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Del yacimiento al laboratorio

Del yacimiento al laboratorio

Nuevas disciplinas se suman a las tradicionales prácticas arqueológicas para seguir despejando los interrogantes que aún se ciernen sobre el pasado remoto de los primeros habitantes de Canarias.

Francesc Zanetti / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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Qué sabemos de los insectos que convivieron con los primeros pobladores de Canarias? ¿Y de los hábitos alimenticios de aquellos grupos indígenas que habitaron el poblado de la Cueva Pintada o La Fortaleza? ¿Qué plantas leñosas, frutos y semillas consumían? La remota historia de los antiguos canarios la conocemos a partir de las sucesivas investigaciones que se han llevado a cabo en las prospecciones arqueológicas promovidas en el archipiélago desde hace décadas. Pero en los últimos tiempos también ya es factible conocer y entender ese pasado a partir de las posibilidades que nos brindan nuevas ciencias y especialidades que han venido a sumarse a las metodologías tradicionales de trabajo sustentadas exclusivamente en los registros arqueológicos. Es el caso de la arqueoentomología, bioantropología, antracología o la paleocarpología que practican en Canarias diversos investigadores en la intimidad de sus laboratorios, analizando bajo la lupa o el microscopio una información que no resulta perceptible a simple vista.

Los arqueólogos no están solos y hoy es más que admitido que en los últimos años algunos de los aspectos más novedosos de la arqueología de Gran Canaria se lo debemos a los singulares descubrimientos que ha llevado a cabo equipos multidisciplinares vinculados con estas disciplinas científicas, que son capaces de determinar en los restos de materiales orgánicos desde los hábitos alimenticios de los antiguos canarios mediante el análisis del microdesgaste dental, a la definición de la dieta base por la que optaron durante cientos de años las poblaciones de los principales asentamientos de la isla.

A todo este alentador panorama se suma el empleo del análisis del Carbono 14, la tecnología 3D o la irrupción relativamente reciente de los estudios de ADN en el examen histórico de las antiguas poblaciones canarias, «pero que ha proporcionado un conjunto de datos tan significativos que de forma inmediata han quedado incorporados a la visión global de nuestra historia más antigua», como señala el arqueólogo Javier Velasco, director de la colección La isla de los canarios e inspector insular de Patrimonio Histórico del Cabildo grancanario.

Con el estudio pormenorizado con las nuevas técnicas aplicadas a la arqueología de 138 restos humanos procedentes de diez necrópolis de Gran Canaria datadas entre los siglo XI y XV, hemos conocido las deformaciones de los huesos humanos. Hoy los investigadores cruzan información en una labor interdisciplinar que permite descubrir singulares y nuevos datos alrededor de nuestra prehistoria. Del yacimiento al laboratorio en una carrera contra el tiempo que analiza todo y que desea ofrecer respuestas veraces a algunos interrogantes.

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