Las cuatro horas de presión del hijo de menor de Juana Rivas en el punto de encuentro familiar
El informe oficial expone filtraciones de información, un intento de la psicóloga de Juana Rivas de grabar la entrega, interrupciones y tranquilidad por parte del menor en cuanto se quedaba a solas
Pilar García-Trevijano
Granada
Jueves, 24 de julio 2025, 14:24
Cuatro horas de presión para un niño de once años. El pasado martes el hijo menor de Juana Rivas acudió al punto de encuentro familiar ... de Granada para que tras siete meses de separación se efectuara la entrega a su padre, Francesco Arcuri, quien tiene la guardia y custodia. Las circunstancias que vivieron en aquel centro los profesionales, trabajadores sociales y psicólogos públicos provocó que el Juzgado de Primera Instancia 3 de Granada, que había ordenado la entrega, aplazara a mañana el procedimiento. IDEAL ha tenido acceso al informe oficial del punto de encuentro familiar que se ha remitido al juzgado, donde se expone la presión vivida.
Los acontecimientos que se producían dentro del servicio «se daban a «conocer rápidamente entre las personas que permanecían en los alrededores del punto de encuentro», el menor, aunque se negaba a marcharse con su padre, se mostraba «más tranquilo» en cuanto se quedaba a solas con la psicóloga pública sin su hermano como acompañamiento, intentos frustrados por parte del personal asociado a Juana Rivas de grabar los hechos o interrupciones del examen al menor.
20 minutos en la calle
La intensa jornada en el punto de encuentro arrancó a las 9.30 horas. En primer lugar accedió al centro una pareja de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado pertenecientes a la Unidad de Familia para apoyar al equipo técnico. Francesco Arcuri llegó antes de lo previsto . Juana Rivas compareció acompañada de su asesora jurídica y su abogado. Los técnicos le preguntaron por el paradero del menor a lo que ambas respondieron que no sabían que venía detrás de ellos. Apuntaron a que el menor no quería entrar. La madre se mostró nerviosa, mantuvo que no podía respirar y su abogado procedió a llamar al 112 para solicitar asistencia sanitaria. Pasados 20 minutos después, el menor de 11 años accede a las dependencias con su hermano mayor, de 19, y una psicóloga privada. Los profesionales les explican que deben intervenir con el pequeño, a lo que ambos se negaron a dejarlo solo. El menor solicitó que su hermano lo compañera y los funcionarios públicos accedieron a ello. La psicóloga privada se marchó.
De forma paralela, los servicios sanitarios proceden a atender a Juana Rivas. En la intervención con el menor, los dos hermanos se mostraron muy nerviosos y el pequeño refirió que tenía miedo y que no quería irse con su padre. Advirtió que no lo podían dejar con su maltratador. El mayor relató también presuntos episodios de malos tratos. Se propone a los hermanos a que acceda al padre para que el menor exponga cómo se siente. Ante esta situación, un técnico se marcha momentáneamente para explicarle la situación a Arcuri y la psicóloga privada del italiano acompaña al servicio en su intervención.
Piden al mayor que abandone la sala
La intervención con los hermanos se prolonga durante una hora para tratar de facilitar el proceso para la entrega del pequeño. El niño mantuvo una postura hermética y solicitaba que lo escucharan porque quiere quedarse aquí. Los profesionales dirigen la conversación a temas triviales para rebajar la tensión. Ante la dificultad de separar a los hermanos para que los trabajadores pudieran realizar su trabajo, los profesionales piden colaboración al mayor. El menor comienza a respirar de forma agitada, pide ayuda, una ambulancia y volver a casa. Logran calmar al niño, pero esta vez es el mayor quien se agita y recrimina a los trabajadores que el chico se va a ir con un maltratador. Daniel rompe otra vez a llorar y da puñetazos sobre la mesa. Pide que acuda un policía y los técnicos acceden a que entre en la ludoteca. El agente y los profesionales, tras varios minutos de tensión, piden al mayor de 19 años que abandone la sala después de explicarle cómo será la intervención en solitario con el hermano de nuevo.
Una vez que el hermano mayor se marcha, se genera «un ambiente de confianza» y el menor se observa más tranquilo. Se expone que debe irse con su padre y el pequeño comprende lo que se dice. En ese momento, el hermano irrumpe en la ludoteca de manera brusca, saltándose las indicaciones de la policía y el equipo técnico. El hermano mayor muestra resistencia, pero finalmente abandona la ludoteca. Ante la imposibilidad de llevar a cabo la entrega del menor, se propone al niño si su padre puede entrar al menos a saludarlo. El chico accede con la condición de que mantenga la distancia física. La psicóloga privada de Arcuri le explica la situación al padre y en el momento en el que Arcuri va a entrar a saludar al niño los profesionales del centro advierten que la psicóloga privada de Juana Rivas saca su teléfono móvil con la intención de grabar, por lo que los técnicos le recuerdan la prohibición de tomar imágenes.
Ligero acercamiento entre padre e hijo
El padre entra entonces a ver a su hijo, que se muestra serio al principio y evita el contacto visual. El progenitor lo saluda de forma verbal y afectuosa sin obtener respuesta del pequeño. El padre le recuerda los momentos vividos en Italia con fotos y vídeos. Captan la atención del menor, que asegura que quiere ver a su gato o pescar con el padre y sus amigos como solían hacer. Sin embargo, ante los acercamientos del padre reitera que quiere quedarse en Granada. Arcuri se agacha y se posiciona a la altura del niño. Al cabo del tiempo, solicita permiso a su hijo para acercarse más y el pequeño accede, permitiendo que el padre le abrace y le acaricie. Los técnicos del punto de encuentro familiar destacan que el niño se muestra tranquilo. El padre comienza a emocionarse y el niño pide quedarse a solas de nuevo con el equipo psicológico público. Eso sí, se despide de su padre con un abrazo.
Al quedarse a solas, vuelve a pedir que entre su hermano. El mayor abraza al niño y le asegura que pase lo que pase no le dejará solo. Se escuchan aplausos del exterior. El padre abandona las dependencias y entra la asesora jurídica de Juana Rivas para recoger a los hermanos. Gestionan con los profesionales la salida de los chicos para evitar a la prensa. La asesora asegura a los técnicos que ella ha visto los moretones de los hermanos, asintiendo la psicóloga privada de Juana Rivas también. La policía pide que no añadan más comentarios en presencia de los menores para evitar su afectación.
Información filtrada
Por último, los técnicos públicos en su informe advierten que durante el desarrollo de la intervención los acontecimientos que se producían dentro del servicio se daban a conocer con rapidez fuera del centro a las personas congregadas. Los profesionales han solicitado a la jueza que en la próxima entrega, prevista mañana, se realice en un lugar neutral que no permita el acceso a terceras personas y agentes mediáticos, evitando la sobreexposición del menor en espacios como comisarías o juzgados. Los funcionarios han demandado que solo empleen un acompañante con cada progenitor, a los que se citarán en horas distintas, con una diferencia de al menos 15 minutos que sea suficiente para apaciguar la situación sin eternizar el proceso para el menor.
Los trabajadores piden que el menor esté acompañado por psicólogos, trabajadores sociales y agentes para generar un ambiente de confianza.
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