Crimen del bar Arenales: Intentó descuartizar el cadáver de Triana Arias tras acuchillarla en el cuello

El grancanario David Santana, presuntamente, acabó con la vida de la joven colombiana Triana Arias en su local, el bar cafetería Arenales, tras asestarle un ataque mortal con un objeto punzante en la zona izquierda de su cuello. Después y con la víctima ya inerte y casi desangrada, pudo haber intentado descuartizar su cuerpo, cortándole parte del cuello y las piernas, puede que con el objetivo de introducir sus restos mortales en algún recipiente o para deshacerse del mismo sin ser descubierto.

Según personas del entorno de la víctima, Triana Arias fue vista en la zona de Molino de Viento por última vez el día 24 y horas más tarde, el 25, envió un mensaje de texto desde su teléfono móvil a su entorno más cercano para comunicarles que iba a ir a una fiesta, presuntamente en el bar donde presuntamente pudo haber sido asesinada. Tras el hallazgo del cadáver el domingo, los investigadores manejan la hipótesis de que David Santana pudo haber desconectado las cámaras de seguridad de su local y borró las imágenes para eliminar cualquier rastro del crimen.

Esta es la tesis que más fuerza ha cobrado en las últimas horas para los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Las Palmas que investiga desde el pasado domingo día 27 el crimen de Triana Arias, una colombiana nacida el 25 de julio de 1983 y residente de forma ocasional en Gran Canaria cuyo restos mortales fueron hallados en la playa de Los Enanos, un enclave aruquense situado cerca de San Andrés.

Desde el momento en que fue encontrado el cadáver por un ciudadano que caminaba por la costa, los agentes de la Guardia Civil encargados de la investigación pudieron identificarla. El hallazgo del cuerpo, que presentaba los referidos signos de muerte violenta, activó al grupo de Homicidios del Instituto Armado que centraron rápidamente sus esfuerzos en localizar al presunto o presuntos responsables de este macabro hallazgo.

Este martes, la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Las Palmas detuvo a David Santana, propietario del bar cafetería Arenales. El arresto tuvo lugar en su domicilio de Las Torres a primera hora de la mañana. Tras la captura, los guardias civiles procedieron al registro de la vivienda y, poco después, a las 10.45 horas, David Santana fue trasladado al local que regenta, en el barrio de Arenales, donde realizaron las diligencias necesarias para intentar esclarecer los hechos. Las sospechas apuntan a que el crimen pudo haberse producido en ese mismo establecimiento.

Durante esa misma jornada, los investigadores llevaron a cabo la denominada fase de explotación de la investigación. Inspeccionaron el bar minuciosamente en busca de restos biológicos y otras posibles pruebas que les ayude a confirmar si fue o no el escenario del crimen. La actuación policial se extendió durante varias horas y se espera que el detenido pase a disposición judicial en un plazo máximo de 72 horas que expiran el jueves.

Los hechos se remontan al pasado 27 de abril, cuando el cuerpo sin vida Triana Arias, de 41 años, fue encontrado en la playa de Los Enanos, en la localidad de San Andrés –Arucas–, un cadáver que presentaba las duras marcas de de este espeluznante crimen.

Al lugar acudió la autoridad judicial en funciones de guardia –el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Arucas– ese domingo que supervisó las labores de los investigadores y determinó el levantamiento del cadáver. Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas (IML) realizaron las pesquisas previas en la misma costa antes de llevar a cabo la autopsia, cuyo informe preliminar con las causas del fallecimiento están en poder del instructor de la causa. El motivo del fallecimiento fue la muerte por una cuchillada en el cuello que provocó su desangrado en una causa que permanece bajo secreto de sumario.

David Santana, según fuentes cercanas a su entorno, es originario de San Mateo y padre de dos hijos de distintas relaciones y regenta desde hace unos años el bar cafetería Arenales, ubicado en la confluencia de las calles Castrillo y Ángel Guimerá. El local es muy conocido en el barrio, «tanto por su oferta gastronómica como por su antigüedad», sostuvieron a este periódico varios vecinos que estaban asistiendo expectantes a la actuación policial.

Varios de ellos describieron al investigado como una persona «cercana y afable», aunque reconocen que en la zona circulaban ciertos rumores. «Siempre fue simpático con los clientes, pero también se hablaba de cosas no tan buenas», comentaron algunos residentes presentes pero sin dar más detalles. Estas mismas personas indicaron que el detenido podría mantener un vínculo de carácter sentimental o simplemente sexual con la víctima.

Detrás del cordón de seguridad instalado por la Guardia Civil, otro grupo de testigos afirmaron que el establecimiento permanecía cerrado por las noches al concluir su horario habitual y luego, ya con la puerta cerrada al público, se celebraban lo que podría denominarse como «fiestas clandestinas». No obstante, aseguran estas mismas fuentes que no tienen constancia de que en ellas participaran mujeres en situación de prostitución.

El registro del local mantuvo en vilo al vecindario durante toda la mañana. Muchos residentes, visiblemente sorprendidos y preocupados, se agolparon tras el cordón policial observando el amplio despliegue.

La jornada estuvo marcada por la toma de muestras y pruebas en el interior del bar con la presencia del detenido, llevada a cabo en conjunto con el equipo de Criminalística, Homicidios y Ucesic de la Guardia Civil, con el apoyo de la unidad del Grupo Especial de Operaciones de Intervención de Alto Riesgo de la Policía Local, que entraban y salían del establecimiento equipados con trajes EPI –con sus caras tapadas algunos de ellos con pasamontañas–, transportando varias bolsas precintadas como parte de la recolección de pruebas.

La investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones. El procedimiento judicial está siendo instruido por un juzgado de Arucas, sin perjuicio de que se declare competente uno de Las Palmas de Gran Canaria en próximas fechas.

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