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Carlos Morán
Granada
Martes, 21 de diciembre 2021, 11:13
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El 'caso Juana Rivas' ha desembocado en una batalla jurídica entre las partes implicadas que es cada vez más encarnizada. Prácticamente no hay día en que no arda una hoguera en un asunto que se ha tornado muy delicado porque, de un tiempo a esta parte, los focos se han dirigido hacia un chico menor de edad, cuya intimidad está especialmente protegida.
Este lunes fue Manuel Piñar, el magistrado granadino que condenó a Juana Rivas por esconderse con sus hijos para no entregárselos al padre y que también le ha negado la suspensión de la pena, quien remitió una carta al periódico IDEAL en la que aseguraba estar tranquilo y confiado en que su actuación ha sido correcta. En este sentido, avisa a quienes le critican por sus controvertidas decisiones que se equivocan si creen que quiebran su ánimo y han conseguido apabullarle, indica sin referirse a nadie en concreto. En esta misma línea, el jurista añade en su comunicado que los reproches contra él han sido un «absoluto fracaso».
Incluso afirma que recibe los ataques con enorme agrado. «Hoy por hoy, soy una persona tremendamente satisfecha y me siento infinitamente halagado de que determinadas personas me estén sometiendo a escarnio público aún a costa de manipular publicaciones y hacer fotomontajes con mis datos. Me preocuparía seriamente y estaría muy afectado anímicamente sí, en estas circunstancias, hubiera sido objeto de sus alabanzas o sus prebendas o medallas, que nunca aceptaría, porque las condecoraciones y hasta los nombramientos para altos cargos valen lo que vale el que los concede», señala Piñar en su nota.
En cuanto a su polémico planteamiento de negar la libertad a Rivas porque, entre otras cosas podía suponer un peligro para sus hijos, ya que, estando bajo su custodia, uno de ellos, supuestamente, habría sido víctima de un grave delito, Piñar insiste en su argumentación y afirma que cumplió con su deber al detallar los pormenores en su resolución. Pese a reconocer que ese caso fue sobreseído sin que se imputase a nadie, Piñar concede total «credibilidad» a una declaración del niño. «Quienes rebatan esto, no me rebaten a mí, ni (están) atacando mi credibilidad, pues en realidad a quien quieren callar es al menor y están rebatiendo y restando credibilidad a un niño...», expresa el magistrado
Se da la circunstancia de que tanto la Guardia Civil como los peritos de Márgenes y Vínculos –una entidad a la que recurre la justicia para llevar a cabo informes sobre menores víctimas de delitos– concluyeron que no había indicios de infracción penal. Pero para Piñar eso no es relevante porque «ningún agente de Seguridad del Estado ni ONG examina las secuelas del delito en una víctima», afirma textualmente.
El hecho de que ese asunto fuera archivado provisionalmente (no se ha reabierto) tampoco es decisivo para el juez del 'caso Juana Rivas'. «Al margen de matices de autor desconocido o no acreditación del hecho o pruebas o contrapruebas, lo que creo que debe primar es que el menor, en su única manifestación al médico, le dice la expresión 'alguien me ha hecho daño (…)'. Eso alude a un hecho concreto y a alguien involucrado», reflexiona Piñar.
De paso, arremete contra el llamado 'lenguaje inclusivo'. «No vayamos ahora a que con ese nuevo sistema de comunicación que su entorno predica de todas, 'todes', 'niñes'… y demás sandeces, también queramos cambiar el sentido de todo el lenguaje».
De otro lado, Carlos Aránguez, el abogado de Juana Rivas, hizo público también ayer un comunicado en el que advertía de que Piñar había tramitado, sin competencia alguna para ello, su propio expediente de indulto», algo que desmintió el magistrado en su escrito.
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