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Imagen del Vaticano. Archivo
Detenida la 'Mata Hari' del Vaticano por gastarse 200.000 euros en artículos de lujo

Detenida la 'Mata Hari' del Vaticano por gastarse 200.000 euros en artículos de lujo

Fue el cardenal Becciu, fulminado por el Papa, quien ordenó que se pagara medio millón a Cecilia Marogna para que creara una red diplomática paralela en África y Oriente Medio

Darío Menor

Roma

Miércoles, 14 de octubre 2020

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12.000 euros gastados en un sillón de la exclusiva marca Poltrona Frau, 8.000 euros en Chanel, 2.200 en Prada y 1.400 en Tod's. Son algunas de las sospechosas compras en productos y servicios de lujo, por un valor total de casi 200.000 euros recibidos de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, que propiciaron la detención en la noche del martes de Cecilia Marogna.

Esta supuesta experta en seguridad y relaciones internacionales fue arrestada en Milán por la Guardia de Finanzas italiana a petición del Tribunal del Estado pontificio, que había emitido una orden de captura internacional activando así a la Interpol. Ahora le tocará explicar sus polémicos gastos ante la Justicia vaticana, que le acusa de malversación, aunque habrá que esperar a que se complete el procedimiento de extradición, lo que puede demorarse varias semanas.

En diferentes entrevistas concedidas a los medios italianos en los últimos días, Marogna, de 39 años, aseguró que fue contratada por la Secretaría de Estado para que estableciera una red paralela de relaciones diplomáticas que permitiera proteger las nunciaturas apostólicas (embajadas) en África y Oriente Medio. Fue el cardenal Angelo Becciu, entonces 'número tres' de la Secretaría de Estado y de origen sardo como ella, el que le hizo este encargo, ordenando que se le pagara medio millón de euros por esta labor. En el Vaticano se conocía a Maronga como a la «dama» de Becciu, aunque la mujer ha negado tajantemente las informaciones que la presentaban como la «amante» o la «sobrina» del purpurado, ahora caído en desgracia.

El pasado 24 de septiembre el Papa fulminó al prelado sardo, ordenándole que renunciara a sus derechos cardenalicios y a su cargo como prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, por haber perdido la confianza en él. Fue el propio Francisco quien le hizo cardenal en 2018 después de que se pasara siete años como sustituto de la Secretaría de Estado, un puesto clave en el funcionamiento de la Curia romana y desde el que se controlan los fondos reservados del Vaticano.

Becciu está siendo investigado por la Justicia del Estado pontificio, según reconoció él mismo en una rueda de prensa en la que acusó al Papa de estar «mal informado». Se encontraba inicialmente en el punto de mira por la polémica compra de un edificio en un lujoso barrio de Londres con fondos vaticanos. Las indagaciones para aclarar las irregularidades cometidas en aquella millonaria operación inmobiliaria habrían propiciado que se destaparan las transferencias a Marogna.

Ésta recibía el dinero a través de una sociedad situada en Eslovenia que, como desveló el programa televisivo 'Le Iene', aparenta no ser más que una tapadera. 200.000 de los 500.000 euros se habrían gastado en ropa, restaurantes y accesorios de lujo. «Tal vez el bolso era para la esposa de un amigo nigeriano que podía hablar con el presidente de Burkina Faso», se justificó Marogna al ser preguntada por el 'Corrriera della Sera' sobre estos polémicos gastos. En este mismo diario reconoció que nunca hacía facturas de sus trabajos porque se trataba de «operaciones reservadas».

El encargado de hacerle las transferencias era monseñor Alberto Perlasca, por entonces responsable de la oficina administrativa de la Secretaría de Estado y que está ahora cooperando con la Justicia vaticana. Junto a Perlasca también están siendo investigados otros cuatro colaboradores de Becciu cuando era sustituto de la Secretaría de Estado, así como el antiguo director de la Autoridad de Información Financiera del Vaticano.

La Santa Sede juzga por primera vez abusos sexuales cometidos en su territorio

Al Tribunal vaticano se le acumula el trabajo. A la investigación por el 'caso Becciu' se une el proceso, comenzado este miércoles, por los supuestos abusos sexuales a un menor que se habrían producido entre 2007 y 2012 en el preseminario San Pío X, situado dentro del territorio del pequeño Estado. En la primera sesión, que sólo duró ocho minutos, se leyó la acusación al sacerdote Gabriele Martinelli, hoy sacerdote de 28 años y que, cuando era coordinador de los seminaristas, obligó a la víctima a «soportar relaciones carnales, actos de sodomía, masturbación de él y del propio joven en diversos momentos y lugares». Ambos eran menores de edad, aunque el agresor era algo mayor y se aprovechaba de su autoridad sobre la víctima, a la que tenía amenazada. Es la primera vez que el Tribunal vaticano juzga supuestos abusos sexuales cometidos dentro de su territorio.

Junto a Martinelli también está acusado Enrico Radice, de 71 años, que era el rector del preseminario cuando se habrían producido estos episodios, que habría intentado encubrir. En 2018 Radice fue interrogado por la Fiscalía vaticana y aseguró con «absoluta certeza» que no tenía conocimiento de que se hubieran producido «actos homosexuales o libidinosos» en la institución de la que era responsable. Los abusos salieron a la luz en 2017 gracias a la investigación del periodista Gianluigi Nuzzi y del programa televisivo 'Le Iene', que desvelaron la denuncia del compañero de habitación de la víctima. Aseguró haber sido testigo directo de más de 140 episodios de violencia sexual.

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