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Carmen Murias, en su consulta en IKIGAI . HUSR
Entrevista a Carmen Murias, oncóloga y médica estética en Hospitales Universitarios San Roque

«Las mujeres estamos reinando en el sector oncológico, en clínica e investigación»

8M, Día de las Mujeres

Odra Rodríguez Santana

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 8 de marzo 2023, 07:09

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El sector sanitario es una de las áreas más feminizadas a nivel laboral, pero ¿existe igualdad de oportunidades?

En la época de mi padre, sin lugar a duda, el sector sanitario estaba dominado por el género masculino. Desde mi entrada en la universidad, en 2003, debo decir que ha sufrido un cambio al género femenino de manera rápida y exponencial. Recuerdo que en nuestra clase éramos 50 estudiantes y solo 8 eran hombres. Considero que el sector sanitario está muy inclinado al cuidado a los demás y es una actitud que suele ir más ligada a la maternidad y al género femenino en general, por ello que nos sintamos más cómodas con este tipo de oficios. Las plazas de residente médico están muy bien establecidas a nivel nacional. El que mejor nota saca en el examen MIR tiene más oportunidades de sacar la plaza en el hospital elegido para la especialidad y el que más trabaje e interés muestre en clínica e investigación, normalmente, conseguirá mejores puestos o más oportunidades. Si, además, opta por subespecializarte quizás, yéndote al extranjero, estarás mejor considerado.

Sin embargo son ellos los que ocupan los puestos de liderazgos. ¿La mujer tiene que esforzarse el triple para lograr un alto cargo?

Creo que cada vez hay más mujeres competentes y maravillosas ocupando cargos de liderazgo y tomando decisiones importantes pero también, que las mujeres a lo largo de la vida nos hemos infravalorado y creído menos capaces; hemos tenido más miedos. Afortunadamente, eso está cambiando y las mujeres nos hemos dado cuenta de que somos más capaces de lo que pensábamos. Por otro lado, la maternidad hace que en ocasiones decidamos priorizar la familia frente a la profesión y a veces, se pierden oportunidades interesantes. A nivel personal, nunca me he sentido excluida ni que hayan puesto en duda mi capacidad de liderazgo.

La conciliación familiar y laboral supone un sacrificio ¿Cómo ha encontrado el equilibrio?

Hasta que fui madre mi prioridad era mi profesión y formarme lo mejor posible. Me fui al Breast Cáncer Unit en el Hospital MD Anderson en Houston durante mi residencia y luego, a Londres a desarrollar investigación entre St Bart's hospital y Sarah Cannon Research Institute donde aprendí que las mujeres con cáncer de mama sufrían numerosos cambios hormonales que favorecían el envejecimiento y cambios emocionales provocando una disminución en su autoestima. Por ello decidí hacer el máster en Medicina Estética en Queen Mary University of London. A priori se vería raro que una oncóloga también se dedique a la estética, pero en eso se basa el progreso: en cambiar las cosas para intentar mejorarlas. Mi objetivo era cuidar a mis pacientes desde un punto de vista más holístico integrando el cuerpo y la mente. En Londres usábamos las máquinas Paxman para evitar la caída del cabello durante la quimioterapia que, afortunadamente, he conseguido traer al servicio de Oncología de Hospitales Universitarios San Roque. Esto provoca una falta de identidad, muchas pacientes dejan de reconocerse en el espejo, con un desgaste emocional muy elevado. Por otro lado, los cambios hormonales y las quimioterapias aceleran el envejecimiento, es por ello que en IKIGAI tenemos tratamientos específicos para recuperar la salud de la piel. Para mí ser madre no fue fácil. Fue un camino largo y frustrante de terapias de fertilidad. Me encanta mi trabajo, pero ser madre era una experiencia que quería y me hacía muchísima ilusión. Me quedé embarazada en 2020 y decidí volver a mi tierra natal a tener a mis bebés y a compartir lo que había aprendido. Desafortunadamente mis hijas fueron extremadamente prematuras y una de ellas falleció. Ha sido lo más duro que me ha pasado en la vida, pero también me ha ayudado a ser mejor médico y a entender mejor el dolor de una pérdida y, por lo tanto, a empatizar más con mis pacientes. Estoy feliz y me encanta mi trabajo y vida personal; creo que he encontrado el equilibro perfecto. Me levanto contenta cada día para ir a trabajar y mi hija me ve y sé que eso es un ejemplo para ella. Sinceramente, eso es lo que más me mueve, ser el mejor ejemplo de mujer y madre para ella.

Qué medidas cree necesarias para caminar hacia la igualdad

Deberíamos ser más equipo y aprender los unos de los otros, a ser mejor unidos. El poder está en trabajar juntos, en aportar lo mejor de cada uno para ser invencibles.

¿Ser mujer le ha permitido abordar un poco mejor a las mujeres que padecen cáncer de mama?

Sin duda, el ser mujer facilita la relación médico paciente cuando han padecido o padecen cáncer de mama. Eso no quiere decir que un hombre no pueda, pero es cierto que al inicio de la relación se suelen sentir más cómodas. Nos es mucho más fácil empatizar con lo que sienten, con los cambios físicos y hormonales que presentan ya que yo misma puedo haberlos sufrido. La empatía es una parte fundamental para una medicina de calidad.

Las oncólogas están adoptando un enorme protagonismo...

Sí. Las mujeres estamos reinando en el sector sanitario y oncológico a nivel clínico y de investigación. Es una especialidad dura y bonita a la vez. Es maravilloso poder ser parte de la historia y poner tu granito de arena en querer subsanar una de las mayores preocupaciones de la Salud Mental. Paso a paso vamos logrando que los pacientes vivan más y mejor. Sobre todo, es importantísimo incidir en la prevención. Es cierto que en las presidencias de sociedades científicas así como en debates/ponencias en congresos seguimos siendo minoría, pero creo que es porque nosotras ponemos límites a lo que somos capaces. Para cambiar esto, lo importante es criar a nuestras hijas sin miedos y con la seguridad de que pueden llegar a hacer todo lo que se propongan. Así veremos más presidentas en todos los campos en el futuro.

Murias, entregando un cheque regalo de IKIGAI a Lola Ortiz. HUSR

«Existe el prejuicio de que si eres médico no te puede gustar la diversión»

Murias fue reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria 2009, año que finalizóMedicina. Se trasladó a Oviedo a prepararse el MIR, que aprobó en 2010. «Mis tutores tenían el prejuicio de que no me tomaría en serio por haber estado en el mundo del espectáculo», apunta. «Existe ese concepto de que si eres médico no te puede gustar el arte ni la diversión. Al final, como en todo, el camino se demuestra andando, con el esfuerzo y cariño que le pones a lo que haces. Es importante creer en ti porque siempre habrán prejuicios», asevera la oncóloga.

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