Un masajista abusa de una clienta y luego pide perdón a la víctima y a su marido

La respuesta del encausado fue una confesión en toda regla. «Ante dicho mensaje, el acusado manifiesta que (la denunciante) tiene razón, y que siente una absoluta vergüenza; y que no se lo había quitado de la cabeza (...), reconociendo ser una falta de respeto y (...) que había estado a punto de escribirle en varias ocasiones pero no sabía qué decirle; llegando incluso a pedir disculpas», recuerda la sentencia de la Audiencia de Granada que confirma la condena de dos años de cárcel por un delito de agresión sexual que había impuesto al procesado el juzgado de lo Penal que enjuició el caso.

En este sentido, el reo también pidió perdón al marido de la afectada, que también era su cliente, y admitió «que nunca se había pasado tanto de la raya». Además, esbozó una coartada que el propio investigado consideró endeble. El imputado manifestó que, cuando sucedió el incidente, estaba atravesando «un mal momento», pero concedió que «no era excusa».

Pese a peso de las evidencias en su contra, el agresor presentó un recurso ante la Audiencia en el que cuestionaba el testimonio de la víctima.

Sin embargo, los magistrados del tribunal provincial consideran fiable la declaración de la mujer y recuerdan que quedó refrendada por el intercambio de mensajes entre la perjudicada y el agresor. «(...) El pantallazo de la conversación de guasap mantenida entre ella y el hoy recurrente (...), claramente revela su ilícito proceder, llegando incluso a expresar a la víctima su vergüenza y pesar por la conducta que había tenido con ella durante la práctica del masaje, para reiteradamente pedirle disculpas por ello», recalca el fallo.

Según publica 'Ideal', los hechos ocurrieron el 15 de noviembre de 2022 en un establecimiento dedicado a la aplicación de masajes y ubicado en una localidad del cinturón metropolitano de Granada. Tanto la denunciante con su pareja eran usuarios del local, pero nunca antes habían tenido problemas con el propietario del negocio. En un momento dado, el masajista pidió a la mujer, que estaba boca abajo, que se diera la vuelta «y le tocó los senos». Ella se quedó «bloqueada», pero el procesado no se detuvo y le palpó la zona genital. «Incómoda por lo que estaba viviendo le dijo que, por favor, ya habían terminado. De la prueba practicada en la vista y la documental obrante, ha quedado acreditado que el acusado llevó a cabo dicha conducta con evidente intención de satisfacción sexual indebida», reproduce la sentencia de la Audiencia los pormenores del suceso.