Multan con 400 euros a dos jóvenes que bebían latas de refresco en Bilbao
La Policía local denunció por «hacer botellón» a ambos, de 22 años, que tomaban Kas sentados en Jardines de Albia, la víspera de fiestas y en plena ola de calor
Ainhoa de las Heras
Martes, 19 de agosto 2025, 10:43
Dos jóvenes de 22 años han sido denunciados por practicar botellón mientras tomaban unas latas de refresco de limón de la marca Kas, sentados en ... un banco de la plaza de los Jardines de Albia, en el centro de Bilbao. El incidente se produjo sobre las doce y media de la medianoche del jueves al viernes, día 15 de agosto, en plena alerta por calor extremo y en la víspera del txupinazo de Aste Nagusia, que dio comienzo a nueve días en los que bilbaínos y visitantes consumen alcohol en la vía pública de forma masiva y sin restricciones.
Según el testimonio de uno de estos jóvenes, que acaba de terminar la carrera de Magisterio, ambos se habían desplazado hasta Bilbao desde una localidad vizcaína cercana para ir a la discoteca Backstage, ubicada en las rampas de Uribitarte, con otros dos amigos, que al final no acudieron. Tenían entradas para la sala de fiestas, pero decidieron esperar a sus colegas, descansando y «hablando de nuestras cosas» en un banco de Albia.
«Como yo había tenido trancazo y aún estaba terminando de tomar la medicación, no iba a beber alcohol, y mi amigo tampoco», cuenta el chico en una conversación con este periódico. A esa hora «iba a estar todo cerrado», por lo que «compramos un pack de seis latas de kas, tres para cada uno, en un supermercado del pueblo y llevamos unos vasos de plástico de casa», recuerda. Cuando apenas había pasado media hora desde que habían llegado, «apareció un coche patrulla con las luces apagadas y dos municipales. Uno de ellos se paró donde estábamos nosotros y nos pidió los DNI».
«Buenas noches, la documentación, por favor», se dirigió a ellos. «No nos dijo nada más hasta que empezó a mirar lo que llevábamos en la bolsa». «¿Dónde tenéis el alcohol?», les insistió incrédulo. El agente les comunicó que les iba a denunciar y ellos mostraron su sorpresa. «Si no tenemos alcohol». El patrullero les explicó que, aunque no estuvieran consumiendo alcohol, podía sancionarles de igual forma «por generar residuos», según publica 'El Correo'.
«Preferentemente alcohol»
En el artículo 2 de la ordenanza, aprobada por el Consistorio bilbaíno en septiembre de 2006, para controlar un fenómeno que molestaba a los vecinos, se aclara lo que se entiende por botellón: «...el consumo de bebidas, preferentemente alcohólicas, no procedentes de locales de hostelería, en la calle o espacios públicos, por un grupo, cuando como resultado de esa concentración de personas, o de la acción de consumo, se pueda causar molestias a otras personas que utilicen el espacio público y a los vecinos, y deteriorar la tranquilidad del entorno o provocar situaciones de insalubridad».
Los jóvenes le advirtieron que su intención era la de tirar los restos y envases a la basura, pero tampoco así convencieron al policía, que por otra parte hacía su trabajo. Justo en ese momento, pasaba por el lugar un empleado de la limpieza. El patrullero vació el contenido de las latas de refresco «sobre la hierba» y tiró los vasos al cubo de basura. A continuación, les informó de que la multa ascendía a 200 euros «por pronto pago», que se duplicaría hasta los 400 euros, si decidían recurrirla. Les entregó un boletín de denuncia a cada uno de los dos y ellos lo firmaron. «Ya podéis marcharos», les indicó entonces. En el papel, el agente especifica que el motivo de la denuncia reside en «realizar botellón en vía pública» y que a los infractores se les ocupan «seis latas de kas limón, vasos y bolsas de plástico».
«Colaboradores»
Su compañero de patrulla se encontraba en las cercanías denunciando a otros jóvenes apostados en otros bancos del parque, que «sí estaban bebiendo», según el testigo, y a los que no conocían de nada. Cuando los dos chicos se lo contaron a sus padres y amigos, «se quedaron flipando». «Es la primera multa por supuesto botellón que nos ponen a uno de la cuadrilla», afirman.
Estos dos amigos quieren presentar alegaciones a la multa, porque les parece «injusta», aunque eso signifique que la cuantía se multiplique por dos si su recurso no prospera. «Igual me dejan dinero mis padres mientras busco trabajo y con el primer sueldo se lo devuelvo», planea uno de ellos. «Intenté entender por qué nos estaba multando. Hombre, me parece mal porque no teníamos alcohol, no íbamos a dejar basura ni estábamos montando follón. No me parece necesario denunciar a dos chavales por eso, la verdad. Además, fuimos colaboradores y no les hablamos mal», defienden.
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