Japón despliega al Ejército para contener una oleada de ataques de osos que ha matado a 12 personas
Las Fuerzas de Autodefensa instalan trampas y apoyan a los cazadores locales ante el aumento de encuentros mortales en una región montañosa y de población envejecida
Japón ha movilizado tropas de las Fuerzas de Autodefensa Terrestre (GSDF) en la prefectura de Akita, en el norte del país, para frenar una escalada ... de ataques de osos que ha sembrado el terror entre los residentes. Los animales, principalmente osos pardos y asiáticos negros, han sido avistados cerca de escuelas, estaciones de tren, supermercados y hasta un conocido balneario de aguas termales, en vísperas de la temporada de hibernación. Desde abril, más de 100 personas han resultado heridas y al menos 12 han muerto en ataques de osos en todo Japón, según el Ministerio de Medio Ambiente. En Akita se registraron más de 50 agresiones desde mayo, con cuatro víctimas mortales.
Akita, en la región de Tōhoku en el norte de Japón, es una prefectura dominada por montañas y densos bosques. Tiene una población estimada en unos 915.000 habitantes y abarca 11.637 km² de terreno montañoso. Con un clima frío y nevadas intensas en invierno, su economía se basa en la agricultura, la pesca, la silvicultura y el turismo –sobre todo coreano–, pero sufre la mayor disminución poblacional de Japón. Por lo demás, esta prefectura es conocida en todo el mundo gracias a que el abuelo de Shinnosuke Nohara, el niño travieso protagonista del manga 'Shin Chan', vive allí.
La llegada del otoño, previa al inicio de la hibernación, ha multiplicado los encuentros fortuitos entre humanos y plantígrados. Muchos ejemplares, hambrientos y desorientados, bajan de las montañas en busca de comida ante la escasez de frutos silvestres en los bosques y lo que antes era un fenómeno ocasional se ha convertido en un problema cotidiano. En pueblos y ciudades de Akita se han reportado avistamientos casi diarios, según las autoridades locales.
El Ministerio de Defensa nipón explicó que los efectivos desplegados realizarán labores de patrullaje y apoyo logístico, junto con equipos de emergencia y cazadores experimentados. El objetivo es rastrear los movimientos de los animales y garantizar la seguridad de los vecinos. «Se trata de una operación temporal de carácter preventivo, centrada en proteger a la población de nuevas incursiones», explicó un portavoz militar.
Despoblación y abandono
Con una población envejecida y en constante descenso, muchas de las aldeas de Akita tienen pocos vecinos jóvenes, lo que ha reducido la capacidad de reacción ante este tipo de emergencias. Las autoridades locales señalan que la combinación de despoblación y abandono del medio rural ha facilitado que la fauna salvaje se acerque sin obstáculos a las zonas habitadas.
En los últimos años, la población de osos negros asiáticos y osos pardos en el norte de Japón ha crecido de manera sostenida, un fenómeno que los expertos atribuyen a la disminución de cazadores y a la abundancia de alimento en determinadas estaciones. Sin embargo, el mal tiempo del último invierno y la variabilidad en la producción de frutos silvestres habrían alterado su comportamiento.
El Ministerio de Medio Ambiente ha reconocido la gravedad de la situación y ha pedido a los ciudadanos que eviten caminar solos por zonas boscosas o rurales. Además, se están distribuyendo folletos con recomendaciones sobre cómo actuar ante un encuentro con un oso, así como dispositivos sonoros para ahuyentarlos. Varios pueblos han instalado altavoces y alarmas que advierten de la presencia de los animales en las inmediaciones.
El Gobierno central japonés se plantea tomar medidas para reducir el riesgo de nuevos incidentes, entre ellas reforzar la vigilancia mediante drones y cámaras en los límites de las áreas urbanas. «No se trata solo de una emergencia de seguridad», apuntó otro funcionario del Ministerio de Medio Ambiente, «sino de un problema ecológico y demográfico que refleja la transformación de las zonas rurales del país».
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