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Basura en el mar: ¿El combustible del futuro?

Basura en el mar: ¿El combustible del futuro?

El proyecto RepescaPlas continúa buscando una nueva vida a los residuos marinos aplicando tecnologías de reciclado químico, como es el caso de la pirólisis.

Isaac Asenjo

Viernes, 5 de junio 2020, 20:15

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Cada año vertemos al mar más de ocho millones de toneladas de plástico. Un problema de nuestra generación que genera un impacto ambiental global y letal como el Cambio Climático, la acidificación de los océanos o la pérdida de la biodiversidad. La concentración de este material en nuestras aguas crece a un ritmo descomunal y provoca enormes concentraciones de residuos flotantes que equivalen a la extensión en kilómetros cuadrados de aproximadamente dos veces Europa. Encontrar soluciones para salvar los océanos y reaprovechar esta basura es uno de los grandes desafíos para la humanidad, que en las últimas semanas ha visto como un nuevo elemento comienza a llegar a los mares más recónditos del mundo: las mascarillas y guantes higiénicos que han sido usados para protegerse del coronavirus.

Tecnologías de reciclado químico, como la pirólisis, dan una nueva vida a los residuos marinos. Y es aquí donde entra en juego una de las iniciativas para la reducción del impacto ambiental de las basuras marinas: RepescaPlas. Un proyecto coordinado por el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) que surge ante la necesidad de información sobre el volumen de basuras marinas en nuestros mares, cuáles son los tipos de residuos que encontramos en el mar, cuál es su valor y cómo podemos reintroducir estos materiales recuperados en el mercado.

Para esto se siguen una serie de fases y procedimientos. Implicaron a pescadores para concienciarlos sobre la recogida de estos residuos. En su segunda anualidad, el proyecto extrajo un balance de 5.000 kilos de basuras marinas recuperadas de las aguas de los puertos de Marín en Galicia, La Restinga en la isla de El Hierro y el de Gandía en Valencia.

Los residuos extraídos son caracterizados, contabilizados y clasificados (plástico, metal, vidrio, etc) utilizando la plataforma MARNOBA, desarrollada por la Asociación Vertidos Cero. Por último hay que analizar los diferentes tipos de residuos. Esta función se realiza por científicos de la Universidad de Vigo para analizar el impacto ecotoxicológico en distintos organismos marinos y Aimplas se encarga del análisis y valoración para definir el mejor proceso de reciclaje.

El proyecto, que cumple ya su tercera anualidad, busca un paso más y tiene como nuevo objetivo aplicar la pirólisis para obtener combustible que puedan ser empleados por las propias cofradías. En este sentido, se va a analizar la instalación de plantas en los propios puertos para la obtención de fuel que puedan utilizar posteriormente las embarcaciones, lo que constituiría un magnífico ejemplo de Economía Circular.

Implicación pesquera

El sector pesquero está muy implicado en estas estrategias de reciclaje. A raíz de esto nace el proyecto Oceanet, que se vale de herramientas de geolocalización para prevenir la pérdida de los aparejos de pesca en el mar, que además de la consiguiente pérdida económica, supone un impacto ambiental negativo. De esta manera además de la recuperación y reciclaje, se estudia la forma de transformarlos en fibras textiles de alta calidad. ARVI, la mayor asociación pesquera española y europea, ha decidido ser partícipe de este proyecto, que se inició en enero de este año y finalizará en los últimos meses de 2020.

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