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«El hecho de ofertar un programa bilingüe de doble titulación dentro del ámbito de la educación pública, sin duda alguna, es democratizar y ofertar una enseñanza de calidad». Con estas palabras se refirió el director del IES Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria, Vicente Ramírez, al programa formativo de doble titulación Bachibac, que permite alcanzar simultáneamente el título de Bachiller en español y en francés, el diplôme du Baccalauréat.
El centro grancanario acogió este lunes un acto conmemorativo por los diez años del Bachibac en el archipiélago y contó con invitados e invitadas muy especiales: el profesorado y alumnado del IES Canarias Cabrera Pinto, situado en el municipio tinerfeño de San Cristóbal de La Laguna. Ambos centros públicos fueron pioneros en la oferta de este programa formativo en las islas, allá por el curso 2014-15.
«El balance es muy positivo. Empezó como un proyecto nuevo dentro de la educación en Canarias, un proyecto que abordaba un objetivo muy complejo de implantar, que era una doble titulación, que abría las puertas no solamente de la enseñanza bilingüe, sino a nivel europeo. Y hoy Bachibac es un programa más dentro de la enseñanza bilingüe de Canarias», señaló la directora del Cabrera Pinto, Cristina Álvarez.
Durante la última década, otros dos centros públicos canarios han incorporado el Bachibac a su catálogo de estudios, ambos en Tenerife: el IES Ichasagua y el Rafael Arozarena. Pero se espera que cada vez sean más. «Estamos en vías de estudio para seguir ampliando la oferta en otros centros de Canarias», adelantó en el acto el director general de Ordenación de las Enseñanzas del Ejecutivo canario, David Pablos.
Tanto Ramírez como Álvarez calculan que entre 25 y 30 estudiantes se matriculan cada año en Primero y Segundo de Bachibac, en los institutos que lideran. Siendo así, entre 250 y 300 alumnos y alumnas han conseguido del doble título en los últimos diez años.
Para el director del Pérez Galdós este programa comporta numerosas ventajas: la oferta de una «enseñanza de calidad», especialmente «en cuanto al aprendizaje de la lengua y cultura francesa», así como la apertura de fronteras. «Nosotros hoy día tenemos muchísimos centros principalmente de Francia, aunque también países francófonos, con los que tenemos un contacto muy estable, prácticamente nos visitan todos los años, o nosotros a ellos», matizó.
Por su parte, la coordinadora del Bachibac en el Pérez Galdós y su homólogo en el Cabrera Pinto, Paola Hakime y Juan Carlos Mesa, resaltaron la «alta exigencia académica» que supone estudiar esta doble titulación, que requiere de «madurez, constancia y motivación por parte del alumnado», así como de «un esfuerzo enorme del profesorado», con formaciones continuas o adaptaciones a dos sistemas educativos.
La coordinadora del Pérez Galdós recordó que el estudiantado del Bachibac tiene 35 horas semanales de clases, frente a las 30 de Bachillerato. El 30% de su horario es, como mínimo, en francés, mientras que dos materias se imparten completamente en este idioma: Lengua y Literatura Francesas e Historia de España y de Francia.
Por ello, no cualquiera puede acceder a este programa formativo, pues se exige cierto nivel de la lengua gala: un B1 certificado. Pero eso no es todo. El alumnado del Bachibac también cursa materias específicas del Bachillerato que elija. Por ejemplo, si es el de Ciencias, recibirá clases de Biología o Química.
Este estudiantado tampoco se enfrenta a la fase general de la PAU. Lo hace a la denominada Prueba externa, en la que se examinan de Lengua y Literatura Francesas e Historia de España y Francia en francés. También incluye una entrevista oral de 20 minutos.
«La máxima nota que pueden alcanzar es un 10, por lo que muchos se presentan a la fase específica de la selectividad para subir nota. Superar la Prueba externa supone el mayor reto para el alumnado», expuso Hakime.
Diego Torres es estudiante del Bachibac en el instituto tinerfeño Canarias Cabrera Pinto y supo de esta oferta formativa en casa. «Conocí el programa principalmente por mi hermano, que lo hizo antes que yo. Yo lo realicé porque a él le fue muy bien y le abrió muchas puertas». A su compañera Alba Casares le ocurrió algo similar: «A mi madre siempre le ha gustado el francés, de hecho lo estudió dos años en París, y siempre quiso que mi hermano y yo cursáramos el Bachibac. Primero lo hizo él y este año me tocó a mí». Para Carmen González, estudiante del IES Pérez Galdós, su herencia gala también fue determinante: «Tengo familia francesa y quería seguir estudiando francés».
Esta representación del alumnado del Bachibac es plenamente consciente de los esfuerzos que requiere conseguir el título de Bachillerato en español y francés. «Supone una gran carga de trabajo que a veces ha sido difícil de gestionar con las asignaturas de modalidad y la prueba externa», resaltó Noemí Marrero, alumna del instituto grancanario. Su compañera Marta Lorenzo puso de relieve las oportunidades que ofrece el Bachibac, sobre todo para «buscar universidades de fuera y tener un alto nivel en ambas lenguas».
«Es una experiencia completamente distinta al Bachillerato que abre muchas puertas. La diferencia con las asignaturas de Lengua o Historia, o la prueba externa, enriquece bastante y da herramientas», apuntó el estudiante del Pérez Galdós Jorge Marrero. Por su parte, Sebastián Torres valoró la «gran heterogeneidad» que ofrece este programa. «La cultura francesa, el idioma o el intercambio, son experiencias que no se olvidan», aseguró.
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