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Más de 32.400 estudiantes en Canarias presentan Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE) o Necesidades Educativas Especiales (NEE). Pero cuando abandonen el sistema, al cumplir 21 años, se encontrarán con el olvido esperando por poder entrar en un centro público ocupacional. Es lo que denuncia la plataforma ¿Y ahora qué hacemos?, fundada por cuarenta familias de jóvenes con discapacidad en Gran Canaria. Ruth Santana, la madre de Texeira que hizo un vídeo denunciando el caso de su hija, una joven de 22 años que «salió del cole en 2021 y cayó en una lista de espera que parece que no existe, o que nadie desvela ni conoce».
«El problema literalmente es que después de que cumplen 21 año salen del sistema educativo y se quedan invisibilizados. Se van para casa sin ninguna opción ocupacional. Aunque tengas una solicitud ya hecha en el Cabildo van directamente a una lista de espera que no se sabe cuánto tiempo vas a estar, ni de dónde los van a llamar, ni cuándo los van a llamar», explicó este lunes Ruth Santana tras su reunión con la Diputación del Común donde la plataforma presentó su queja.
Según Ruth Santana, al problema de «no conocer los número oficiales» sobre qué lista de espera hay o cuánto se tarda en lograr una plaza, se le suma el que las instituciones públicas no disponen de «ninguna opción de tránsito mientras esperan en sus casas a que les den una plaza» en un centro ocupacional.
Esto, en realidad, dice la madre de Texeira, lo que hace es que «se paralice la vida educativa y social» de las personas jóvenes con discapacidad. «Se para en todos los sentidos. Hasta entonces iban a los centros escolares o los de educación especial, o aulas Enclave... pero al cumplir 21 años no tienen nada». Según los datos de la plataforma, hasta el 70% de las personas con discapacidad se quedan fuera del sistema en ese limbo de espera.
El Diputado del Común, Rafael Yanes, explicó este lunes en una nota de prensa de la institución que van a «afrontar un problema que sufren muchas familias canarias y es que el proceso educativo de un hijo con discapacidad se rompe a los 21 años porque no sigue su evolución» para alcanzar una mayor autonomía. Una ruptura, recordó Yanes, que también afecta a la familia porque «les impide continuar con sus actividades laborales». Por eso, señaló, va a solicitar a los siete cabildos insulares que le informen del número de «plazas de las que disponen y de cuantas plazas son necesarias y con arreglo a esos datos haremos las recomendaciones oportunas».
Ruth Santana explica que tras denunciar la situación de su hija y reunirse con la consejera de Derechos Sociales, Noemí Santana, y la consejera de Políticas Sociales del Cabildo de Gran Canaria, Isabel Mena, «no tiene nada en firme, solamente quedó en un compromiso de que iban a tratar de solucionar este problema».
La plataforma ¿Y ahora qué hacemos? recuerda que hay muchas asociaciones que ofrecen servicios como terapias ocupacionales, logopedas, etcétera, pero por un lado, para acceder hay que estar en la asociación y, por otro, son privadas, por lo que hay que pagarlas. «Si no fuera por estas asociaciones sin ánimo de lucro el problema sería mucho mayor», pero, a juicio de Ruth Santana, son solo «un parche» porque «los servicios que dan actualmente las asociaciones no dan para la demanda que existe». Cabe recordar que Canarias es la segunda comunidad con mayor tasa de discapacidad entre las personas de seis y más años, por cada 1.000 habitantes, 115, por detrás solo de Galicia (116,5), según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
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