El edificio de Madrid tenía dos inspecciones desfavorables en 2022 y 2012
En ambos casos fue por el estado general de fachadas, exteriores y medianeras y por la conservación de cubiertas y azoteas
J. A. Guerrero
Miércoles, 8 de octubre 2025, 14:31
El edificio que se derrumbó este martes en la calle de las Hileras número 4 de Madrid y que mató a cuatro trabajadores (tres obreros ... y una jefa de producción) tenía sendas inspecciones técnicas «desfavorables» en 2022 y en 2012, en ambos casos por el estado general de fachadas, exteriores y medianeras, así como por el estado general de conservación de cubiertas y azoteas y el estado de la fontanería y la red de saneamiento.
Así consta oficialmente en la web del Registro de Edificios y Construcciones del Ayuntamiento de Madrid, donde este inmueble, que data de 1965, aunque mucho antes acogió un balneario, aparece con sendos expedientes desfavorables, uno presentado el 8 de marzo de 2022 y el otro el 22 de diciembre de 2011, si bien en el expediente ya figura como 2012. En ambos casos, el organismo encargado del seguimiento del expediente es la Junta Municipal de Distrito Centro. En otra inspección todavía más anterior, en concreto en julio de 2022, el edificio sí recibió el visto bueno de los técnicos.
Con todo, fuentes del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM) apuntan que aunque las últimas ITE hayan sido desfavorables, ello no impide que se concediera la licencia de rehabilitación. «Dependiendo del grado de afección del edificio, se hacen una serie de indicaciones, si es daño estructural, por ejemplo, se podría pedir el desalojo o el apuntalamiento, pero esto no sale en las ITE mencionadas. La ITE lo que te dice es las actuaciones que tienes que llevar a cabo para que el edificio pueda seguir en uso; los permisos de obra son otra cosa«. El edificio, situado en pleno centro de Madrid, permanecía vacío y en estado de abandono hasta que se iniciaron las obras de rehabilitación hace ocho meses. Estas, impulsadas por un fondo árabe, consisten en la demolición del interior del inmueble para convertirlo en un hotel de 4 estrellas.
De momento la investigación de la Policía Judicial está en marcha para aclarar las causas que expliquen el derrumbamiento de este bloque situado en pleno centro de Madrid. Sí se barajan algunas hipótesis, como las apuntadas por el alcalde José Luis Martínez-Almeida, quien ha avanzado este miércoles que una hipótesis del colapso del edificio apunta al material de obra apilado en la última planta y que esta sobrecarga desplomara el forjado de esa planta y en su caída a plomo se llevara por delante los forjados de las otras plantas. Este efecto cascada sepultó a las cuatro personas fallecidas, que se encontraban en la primera planta, donde están los aseos y la oficina administrativa de la empresa Anka Demoliciones, que se encarga de la demolición del interior del inmueble.
A esta hipótesis del alcalde también se ha sumado el decano del COAM, Sigfrido Herráez: «Tenemos que ser respetuosos con el proceso judicial, sabiendo además que hay cuatro muertos, pero hay evidencias de que podría ser una sobrecarga de un material que se situaba en el forjado de la planta más alta y ese peso ha roto la estructura haciendo caer a todos los forjados de las demás plantas que se encontraban por debajo, como si fuera un castillo de naipes», ha dicho en declaraciones a este periódico.
Con todo, el responsable de la empresa Anka, Daniel Anca, ha asegurado que el derrumbe del edificio fue un «accidente» en una zona en la que no se estaba trabajando. En declaraciones a los medios de comunicación en las inmediaciones del inmueble siniestrado, el empresario ha señalado sobre las posibles causas del siniestro, que, según la información de la que él dispone, no había exceso de carga en la planta que colapsó; a la par que ha negado que se estuviera vertiendo hormigón en la zona ni tampoco que se hubiera producido un fallo en la grúa. Pese a ello, confirmó que aún no tiene información sobre las causas del suceso y que la empresa está también recabando datos mientras avanza el trabajo de la Policía Científica, que investiga los hechos como un accidente laboral. Preguntado sobre la posible sobrecarga, Anca ha recalcado que la grúa estaba parada durante la jornada del siniestro y que el hormigón se estaba echando en el sótano y cualquier hipótesis del sobrepeso es un asunto que «lo sabrán los que hagan la investigación».
Anca ha explicado que las obras comenzaron el pasado mes de febrero y avanzaban a un ritmo «muy lento» por tratarse de un edificio antiguo que requería intervenciones progresivas. «Se va demoliendo una parte, se refuerza y se ejecuta. Se toman todas las medidas de seguridad», ha aseverado.
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