Mabel Lozano · Escritoria, directora y productora cinematográfica
«Negar la violencia contra las mujeres es como negar que el Sol existe»Estrena su nuevo corto documental en el Festival de San Sebastián, un caso de explotación sexual a una mujer con parálisis cerebral
Mabel Lozano lleva detrás de la cámara desde 2006. Utiliza el lenguaje audiovisual como un altavoz de denuncia de la violación de los derechos humanos y de la mujer. Su nuevo trabajo, el cortometraje 'Abril, hoy no es invierno', coproducido por Videoreport Canarias, narra la explotación sexual comercial a una mujer con parálisis cerebral que pide ayuda por sistemas alternativos de comunicación. Una historia tan atroz como real, que se estrenará en el Festival de San Sebastián.
–'Abril, hoy no es invierno', no es una historia basada en hechos reales, sino que cuenta la situación tal cual ocurrió...
–Sí, la historia es real y, además, está contada en primera persona. La cuenta la abogada de la asociación de personas con parálisis cerebral, Aspace, que recibió el grito de auxilio. En mis documentales no cuento historias basadas en hechos reales, cuento historias reales 100% y siempre elijo la primera persona; tiene más potencia. No es lo mismo decir cómo explotaron a esa mujer, que «a mí me ha pasado, yo he estado o yo lo he visto». Siempre dejo mi cámara, mi altavoz, al servicio de las personas directamente que tienen que hacer la denuncia.
–Y esta historia real llega en plena oleada de negacionismo de la violencia machista. ¿Qué opina al respecto?
–Me parece una locura. Negar la violencia contra las mujeres es como negar que el Sol existe. ¿Cuántas mujeres han sido asesinadas a día de hoy? ¿Eso qué es, una fantasía? No lo inventamos; son datos, estadísticas. Son mujeres asesinadas por hombres que, bueno, entendían que realmente eran de ellos. Maridos, parejas que, con total impunidad, asesinan a esas mujeres. ¿Eso cómo se llama? ¿Qué nombre quieren ponerle? Y estamos viendo que efectivamente hacemos muchos trabajos para desacelerar esa violencia y para sensibilizar, pero todavía queda mucho rastro machista, misógino y patriarcal. Y de repente esas voces... La violencia, la xenofobia... pero, sobre todo, a mí lo que me da miedo es por qué se compran esos discursos casposos, antiguos y retrógrados. ¿Por qué hay mujeres que votan a esos partidos? No entiendo si es que les va a gustar que dentro de 15 años estemos hablando de nuevo con la pierna quebrada y atada a la pata de la cama, que los hombres sean quienes decidan si tenemos cuenta corriente o no, si estudiamos o no. Es una involución total.
–¿Qué impacto cree que va a tener su nuevo corto?
–Inaugura la sección Made in Spain del Festival de San Sebastián, un hito, y creo que los espectadores se van a quedar absolutamente como si les hubieran dado una paliza. Y es que es una historia brutal, contada en primera persona, que pone el foco en el demandante del sexo de pago. En la trata, la prostitución o lo que le pasó a esta señora en Francia, a veces ponemos el foco en las víctimas y las revictimizamos. No, el foco hay que ponerlo en los hombres que compran ese tipo de servicios. O sea, ¿estamos hablando de seres humanos o de bestias?
Todavía me levanto cada mañana y pienso, ¿cómo es posible que haya miles de mujeres víctimas de trata, miles de mujeres siendo prostituidas en nuestro país y todas las noches van hombres, cada vez más jóvenes, a comprarla? ¿Con qué derecho? ¿Por qué? ¿Se piensan que tienen derecho por haber nacido hombres? ¿Eso les da ese derecho de pernada de colonizar los cuerpos de la mujer, de violarla, de violentarla? Una mujer que ni quiere estar contigo ni te ha elegido, simplemente está ahí porque tiene que sobrevivir o tiene que dar de comer a sus hijos. La historia de 'Abril, hoy no es invierno' va a remover conciencias.
«Siempre dejo mi cámara al servicio de las personas que tienen que hacer la denuncia»
–¿Cómo fue enfrentarse a ella y llevarla a la pantalla?
–A pesar de llevar 20 años hablando de trata, de mujeres prostituidas o asesinadas, la historia de Abril me impresionó. Ángeles Blanco, la abogada de la asociación Aspace, me la contó en el estreno de 'Ava' —que le mereció un Goya a mejor cortometraje documental en 2024— y le dije: «No quiero que me la cuentes, no la voy a contar ahora, no puedo contarla, tengo que alejarme». Había contado 'Biografía del cadáver de una mujer', que era la historia de una mujer brutalmente asesinada por el proxeneta que la había captado delante de su hijo en un pueblo de Pamplona, por el que recibí un Goya. Luego, 'Ava'. Llevaba también muchos años con la serie 'Pornoxplotación', sobre las víctimas de la pornografía, y tenía mucho miedo a acostumbrarme a vivir con los monstruos y volverme tibia de corazón. Ángeles me dijo que yo tenía que contar la historia de Abril para no revictimizarla. Me dijo que me esperaría, pero al final no tuvo que hacerlo, porque hay que seguir denunciando.
–¿Cómo de potente es el altavoz de la industria audiovisual?
–El cine es una gran herramienta de transformación social, sobre todo porque pone delante de un espejo a muchas personas. Si situaciones como esta ocurren es porque se permiten o ejecutan. Y más en un momento como este, en el que hablamos de la ley de la abolición desde hace años y ¿dónde está?, o en el que escuchamos a voces casposas, antiguas y retrógradas dudar de la violencia de género. Vamos hacia atrás.
«La historia de Abril es brutal. La conocí y necesité alejarme, temí acostumbrarme a los monstruos»
–Hablando de política, ¿el caso Ábalos nos viene a enseñar que el consumo de la prostitución no entiende de ideologías?
–Efectivamente. Es que la gente dice: «No, esto no se errradica porque los políticos se van de putas», y yo siempre digo, los políticos, los carpinteros, los albañiles, los abogados... Es decir, esto no se erradica porque los hombres hacen ese uso y abuso de poder. Porque, al final, la prostitución no es sexo; te compran y haces lo que a ellos les da la gana y lo hacen los políticos de izquierda, de derecha, albañiles de izquierda y de derecha. Eso es lo lamentable, pero, claro, cuando encima hablas de políticos de partidos que hablan de la abolición de la prostitución... Es terrible.
–'Abril, hoy no es invierno', se rodó entre Madrid y Gran Canaria, ¿cómo fue la experiencia?
–Maravillosa. Además, la tendencia de Videoreport es hacer cine social. Yo creo que, con suerte, el año que viene voy a hacer mi primera película de ficción, producida por Videoreport Canarias. Ahora también estoy terminando mi primera novela de ficción, basada e inspirada en la historia de 'Ava'.
–Canarias es, además, una de las autonomías con mayor prostitución, ¿tiene que ver con que también es una de las que más migración recibe?
–Claro. Es que la mayoría de las mujeres en situación de prostitución son migrantes, sin papeles, con hijos menores a su cargo, que quieren exactamente lo mismo que tú y que yo. ¿Tú qué quieres? Te pregunto a ti.
–Sobrevivir...
–Como todo el mundo. Y con toda la xenofobia que hay ahora, ¿de verdad crees que si una mujer pudiera dar de comer a sus hijos saldría de su entorno familiar y se iría al otro lado del mundo sola? Lo hace porque al final todas las personas queremos lo mismo: sobrevivir, vivir, poder alimentar a tus hijos, poder dar de cenar esta misma noche a tus hijos, y ese es el sueño migratorio. Canarias, además, tiene mucha trata, porque son mujeres que vienen en patera, muchas son víctimas de redes nacionales y transnacionales que se lucran de la miseria de los seres humanos.