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¿Gripalización o covidización?

¿Gripalización o covidización?

análisis Dr. Miguel A. Ponce González ·

Tras el experimento de retirar las cuarentenas, dejar de medir la pandemia y dejar de hacer test, las mascarillas en interiores son nuestra única protección

MIguel A. Ponce González

Sábado, 9 de abril 2022, 12:17

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Entramos en una etapa de intentar normalizar nuestras vidas frente a la pandemia. Canarias debería ser de las CC AA más prudente en hacerlo porque es la que peores datos tiene en esta sexta oleada:

1.-IA 7 d y 14 días entre las 3 CC AA peores de España con cifras que no bajan de 300 incluida población mayor de 60 años, cuando la OMS marca el control de la pandemia en menos de 100 y la incidencia más alta del virus en mayores de 80 años del país.

2.-Record camas ocupadas por pacientes covid planta y UCI de todo el país aunque gracias a dios en ratios menores a Enero y Febrero.

3.-Record de casos de subvariante omicron BA.2. con el 94% de los nuevos casos, teniendo en cuenta que la misma es aún más infectiva que la ómicron original si cabe.

4.- En mortalidad la sexta oleada ha sido terrible: 500 fallecidos solo en esta oleada de los 1600 totales , casi un tercio de toda la pandemia. Canarias pasó las peores semanas de la pandemia en este inicio del 2022 tras unas navidades con restricciones y niveles que casi nadie comprendió que cambiaban una semana si y otra también.

A mitades de enero 2022, por ejemplo, registró 71 muertes en siete días. Eso nunca había ocurrido. Para que nos hagamos una idea, la cifra más alta que se había alcanzado previamente en el mismo espacio de tiempo fue de 34 fallecidos, en enero de 2021.

Si no hubiera habido aparición de nuevas variantes, esa normalidad podía haber sido tras las navidades, era lo que en la comunidad científica se preveía, pero apareció ómicron y los pronósticos quedaron en saco roto: una variante no esperada, con un nivel de infectividad inédito comparable solo al sarampión y con capacidad de evasión inmune a las vacunas, aunque con la suerte de su menor patogenicidad. Ómicron nos demostró a la población canaria y al resto del mundo que el virus sigue presente y que, en caso de mutar, como lleva haciendo estos dos años, puede volver a causar estragos.

Es cierto que de momento los ingresos han dejado de crecer, aunque la curva de bajada sea demasiado lenta e incluso ya estancada con leve ascenso. Dicha curva no está aún por debajo del número de ingresos del inicio de la 6a oleada en diciembre, además de que siguen habiendo muertes a diario que desgraciadamente hemos normalizado llegando ya a la barbaridad de superar los 1.600. La pandemia no puede darse por acabada, eso es hacerse 'trampa al solitario'. Por ello llevamos semanas pidiendo prudencia coincidiendo con las aglomeraciones carnavaleras en una calma tensa y ahora de cara a la semana santa.

Pero nuestro gobierno ha decidido 'gripalizar': ¿Cómo? Pues por un lado hemos decidido dejar de medir en vez de seguir analizando lo que ocurre, bruscamente hemos quitado las cuarentenas siendo de los pocos países en EU que lo han realizado y además hemos decidido no hacer test y retirar mascarillas en interiores después de Semana Santa (casi lo aplican antes) sin saber como evolucionaran las curvas de incidencias dentro de 15 días tras la reciente retirada de las cuarentenas.

En ciencia hay dos premisas contundentes: 1.- Lo que no se mide, no se puede mejorar y 2.- La prudencia es la madre de la ciencia.

Los datos indican que la subvariante en vacunados completos y no inmunodeprimidos nos protegen de la enfermedad grave. Donde hay problemas es en los no vacunados o parcialmente vacunados que son la mayoría de los ingresos hospitalarios. Queda además la incógnita de otras nuevas variantes por la infravacunación de muchos países del tercer mundo con el incluso impacto de conflictos bélicos en todo ello y la puesta en marcha efectiva de los antivirales orales frente al coronavirus en nuestro país que acaban de llegar tras nada menos que 3 meses de retraso y a los que tenemos que familiarizarnos, así como las vacunas actualizadas a las nuevas variantes que no acaban de llegar.

No debemos precipitarnos. Tras el experimento de retirar las cuarentenas, dejar de medir la pandemia y dejar de hacer test, las mascarillas en interiores son nuestra única protección que se retiraran tras semana santa tras unas aseguradas aglomeraciones. Es evidente que se trata de una decisión política y no científica ya que no hay consenso. El epidemiólogo Amós García en las recientes jornadas organizadas de la Asociación Española de Vacunología ha comentado que sin conocer las incidencias que han dejado de medirse con cifras por encima de 400, retirar esta barrera bruscamente es muy arriesgado. Los datos del Reino Unido que retiro las mascarillas hace más de dos meses son claros: nueva oleada de casos, nueva aparición de variantes como la XE que mezcla ómicron BA.1 y BA.2 o variantes que mezclan delta y ómicron y sobre todo destaca el aumento de hospitalizaciones por perdida efectividad vacuna pasadas 15 semanas en población mayor y vulnerable. El profesor Danny Altmann, inmunólogo inglés, insiste: es necesario desarrollar vacunas para las nuevas variantes y no solo cuartas dosis de vacunas de cepas anteriores. Como él mismo dice: «Tal y como están las cosas, tratar de ignorar una enfermedad tan impredecible, es como darle la espalda a un tigre hambriento».

Si no hay picos de ingresos hospitalarios ya que los casos no serán fiables ya que los datos completos de la pandemia se han decidido ocultar y paralizar, se podría ir planteando la retirada de mascarilla en interiores, pero por fases y esperando al menos este mes de abril, siempre evitando épocas de más aglomeraciones como la semana santa, observado la evolución de la curva de hospitalizaciones y mortalidad y seguir midiendo incidencias. Dicha retirada se podría valorar de forma progresiva acompasada a los datos (que no tenemos) y la puesta en marcha de los nuevos antivirales y vacunas, empezando por colegios y zonas comerciales muy amplias y no bruscamente, evitando siempre zonas cerradas pequeñas, aglomeradas y centros sanitarios.

Si todo fuera bien a partir del verano podríamos buscar esa normalidad tan ansiada como siempre hemos dicho, pero todo esto debe ser muy bien explicado a la población desde la ciencia y no buscando titulares políticos. Necesitamos ya de buenas noticias tras dos duros años de restricciones y bandazos continuos informativos, pero con rigor y planificación. Hablar de una forzada gripalización precoz es un disparate cuando este virus es mucho mas infectivo y mortal que la gripe. En 2020 los sanitarios chinos nos daban datos que engañaron a la ciencia en cuanto a que el coronavirus era un virus similar a la gripe, pero semanas después a su llegada a Italia, el SARS COV2 se destapó y nos enseñó su verdadera cara por lo que no podemos volver a equivocarnos. La gripe no es igual al virus de la covid dada su diferente infectividad y mortalidad. Por tanto, no podemos hablar de 'gripalización' y a cambio si podemos intentar hablar de 'covidización' para referirnos a la vuelta a la normalidad conviviendo con el virus. Es poco responsable transmitir este mensaje a la población. Un escenario de 'covidización' optimista es que se comportará como el resto de virus respiratorios con olas epidémicas en invierno de covid y gripe donde se plantee la covacunación de refuerzo, seguramente con formas graves en personas mayores, inmunocomprometidas u otras personas vulnerables. En un escenario más pesimista, el SARS-CoV-2 continuaría generando nuevas variantes, algunas capaces de evadir, más o menos parcialmente la protección inmunitaria individual, pero también colectiva, lo cual podría complicar aún las cosas.

Son muchas las cuestiones a reflexionar en este inicio del fin de la pandemia aprendiendo de los errores y desde la autocrítica que tanto le cuesta hacer a nuestro gobierno, que ha demostrado soberbia al no querer permitir que los designios de esta crisis hubieran sido capitaneados por los científicos españoles que hemos hablado desde las diferentes sociedades científicas, colegios profesionales, centros de salud y hospitales.

Por no hacer, no han hecho aun ni una auditoría de la pandemia de los años 2020 y 2021. Esto no va de buscar errores para hacer crítica política. Cuanto mejor le vaya al gobierno en sus decisiones y más en materia sanitaria, mejor para todos sea quien sea quien dirija el gobierno. Pero si no es así, la ciencia debe decirlo proponiendo posibles soluciones y estrategias. En mi caso aún más como sanitario activo que le ha visto la cara al virus muy de cerca. Esto no va de crítica, esto va de planificar, aprender de los errores contra un virus que conocemos ya mucho más y minimizar el impacto sobre la salud de la población tras ser España uno de los países de EU con peores datos de mortalidad : más de 100.000 muertos por covid donde además no se ha reforzado la sanidad y no se ha invertido más en investigación. Con la pandemia a la baja pero no lo suficiente y una guerra en Europa, la tendencia entre los gobiernos es no prestar la atención adecuada al virus y hay temor entre la comunidad científica. No tenemos protocolos postcovid. No nos podemos permitir más oleadas por lo que debemos realizar una desescalada, pero con un plan y un cronograma de actuación. ¿cómo podemos ir hacia la 'covidización'?:

1.- No dejando de medir: Al menos debemos mantener cierta monitorización de la presencia del SARS-CoV-2 en aguas residuales, un indicador que permite anticipar los brotes, plantear cohortes de personas a testar (PCR) periódicamente usando muestras aleatorias de población general y de grupos específicos como personas mayores en residencias, personal sanitario y niños. Debemos seguir facilitando la realización de test que ya son muy accesibles ante síntomas y que permiten incluso testar además del SARS-COV2 otros virus como influenza(gripe)

2.- Realizando ya un estudio de inmunidad poblacional: ¿Por qué no se ha hecho? Convendría también monitorizar el probable decaimiento en el tiempo de los anticuerpos neutralizantes mediante estudios periódicos de seroprevalencia. Eso nos ayudaría a poder desescalar con más o menos rapidez.

3.- Poniendo en valor la salud pública a través de una agencia nacional a modo de comité Koch en Alemania, con científicos independientes con capacidad verdaderamente decisoria como ocurrió con la gripe A y que más que nunca podía haberse puesto en marcha. Los grupos de científicos que han asesorado a los portavoces sanitarios en España fueron opacos, escasos o inexistentes. Nunca se acabó de saber quién asesoraba a Fernando Simón. La pandemia ha demostrado que no estábamos listos para una emergencia sanitaria global. Cada país ha ido a lo suyo y hemos inventado respuestas sobre la marcha. A modo de símil necesitamos centros de alerta como ha ocurrido con la vulcanología en Canarias que lo ha hecho magistralmente.: centros con científicos que alertan para actuar en tiempo real y que iban decidiendo con prudencia la desescalada de las zonas evacuadas.

4.- Asegurando los suministros de nuevos antivirales. Hasta ahora, se han adaptado al covid-19 fármacos empleados para otras enfermedades. Pero ahora vamos teniendo antivirales diseñados expresamente contra el coronavirus. Se trata de pastillas, fáciles de aplicar en fases tempranas de la enfermedad, para evitar hospitalizaciones. Esto es crucial para las personas que no pueden tomar las vacunas por razones médicas o que tienen el sistema inmune comprometido e incapaz de generar anticuerpos. Necesitamos ir analizando su evolución en las próximas semanas y además disponemos de muy pocas dosis.

5.- Disponiendo de nuevas vacunas actualizadas a las nuevas variantes, potenciando la investigación decididamente en nuestro país para disponer de ellas que nos sirvan de refuerzo antes las nuevas posibles mutaciones del virus sobre todo a la población vulnerable. Será importante desarrollar vacunas de amplio espectro, contra los diversos coronavirus. Además de ello seguir insistiendo en el reto de alcanzar mejores tasas de vacunación en países del tercer mundo a través de la iniciativa Covax (Fondo Global para las Vacunas del Covid-19) .Para este objetivo, podrían resultar muy útiles las nuevas vacunas de proteínas, más fáciles de producir y que no necesitan cadenas de congelación (como las de Novavax o la española de Hipra).

6.- Gestionando el covid persistente. Se estima que entre el 10% y el 30% de los infectados por covid-19 sufren de este síndrome que provoca astenia crónica entre otros muchos síntomas. Sin duda alguna, estamos subestimando este problema. De momento, no existen pruebas completas de laboratorio que diagnostiquen de forma precisa esta condición, pero es imprescindible que los sistemas de salud apliquen todos sus conocimientos para llevar a cabo una medicina personalizada para estos pacientes mediante unidades de atención específicas.

7.- Invirtiendo en mejorar los sistemas de ventilación de locales interiores públicos, comerciales y hostelería con ayudas y subvenciones desde la administración específicas como los sistemas de ventilación/filtración de alta eficiencia para partículas (HEPA). Los autoridades científicas como el Centro Internacional de Prevención y Control de enfermedades recomiendan implementar un enfoque estratificado para reducir las exposiciones al SARS-CoV-2. Este enfoque incluye utilizar múltiples estrategias de mitigación, entre ellas mejoras en la ventilación de edificios, recintos y locales interiores, para reducir la propagación de la enfermedad y disminuir el riesgo de exposición. La concentración de partículas virales en interiores es más alta que en espacios al aire libre. Ha quedado demostrado que el coronavirus puede mantenerse en forma de aerosol especialmente en lugares pocos ventilados por lo que una de las enseñanzas que debemos extraer de esta pandemia, es la necesidad de mejorar la calidad del aire. Es lo que se podría definir a modo de símil como la 'potabilización del aire' cómo se hace con la potabilización del agua para que pueda ser consumida por el ser humano sin que presente un riesgo para su salud. Con ello la retirada de mascarilla en interiores tan deseada seria muchos más segura y rápida. Presentaremos una iniciativa en Parlamento de Canarias en este sentido, para financiar esta medida al tan dañado sector de la hostelería que no se pueden permitir estas inversiones.

8.- Campaña de uso de mascarillas en épocas de epidemia : En el próximo otoño invierno y en los siguientes, la mascarilla formará parte de nosotros como elemento terapéutico, es decir para proteger a los demás siendo por tanto suficiente mascarilla quirúrgica. Si sufrimos tos, mocos o datos de viriasis deberían ser usadas siempre que vayamos a cualquier centro sanitario o residencias a consultas o visitas o recintos cerrados públicos poco ventilados. También es probable que en pacientes vulnerables deberán usar mascarillas FFP2 en esa época en esos lugares y la covacunación gripe y SARS-COV2 actualizadas a las variantes del momento serán necesarias en esas épocas

9.- Prevenir las próximas pandemias. Evitar que otros virus salten de los animales a los humanos debería ser primordial. Evitar las zoonosis requiere regular el comercio de especies salvajes, proteger la biodiversidad y protocolos en las granjas. Para ello, hace falta una institución permanente y bien financiada desde la OMS

Mas que nunca hace falta profesionalización en las decisiones desde las autoridades científicas. El consenso científico pide una desescalada progresiva y planificada y no tocan mensajes políticos aprovechando el agotamiento razonable de la población que estoicamente ha aguantado estos dos años de pandemia y que evidentemente necesita de buenas noticias, retirando las mascarillas antes de días festivos. Con una buena política informativa que nunca ha existido, tendremos la necesaria complicidad de la población. Que todos mis temores sean fruto de un sentimiento de sobreprotección y cautela por mi parte, pero creo que como siempre las prisas y la improvisación no son buena receta en salud como ha quedado bien demostrado en oleadas anteriores. Yo y mi familia seguiremos usando mascarillas en interiores y así mismo seguiré recomendándolo a mis pacientes a la espera de poder retirarla definitivamente acompasadamente con las medidas comentadas.

Dr. Miguel A. Ponce González /Médico Especialista en Neumología. Jefe Unidad Hospitalización a Domicilio. Hospital Dr. Negrín. Profesor en Ciencias de la Salud, ULPGC. Master en Gestión Sanitaria y portavoz de Sanidad del PP de Canarias

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