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Más jóvenes canarias captadas por las redes sociales para la prostitución

Más jóvenes canarias captadas por las redes sociales para la prostitución

Cáritas denuncia la creciente violencia contra las mujeres en contexto de prostitución por parte de los puteros, proxenetas y redes de trata

CANARIAS7

Las Palmas de Gran Canaria.

Jueves, 24 de noviembre 2022

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Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Cáritas Diocesana de Canarias denuncia la creciente violencia contra las mujeres en contexto de prostitución por parte de los demandantes, proxenetas y redes de trata.

En un comunicado, la ONG destaca que en su trabajo de atención a las mujeres en contexto de prostitución «ha constatado el significativo aumento del 54% de mujeres muy jóvenes, entre 19 y 24 años, muchas de origen canario». Son, afirma, «jóvenes que son captadas por elsistema prostitucional a través de sus perfiles personales de redes sociales».

Es un nuevo perfil, jóvenes canarias muy jóvenes con el sistema de captación usa las redes sociales como puerta de entrada. «A través de sus perfiles digitales, les proponen planes atractivos con los que tratan de captarlas para demandantes de alto poder adquisitivo. Esta fórmula de captación es especialmente eficaz en las jóvenes que carecen de una red de protección», explica Cáritas en la nota. Esa ausencia de red familiar o de entorno afectivos «genera vulnerabilidad en las mujeres, por la ausencia de apoyo emocional que prevenga situaciones de exposición a la explotación sexual, especialmente en las mujeres más jóvenes». «Además de suponer un desamparo en caso de necesidad económica como en el caso de jóvenes recién salidas de centros de menores, con una situación familiar desestructurada y el desamparo institucional una vez cumplen la mayoría de edad», añade Cáritas.

Más violencia

Cáritas Diocesana de Canarias «ha constatado un recrudecimiento de la violencia contra las mujeres en contexto de prostitución, violencia que va más allá del ámbito concreto de la prostitución y se traslada también a otras esferas donde las mujeres viven situaciones de violencia soterrada». Y esta violencia en contextos de prostitución «es intrínseca al sistema de explotación sexual».

Cáritas explica en su comunicado que «el simple acceso al cuerpo de una mujer que no lo desea es violencia sexual y los demandantes ven legitimado el uso de la violencia por haber pagado el 'servicio', demandando prácticas sexuales degradantes y humillantes para las mujeres, que se inspiran, principalmente, en lo que muestra la pornografía consumida por la mayor parte de estos hombres».

El uso de la violencia de los proxenetas y personas implicadas en la red de explotación sexual difiere en función de los medios de coacción, añade la ONG. «Desde el sistema de deuda que ata a las mujeres al sistema prostitucional, hasta el uso del juju (en el caso de las mujeres nigerianas) con el fin de someterlas bajo la amenaza de morir ellas o sus familiares si incumplen el pago de la deuda supuestamente derivada de los gastos del viaje y el pago a los proxenetas que suele ser en torno a 50.000 euros para las mujeres nigerianas».

Violación de derechos

Esta violencia ejercida sobre las mujeres en contexto de prostitución se traduce en vulneración de derechos. Por un lado, señala Cáritas, vulneración del derecho a la vivienda cuando viven bajo un sistema de plazas que las obliga a alojarse en los mismos lugares donde son explotadas sexualmente, sometiéndose muchas veces a las condiciones impuestas en estos lugares para no quedar en situación de calle y estando en constante movilidad geográfica, lo que no les permite generar arraigo en un hogar ni poder empadronarse. O cuando intentan alquilar una vivienda y no acceden a un contrato por el estigma de ejercer la prostitución o por los numerosos requisitos que les exigen.

El perfil más general de la prostitución atiende a mujeres extranjeras en situación administrativa irregular, procedentes principalmente de países extracomunitarios como Colombia, Venezuela y Nigeria. Las mujeres procedentes de países europeos provienen, principalmente de Rumanía. Vincularse a una red de trata muchas veces es la única alternativa para llegar a España.

Internet, otro espacio de violencia

«El uso de webcams para la exposición de las mujeres a prácticas sexuales es lo más común, con el agravante de poder ser grabadas, lo que implica la permanencia del acto y la posibilidad de que sus imágenes sean usadas sin consentimiento en otras plataformas, situación que ya se ha dado», señala Cáritas en su comunicado. Internet, además, supone un espacio en el que el sistema anuncia a las mujeres y donde los hombres comparten información sobre los 'servicios de prostitución', como si de una mercancía se tratara, destaca Cáritas: «De hecho, las plataformas se asemejan a otras relacionadas con la venta de coches o de reseñas de viajes.

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