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Los equipos de extinción que desde hace dos días tratan de frenar el superincendio forestal que calcina La Palma se centraban este domingo por la noche en impedir que las llamas, que ya han arrasado más de 5.000 hectáreas, avancen hacia zonas habitadas y también que sigan su penetración en el parque nacional de la Caldera de Taburiente, la gran joya medioambiental de la isla canaria.
El dispositivo de emergencia, los hidroaviones y los helicópteros se afanaban en que las lenguas de fuego no llegasen a la viviendas de Tirajafe -después de que se quemasen ya una veintena en el territorio de Puntagorda- y en contener las llamas para evitar que superasen los parajes de El Fayal y el Barranco de Izcagua en dirección a Garafía.
De igual manera, los equipos de extinción trataban de evitar que el fuego penetrase en el corazón de la Caldera de Taburiente, después de que ya en las últimas horas del sábado hubiese atravesado los límites de la zona sur occidental del parque natural, según confirmó inicialmente la Guardia Civil. Los técnicos, después de una inspección desde el aire, confirmaron el dato, pero indicaron con cierta satisfacción que el incendio avanzaba lento y que podía quedar frenado por el cortafuego natural de unos escarpados barrancos.
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Las llamas, que comenzaron en la madrugada del viernes al sábado, sobre la una, en las proximidades del kilómetro 76 de la carretera LP-1, en el término municipal de Puntagorda, seguían anoche fuera de control. La cercanía del fuego obligó a las autoridades a ordenar el desalojo de dos pueblos, Puntagorda y Tijarafe, y a evacuar entre ambos a 4.255 vecinos.
La mayoría de los desalojados se han refugiado en lugares próximos, en las casas o propiedades de amigos y allegados, pero al menos un par de centenares se encuentran en el pabellón municipal de Los Llanos de Aridane, donde Cruz Roja ha montado un centro de acogida.
Se trata del mismo recinto en el que hace casi dos años se refugiaron la mayoría de los vecinos que tuvieron que huir de los municipios de la zona para ponerse a salvo de la lava y los proyectiles lanzados por el volcán.
Los responsables de Protección Civil no solo han puesto a salvo a los vecinos sino que han creado dos puntos, uno en Los Llanos de Aridane y otro en El Paso, para alejar de la amenaza del fuego a más de 70 animales entre domésticos y de granja.
El dispositivo de lucha contra el fuego lo compusieron a lo largo del domingo cerca 500 personas entre bomberos, fuerzas de seguridad, brigadas forestales, equipos sanitarios y medios aéreos, entre los que había dos hidroaviones llegados de Málaga y Gran Canaria, avionetas y casi una decena de helicópteros.
A este despliegue se esperaba que se uniesen a lo largo de la tarde un centenar de especialistas de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que partieron el domingo por la mañana desde la base aérea sevillana de Morón de la Frontera hacia La Palma en un avión de carga A-400M del Ministerio de Defensa. Los incendios forestales que ayer seguían activos en Tenerife y Gran Canaria pudieron ser controlados, lo que permitirá enviar más medios a La Palma si fuese preciso.
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