La Guardia Civil apunta a la CHJ y Aemet por la falta de avisos durante las peores horas de la tarde de la dana
El informe del Instituto Armado remitido a la jueza carga directamente contra los responsables del organismo de cuenca: «Hubo una aparente falta de control en el peor de los momentos»
Álex Serrano López
Valencia
Viernes, 25 de julio 2025, 16:41
La Guardia Civil acaba de dar un vuelco a la investigación de la dana, al demostrar que nadie miraba el barranco del Poyo en las ... peores horas de la peor tarde de la Comunitat Valenciana. El Instituto Armado ha remitido un concienzudo informe a la magistrada del juzgado de instrucción número 3 de Paiporta, Nuria Ruiz Tobarra, en el que apunta a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y a la Agencia Estatal de Meteorología por su gestión el 29 de octubre. A ambos organismos públicos, dependientes del Ministerio de Transición Ecológica, la Benemérita afea el silencio: en el caso de la CHJ, por las dos horas y media en que no informó de lo que ocurría en el Poyo; y en el caso de la Aemet, por las siete horas sin avisos meteorológicos tras la profusión de los mismos por la mañana. Así figura en el documento en el que los agentes llegan a hablar de «ausencia de control en el peor momento».
En aquella tarde oscura, entre las 16.13 y las 18.43 horas la CHJ dejó de informar de lo que ocurría en el Poyo. Lo hizo de forma concienzuda durante la mañana. Hasta las 16.13 horas, de hecho, remitió cuatro correos electrónicos. Luego, silencio hasta las 18.43 horas, cuando envió el ya famoso 'mail'. «El mismo (correo) se utiliza para emitir las superaciones de los umbrales 1º, 2º y 3º, así como el conocimiento de que la 'crecida está siendo muy rápida', información esta que sin duda podría haber sido mucho más valiosa en el momento de producirse las tres superaciones de umbrales, que en el momento que se transmitió», indica el informe, según informa Las Provincias.
Cabe destacar que el cauce, tras bajar tres veces de forma consecutiva, empieza a subir apenas dos minutos después del último correo que indica bajada de caudal. «Destaca sobremanera la inexistencia de avisos como consecuencia del ascenso exponencial desde las 16.15 horas, momento que se rebasa el umbral 1, las 17 horas en que se rebasa el umbral 2 y las 17.25 horas en que se rebasa el umbral 3. Sin embargo, hasta las 18.43 horas no se realiza comunicación alguna del ascenso de caudal con un dato sin duda extraordinario como fueron los 1.686,8 metros cúbicos por segundo de caudal circundante», indica el informe del Instituto Armado, de más de 200 páginas.
En el documento, la Guardia Civil apunta directamente a los responsables de la CHJ: «Llegados a este punto, cabría preguntar en este caso a los responsables de la CHJ cuál fue el motivo por el que no se llevaron a cabo los avisos de superación de los umbrales preceptivos por parte de las personas que tenían encomendadas esas funciones durante la tarde del 29 de octubre, y que sin duda denotaron una aparente ausencia de control sobre el dispositivo de registro en la rambla del Poyo justo en el peor de los momentos».
«Es evidente que la información que se trasmitió y aquella que se debió transmitir en tiempo por la CHJ no es la única de la que disponía el Centro de Coordinación de Emergencias, pero sí se entiende que al menos en este episodio de inundaciones y dadas las extraordinarias precipitaciones que se estaban registrando era fundamental que esa información se transmitiera en tiempo para conocer la situación real de los volúmenes de agua que circulaban por los cauces de los cursos fluviales con dispositivos del SAIH, en este caso en el barranco del Poyo», indica el documento.
La Guardia Civil incluso duda de que sólo el 50% de los caudales que aquella tarde anegaron l'Horta Sud no estuvieran aforados, como dijo la CHJ en un informe remitido a la jueza. «Es muy posible que los barrancos que confluyen en el Poyo con posterioridad al punto de control sostuvieran una cantidad de caudal circulante aún mayor de la que fue registrada en el único punto de control del Poyo, con lo que los porcentajes no estarían tan equilibrados como se señalaba y el caudal tras la unión de todos los cauces fuera mucho mayor al registrado», asegura la Benemérita.
El informe es, de hecho, una enmienda a la totalidad de la gestión de la CHJ, porque de forma muy minuciosa va cuenca por cuenca para analizar en qué momento se superaron los umbrales y cuándo avisó la CHJ de esa superación de umbrales de caudal, que habían de servir para que las autoridades tomaran decisiones que podrían, ahora lo sabemos, haber salvado alguna de las 228 vidas que se perdieron.
En la del Magro, por ejemplo, la Guardia Civil demuestra cómo se avisó a las 13.03 de que se había superado el umbral 3 en Requena con el dato de las 12.50 horas, pero que el segundo umbral se había superado 15 minutos antes. En Forata, de hecho, se envió un correo al Centro de Coordinación de Emergencias de Aragón en el que se informaba de que el caudal de salida tenía tendencia creciente. La propia Guardia Civil apunta que puede ser un error. En Guadassuar, se envía un correo que habla de superación del tercer umbral a las 11.38 horas, pese a que no hay ningún dato que lo avale. Los agentes tienen que tirarse a la piscina: «Dicho suceso se debió producir entre las 11.10 y las 11.15 horas». Es más, a las 13.25 horas se envía otro mail que habla de descenso al umbral 2, por debajo de 300 metros cúbicos por segundo, pese a que en el horario referido «no se ha detectado ningún descenso de caudal, dado que desde las 11.15 hasta las 14.50 horas se mantiene por encima de los 300 metros cúbicos por segundo».
Llamativa es la situación en la cuenca del Turia, en cuyo marco de control de Vilamarxant hubo un aumento drástico de caudal entre las 20.30 y las 20.40 horas, cuando pasó de 181,993 metros cúbicos por segundo a 1.192,495 metros cúbicos por segundo. Pero la CHJ no se lo creyó y no envió ningún aviso... hasta que se dio cuenta de que era real. «Se interpretó que los datos correspondían a una posible anomalía», indica la CHJ en una respuesta que reproduce la Guardia Civil. Sin embargo, más tarde comprobaron que el dato era real. Literalmente, no se lo creyeron. «Una vez confirmado que el caudal observado en Vilamarxant se reflejaba en la estación de aforos ubicada aguas abajo de ese punto, se procedió a emitir el aviso correspondiente», desvela el organismo de cuenta.
Los meteorólogos, también en el radar
También apunta la Benemérita a la Agencia Estatal de Meteorología. Para la Guardia Civil, la Aemet tenía la función de dar «información en tiempo real», algo que los agentes dudan de que ocurriera. «Se desconoce si por algún medio pudo facilitarse en tiempo real al Centro de Coordinación de Emergencias los datos exactos de precipitaciones que estaban recogiendo los sistemas automáticos de Aemet ya que estas comunicaciones y datos no vienen recogidas en la documentación trasladada al juzgado por esa agencia», dice el documento.
Es más, el Instituto Armado apunta en la dirección de la falta de boletines. «Entre las 6.36 y las 9.41 horas se emiten un total de seis boletines, algunos de ellos con tan solo varios minutos de diferencia entre uno y otro. No obstante, a partir de las 9.31 horas no se genera un nuevo boletín predictivo hasta las 16.24 horas, prácticamente siete horas más tarde, momento este en el que ya se estaban produciendo abundantes precipitaciones en ciertos lugares», asegura la Guardia Civil en funciones de policía judicial.
Pero la Guardia Civil va más allá y apunta directamente a José Ángel Núñez, jefe de Climatología de Aemet en Valencia al que, eso sí, identifica por un aparente error como «delegado territorial de Aemet». Núñez siempre ha defendido que en sus intervenciones en el Cecopi explicó que llovía mucho en el interior de Valencia y que lo hacía desde hacía varias horas, pero los agentes tienen dudas. «Tampoco consta en la documentación información en tiempo real en otras formas de transmisión de información, por ejemplo, durante la participación del delegado territorial de Aemet en el Cecopi, de los registros pluviométricos que se estaban recogiendo y que podrían haber aportado una imagen más real de la verdadera entidad del episodio meteorológico extraordinario que se estaba produciendo», reza el informe de la Policía Judicial.
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