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L.R.G.
Las Palmas de Gran Canaria
Sábado, 28 de diciembre 2024, 01:00
Quien tiene una mascota sabe que estos días de fiesta casi siempre lo pasan mal. Voladores y petardos asustan a animales domésticos y silvestres causándoles incluso la muerte. «Los ruidos como esos les producen sensaciones de pánico, no solo a las mascotas y animales silvestres, también a personas con trastornos del espectro autista (TEA) o personas con demencia. No entienden que es un producto artificial que tiene un principio y un fin», explica Sara Pérez Alberto, doctora en Veterinaria. Por eso recomienda buscarles «un refugio» y evitar «que huyan».
El daño que les provoca a mascotas y animales silvestres no solo es «orgánico», señala la experta. «No es únicamente que el estrés les haga aumentar su nivel de cortisol (la hormona del estrés) y con ello la glucosa en sangre. Sino que muchos perros pequeños, que son más propensos, pueden tener una patología cardíaca y se les disparan las pulsaciones provocándoles incluso un paro cardíaco», advierte.
Ataques de pánico Es lo que sufren las mascotas y animales silvestres por el intenso ruido de voladores y petardos.
Efectos El estrés que les produce aumenta el nivel de cortisol, les afecta orgánicamente y pueden sufrir un infarto.
Las mascotas en un ambiente de fuertes ruidos como los que producen los voladores y petardos sufren «ataques de pánico» que les hacen huir, señala la doctora Pérez Alberto. «No entienden que en su casa están seguros», afirma, por lo que emprenden la huida y pueden tener «un accidente».
La experta dice que, por ejemplo, si tenemos un perro en el exterior, en alguna terraza o jardín, es muy contraproducente atarlo creyendo que así no va a huir del ruido. Ese gesto, advierte la experta, puede acabar con la vida del animal porque «seguirá intentando correr y sufre el riesgo de ahorcarse».
También recuerda que hay que intentar accidentes como que caigan desde una ventana o balcón. «Hay perros que tienen tanto pánico que empiezan a estamparse contra los cristales», afirma. Y da igual que vivamos en un piso octavo. «Lo que quieren es huir y si hay una ventana abierta se lanzarán por ella».
Sara Pérez Alberto
Doctora en Veterinaria
Para evitar todo esto la veterinaria recomienda buscar un «refugio» dentro de casa. «Aunque sea en la ducha si allí se mitiga el ruido», dice. En esos días también procurar «no dejarlos solos» en la medida en la que se pueda. Además, si ya se sabemos que nuestra mascota tiene ataques de pánico por los petardos lo mejor es consultar con el veterinario. «Hay medicación como puede ser un ansiolítico o un tranquilizante» que puede reducir el estrés que sufre el animal. Pero esta medicación, advierte, debe ser prescrita por un o una veterinario atendiendo a la raza del animal, el tamaño y peso, la edad y si tiene o no patologías previas.
Además, dice, desde que empiezan las fiestas no se debería soltar al perro en ninguna zona aunque esté permitido, porque basta que oiga un petardo para que pueda salir huyendo «y no nos hará caso», remarca. «Entran en pánico y son capaces de cruzar hasta la autopista porque el miedo es más poderoso la experta, que advierte que muchos perros de razas pequeñas están infradiagnosticados y pueden sufrir ataques cardíacos en un episodio de pánico.
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