Pedro: «Me han echado del colegio de un día para otro por tener dislexia y TDA con hiperactividad»

El pequeño llevaba ocho años escolarizado en este centro educativo que ahora justifica la medida alegando que carece de recursos para atenderlo.

Su familia ha interpuesto una demanda ante el juzgado número 10 de Las Palmas de Gran Canaria pidiendo su incorporación inmediata al centro como medida cautelar. «Es una situación irregular y lo pusimos en conocimiento de la justicia porque se están vulnerando derechos fundamentales», explicaba su madre, Jane Báez, durante una conversación telefónica.

Cuenta que el 30 de agosto, un día antes del inicio del curso en este centro, recibió un correo electrónico comunicándole que la matrícula de su hijo había quedado suspendida. «Lo que tenía que ser la vuelta al cole fue una vuelta a casa», lamenta Báez que desde entonces tiene a su hijo perdiendo el ritmo del curso, entristecido y con un agravamiento de su salud mental.

De hecho, el niño escribió una carta en la que confesaba que su expulsión de las aulas le empujó a pensar en «escapar de este universo» suicidándose o «viviendo toda su vida» en un videojuego.

Su madre lo confirma. En su ordenador, encontró la misiva titulada: «Mi queja contra los principios medievales del British», en la que el menor califica el trato recibido de «imperdonable».

«Todos y todas deberíamos ser aceptados, no deberíamos ser discriminados por nuestra raza, género, color o región y tampoco por ser diferentes a otros», afirma el pequeño.

Su madre está preocupada. «Por primera vez ha dicho que no quería ser TDAH nunca más. Antes no le había molestado», señala sobre las secuelas psicológicas de esta medida que también ha indignado a sus compañeros de clase y sus padres.

«Él es feliz en su colegio, pero los directivos lo ven como una molestia», asegura dolida por ver cómo, en este caso, el 'bulling' lo ejercen los adultos.

Tampoco reclama recursos específicos al centro. «No he pedido un logopeda o un pedagogo, aunque deberían tenerlos, porque trabajan en una unidad educativa. Lo echan no por el TDAH sino porque es despistado, pierde cosas... Por sus rasgos. No ha tenido ningún conflicto con los compañeros, no tiene ningún expediente disciplinario. Como no cumple los requitos para una expulsión, han hecho una suspensión de la matrícula», señala Báez que no entiende cómo la inspección educativa no tiene competencias para evitar este tipo de actuaciones.

Báez, además, ha recurrido a distintos departamentos de la Consejería de Educación sin obtener respuesta por lo que ha optado por acudir a los juzgados. «¿Pueden pasar estas cosas en un colegio privado y la administración no puede actuar?», dice la madre que asegura que este centro educativo es una empresa española que tiene como accionistas a los padres y madres.

Pedro, mientras tanto, solo desea empezar sus clases de sexto de primaria. «Solo espero y espero, pero ya no puedo más. Es horrible», dice el niño en el vídeo que circula por las redes convencido de que su caso no es el único. «Es injusto porque ser diferente es lo mejor que hay, porque todos somos diferentes», concluye.

«Cuatro de cada diez niños sufren discriminación en los colegios. Una cosa es que el 'bulling' sea de un menor a otro menor y otra que la hagan los adultos abusando de ese poder que tienen en los colegios privados», señala Alicia Verona, portavoz de la Plataforma de Atención Temprana y Derechos de la Infancia (Patdi).

Verona recuerda que la Constitución española establece que «no puede haber discriminación por diversidad de ningún tipo y en los colegios, menos», señala sobre una situación que califica de inadmisible.

Además, la portavoz del colectivo señala que tuvo conocimiento de este caso por los padres de sus compañeros del colegio. «Esos niños también sienten la discriminación que está sufriendo Pedro», dice.