto genera conflicto. Hay feminismos que no responde a la genealogía feminista». Es más, añade, «todo lo que ha pasado es un caballo de Troya para cargarse el feminismo. Le quitamos el fondo y lo dejamos en camiseta de Zara», lamenta la filósofa.
La legislación trans ha abierto una brecha para el entendimiento entre distintas sensibilidades
La aprobación de la ley trans y las consecuencias legales de la ley del 'solo sí es sí' que ha permitido en algunos casos reducir condenas a agresores sexuales son los dos principales escollos para el entendimiento entre distintas sensibilidades del feminismo. La división comenzó con la tramitación de la ley trans. El feminismo radical –de larga trayectoria histórica– denunció el «borrado de las mujeres» que producía una norma que permite cambiar de sexo en el registro civil a voluntad propia. Para ellas, esta ley «resta» derechos a las mujeres.
El Ministerio de Igualdad «no se ha reunido con el movimiento feminista y eso es un poco extraño. Tienen un ministerio 'feminista' que no se sienta con las feministas ni sigue la agenda feminista», lamenta la filósofa Begoña Vera, quien recuerda que no ha logrado salir en esta legislatura ni la ley abolicionista de la prostitución ni la ley de trata. «En los últimos cinco años en Canarias solo se han reconocido dos mujeres en situación de trata. Y con una crisis migratoria. ¿Algo pasa no?» se pregunta.
Para la activista Nayra Marrero lo que se ha producido con la ley trans es «ruido» creando el «falso debate de que hay mujeres usurpando espacios o borrando a otras mujeres. Realmente lo que no podíamos hacer es dejar atrás una realidad sin reconocer derechos porque nos da miedo lo que va a venir. Espero que se curen las heridas con el tiempo.Que se vea que no pasa nada, que solo se ha avanzado en derechos para una parte de la población. Que nos demos de nuevo la mano. Quedan muchas políticas feministas pendientes de acabar, como la ley de trata, ahondar en la coeducación, reclamar mejores pensiones no contributivas para las mujeres, más derechos para mujeres que cuidan...».
En eso sí están ambas expertas de acuerdo, al feminismo le quedan aún muchas luchas pendientes.
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