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EFE
Berlín
Miércoles, 7 de octubre 2020, 11:04
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Las científicas Emmanuelle Charpientier y Jennifer Doudna son las ganadoras del Premio Nobel de Química por reescribir el «código de la vida» y «el desarrollo de un método para la edición del genoma», anunció la Academia Sueca de Ciencias en Estocolmo. Las premiadas descubrieron una de las herramientas «más afiladas de la tecnología genética»: las tijeras genéticas CRISPR-Cas9, apuntó la Academia, al comunicar su decisión. Con ellas, los investigadores pueden cambiar el ADN de animales, plantas y microorganismos con una precisión extremadamente alta.
El premio de Química es el último entre los premios científicos de la ronda de los Nobel, tras haberse revelado el lunes el de Medicina y este martes, el de Física.
Charpentier (Juvisy-sur-Orge, Francia,1968), es bioquímica y microbióloga especializada en virus y una de las investigadoras más innovadoras en el ámbito de la terapia genética que en 2002 estableció su propio grupo de trabajo y que ha estado vinculada a distintas universidades de Austria y Alemania. Doudna (Washington D.C., 1964), doctorada en Química Biológica y Farmacología Molecular en Harvard, es profesora en la Universidad de California en Berkeley, donde también dirige la División de Bioquímica, Biofísica y Biología Estructural.
Las tijeras genéticas CRISPR- Cas9 «han revolucionado las ciencias de la vida molecular, han brindado nuevas oportunidades para el fitomejoramiento, están contribuyendo a terapias innovadoras contra el cáncer y pueden hacer realidad el sueño de curar enfermedades hereditarias«, agregó la academia sueca. Charpentier y Doudna investigaron el sistema inmunológico de una bacteria streptococcus y »descubrieron una herramienta molecular que se puede utilizar para hacer incisiones precisas en el material genético, lo que permite cambiar fácilmente el código de la vida«.
Las dos bioquímicas fueron galardonadas en 2015 con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2015 por desarrollar «una tecnología que permite editar genomas de manera sencilla y precisa, y manipular el ADN de plantas, animales y humanos», destacó entonces la institución española.
El anuncio del premio de Química es el último en la ronda de los galardones eminentemente científicos entre los Nobel, tras haberse revelado los de Medicina, el lunes, y de Física, este martes. El de Medicina fue para tres virólogos, los estadounidenses Harvey J. Alter y Charles M. Rice y el británico Michael Houghton, por el descubrimiento del virus de la hepatitis C. El británico Roger Penrose, el alemán Reinhard Genzel y la estadounidense Andrea Ghez compartirán el de Física por sus descubrimientos en torno a los agujeros negros del universo.
Este jueves se anunciará el correspondiente a Literatura, el viernes seguirá el de la Paz y finalmente se cerrará la ronda con el de Economía, el próximo lunes. Todos los premios llevan incluida una dotación económica, que este año aumentó a 10 millones de coronas suecas -un millón más respecto a 2019- (956.876 euros, 1.121.533 dólares), a repartir en caso de más de un galardonado.
La totalidad de los galardones se entrega el 10 de diciembre, aniversario de la muerte del fundador, Alfred Nobel, en actos paralelos en Estocolmo, para los científicos, de literatura y economía, mientras que el de la Paz se celebra en Oslo. Tanto los anuncios de los premios como la entrega serán en esta edición en formato reducido por la pandemia del coronavirus.
El Nobel de Química 2020 deja fuera al que todo el mundo considera 'el padre' de la herramienta por la que han sido galardonadas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna y quien sentó hace cuarto de siglo las bases de la técnica CRISPR, el español Francis Mojica.
El propio científico ha afirmado que el premio le «ha pasado cerca». Sin perder la tranquilidad y con una sonrisa, Mojica ha asegurado desde su despacho del departamento de Microbiología de la Universidad de Alicante que ha visto la distinción a Charpentier y Doudna con «mucha alegría porque, independientemente de lo que te consideren», a la vez que ha añadido en referencia al jurado de los Nobel, «he estado implicado en esto muchos años».
«Se lo han dado al niño aquel que teníamos aquí y que nadie le hacía caso, y es un orgullo. No está bien decirlo, pero es como que el hijo que uno tiene ha triunfado en la vida», según Mojica, quien cree que «ahora se oirá mucho más hablar del CRISPR de lo que ya se hace» y eso es «un motivo de orgullo enorme».
«Se premian las CRISPR pero no se reconoce la contribución esencial de Francis Mojica», ha apuntado por su parte el investigador del Centro Nacional de Biotecnología Lluís Montoliu en su cuenta de Twitter. También el microbiólogo de la Universidad de Navarra Ignacio López-Goñi también se hizo eco de la noticia del Nobel con un tuit en el que señalaba lacónicamente: «Pues vaya, qué decepción!», en clara referencia a la no inclusión de Mojica entre los premiados.
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