Borrar
Natalia Peiro posa para la cámara en las oficinas de Cáritas en Madrid. VIRGINIA CARRASCO
Días de Vespa, Beatles y gestión solidaria de la crisis
La semana de... Natalia Peiro

Días de Vespa, Beatles y gestión solidaria de la crisis

Esta mujer, la primera en ocupar la secretaría general de Cáritas, encuentra en la compañía de sus amigas un poder sanador. En horas de exultación, rasguea a la guitarra 'La bamba' y se desprende de trastos

Sábado, 24 de octubre 2020

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Apunto de cumplir 45 años, Natalia Peiro se desplaza en moto, queda con las chicas de su pandilla a tomar un refresco y cuando necesita un alivio se marca un rezo. Puede parecer la letra meliflua de una canción pop, pero su trayectoria desmiente el estereotipo de mujer devota. Iba para diplomática, pero al final enfiló su vida hacia la cooperación internacional y la gestión de equipos. Ya se ha acostumbrado, pero al principio le sorprendió la alopecia y longevidad de los obispos, todos hechos con la misma horma.

Lunes

7.00 horas. Pongo la radio (por lo general Onda Cero y la Cope), desayuno, me ducho y me visto. Me tomo un rato para estar tranquila y despierto a las ocho menos diez a los niños, que tienen 11 y 9 años, más las dos gemelas de 6. El mayor acaba de empezar la ESO y tiene un horario diferente.

9.10 horas. Después de dejar a las crías –salvo el mayor todas son niñas– cojo la Vespa. Con ella me muevo por Madrid. La moto te permite llegar a cualquier lado en un cuarto de hora. Mi primera reunión del día es con los directores de servicios generales de Cáritas, mi equipo básico de trabajo. A través de ellos mantenemos la relación con las 70 Caritas diocesanas.

13.15 horas. Busco un rato para la oración, la lectura del Evangelio y la meditación. Al final el 'mindfulness' y todas esas cosas consisten en vestir de una manera más atractiva lo que se lleva haciendo mil años y que no es otra cosa que satisfacer la necesidad de trascendencia que todos tenemos.

Martes

10.00 horas. Estoy en La Coruña, adonde he viajado para inaugurar una tienda Arroupa, con prendas de segunda mano y de campañas anteriores de Inditex. Como con la gente de la empresa y el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio. Yo, que estoy tan a gusto con chicas de mi edad, al asumir el cargo de secretaria general de Cáritas trato constantemente con obispos y sacerdotes, con lo que eso supone de cambio generacional. Al principio me mataba. Cuando iba a la Conferencia Episcopal, me parecían todos iguales, todos con unos 70 años, el pelo blanco y calvos. No obstante, ha sido mejor de lo que yo pensaba. Pero tanto las mujeres como las familias vamos a tener que tomar otro papel en la Iglesia.

17.00 horas. Después de la reunión con los de Inditex, pienso mucho en el año 2012, cuando la Fundación Amancio Ortega entregó a Cáritas 20 millones de euros, una donación histórica. En eso estamos, pero va ser muy difícil que se repita. Antes del confinamiento, nos entrevistamos con Amancio Ortega y Pablo Isla, que nos recibieron con la intención de hacer algo, sobre todo a la vista de lo que está pasando y lo que está por venir. para que se anime a donar tiene que haber algo que le guste y entre por los ojos, ha de sentirse cercano a una necesidad.

23.30 horas. Leo papales y correos y me voy a la cama. Duermo muy bien, no tengo pesadillas recurrentes y casi nunca me acuerdo de los sueños. Eso sí, no puedo evitar acordarme de que este año, en enero, falleció mi hermana mayor. Es lo peor que me pasa todos los días, ver que ya no está. La echo de menos mogollón. Esa pesadilla nunca se va a ir.

Miércoles

7.30 horas. Desayuno una tostada con aceite y un café con leche y con algo de fruta. A veces cambio y tomo yogur con avena o algo así, pero me gusta más lo primero.

19.00 horas. Como tengo un ratito, voy al cole a buscar a las niñas, que a estas horas salen de alguna actividad extraescolar. Vamos a casa, que está en Menéndez Pelayo, cerca de El Retiro. Mi marido se encarga de los niños perfectamente y si tiene que limpiar, limpia y recoge la mesa. Es muy majo, ja, ja, ja. Lo que no hace es la compra de la semana. Tenemos una persona en casa que nos ayuda. Si no sería imposible porque yo viajo mucho. Mi marido y yo éramos medio vecinos del barrio, de Moratalaz. Estaba la típica panda de niños, por un lado, y de niñas por otro. A los 14 años éramos amigos y a los 20, más o menos, empezamos a salir.

Jueves

12.00 horas. Celebramos de manera 'on line' el consejo general de Cáritas, un encuentro que hacemos cuatro veces al año. Las Cáritas están trabajando a destajo. Estamos trabando alianzas importantes para conseguir generar empleo. El paro va a subir muchísimo, pues no creo que los ERTE se extiendan mucho. Hemos de procurar ser creativos y probar recetas diferentes a la crisis de 2008. Lo malo en España es la desconfianza en los políticos, su cortoplacismo, esa especie de tiroteo cara a cara. Es como si estuvieras en un avión y vieses que se están pegando el piloto y el copiloto. ¡Brrr!

21.00 horas. Mis gustos son espartanos. Con una tortilla francesa para cenar me apaño.

22.00 horas. No me engancha mucho la televisión. No le veo ninguna gracia a los programas de concursos, y menos esos de bailecitos de los que hay tanto ahora. Prefiero más ver películas y series, aunque los fines de semana me duermo con la película de la tarde. Mis hijos me obligan a ver 'Matilda', 'Karate Kid', 'Rocky'...

Viernes

19.00 horas. Una de nuestras mayores aficiones es escuchar música. Dos de los niños tocan instrumentos en el conservatorio y en casa cantamos mucho. Si tuviera que citar dos grupos elegiría a Sidonie y Dorian. Mi marido me mata si me oye, porque él es más rockero. Cuando éramos jóvenes nos iban los grupos americanos, como The Smashing Pumpkins. Intentamos no ser demasiado machacones con nuestros hijos para que no escuchen reguetón, porque puede que de ser tan pesados les acabe gustando más. Mi marido toca la guitarra. A lo más que llego yo es a interpretar 'La bamba 'y 'Twist and Shout' y darle a la pandereta. No puedo aportar mucho más.

17.30 horas. No colecciono nada, al contrario, tirar cosas o regalarlas es una terapia total.

19.30 horas. Para mí es verdaderamente sanador quedar con mis amigas de Moratalaz y de la universidad para tomarnos una cerveza o una coca cola. Los amigos son la gente con la que no tienes que interpretar ningún personaje, ni de madre ni de jefa.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios