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Las Palmas de Gran Canaria
Martes, 21 de febrero 2023, 12:31
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No son pocos los papás y las mamás que, durante los primeros meses de vida de su bebé, se han topado con un llanto desconsolado ante el que han dudado de la mejor manera de actuar. ¿Qué le ocurre a mi bebé? ¿Por qué llora? ¿Cómo puedo calmarle?
Una de las causas que puede provocar el llanto es que el niño tenga gases o tenga cólicos, dos problemáticas diferentes entre sí y que, sin embargo, a veces son complicadas de diferenciar. Según algunos estudios, uno de cada cinco bebés llora tanto que sus papás piensan que podría tener cólicos, aunque realmente podría llorar por otras causas. ¿Cómo diferenciarlos?
Gema Magdaleno, matrona de atención primaria y asesora de Chicco, explica que «los gases son normales en la digestión, en los bebés y también en los adultos, pero a veces los bebés no saben expulsarlos bien, lo que les produce dolor de tripa». Este dolor, en los pequeños, se manifiesta a través del llanto. «Generalmente, cuando el bebé tiene gases o estreñimiento, el signo más evidente es que tiene la tripita dura, hinchada, y observamos que intenta empujar, como si quisiera hacer caca y no pudiera».
Además, la especialista añade que, si le tocamos la tripa al bebé, seguramente llorará y manifestará más dolor. No obstante, en el caso del cólico del lactante se desconoce la causa exacta, aunque lo más probable es que se produzca por la inmadurez del sistema digestivo. «Los bebés nacen con un sistema digestivo inmaduro, y al comenzar a tomar cantidades importantes de leche les produce molestias, cúmulo de gases, o estreñimiento», comenta Gema. Lo que, en este caso, también va acompañado de dolor.
Gema Magdaleno explica que, si se trata de cólicos (dolor), el niño hará caca y expulsará los gases con normalidad. Por el contrario, si se trata de gases, el niño tendrá la barriguita hinchada, dura, y no hará caca ni expulsará gases.
Además, si ocurren antes de los cuatro meses de edad, a diario, o varias veces por semana (más de 3 veces por semana, más de 3 horas al día y durante más de 3 semanas), lo más probable es que sean cólicos. En el otro lado, si no cumplen este patrón, es probable que sean gases.
En ambos casos, lo primero y más importante es mantener la calma. «Aunque es realmente duro escuchar a un bebé llorar de forma desconsolada, si los padres se ponen muy nerviosos, el bebé probablemente se pondrá más nervioso aún, y esto solo empeorará la situación», explica la experta.
Lo que siempre les va a ayudar a sentirse mejor es el contacto con sus padres. La experta nos recuerda, además, algunos remedios fáciles que pueden ayudar a nuestro bebé ante estas situaciones:
Los masajes en el abdomen, de forma circular en el sentido de las agujas del reloj (apretando un poco la tripita del niño, alrededor del ombligo) le pueden ayudar a expulsar los gases y las cacas. También le ayudará que llevemos con nuestras manos sus piernas hacia la tripa, haciendo un poco de presión.
Aplicar calor en su tripita, con nuestras manos o con un saco de semillas, también le aliviará.
Para los cólicos, el porteo es un remedio fantástico. No solo calma y consuela al bebé, sino que le ayuda a relajar su tripa, y a expulsar los gases de forma simple.
Algunas posturas también pueden ayudar a calmar su dolor, como colocarle boca abajo en nuestro antebrazo, o recostado sobre nuestro pecho.
Un baño con agua templada también es beneficioso en momentos de crisis.
Si es un bebé amamantado, seguramente se calmará poniéndole al pecho.
Si alimentamos a nuestro bebé con leche de fórmula, es importante utilizar un biberón con tecnología anticólicos para facilitar la expulsión de aire al comer, y que no acumule más gases, como los biberones Perfect 5 de Chicco.
Y, por el contrario, nunca debemos dar infusiones, medicaciones o ninguna otra sustancia sin consultarlo con nuestro pediatra.
Y, recuerda: «los niños son capaces de captar las emociones de los adultos de su alrededor, e imitarlas»; insiste la experta. «Para poder calmar a un bebé, es importante que los adultos estemos calmados».
Chicco cuenta con Perfect 5, un innovador biberón biofuncional desarrollado específicamente para evitar los desagradables cólicos y facilitar la nutrición del bebé, que se adapta al ritmo de succión del mismo en cada toma, evitando interrupciones y ahogos y la ingesta de aire innecesaria.
El sistema anticólicos de Chicco regula el paso del aire, que entra por la base y no se mezcla con la leche, adaptando además el flujo de leche a la intensidad de la succión del bebé para lograr un máximo confort y una toma suave y continuada. Además, su tetina ergonómica favorece el movimiento ondular de la lengua, y cuenta con un 98% de aceptación.
Perfect 5 está disponible en 150ml, 240ml y 300ml y en tres colores diferentes: blanco, rosa o azul. Lo podrás encontrar en farmacias, tiendas especializadas de puericultura, tiendas Chicco
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