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Fotoreporteros a bordo de una embarcación apuntan con sus objetivos en dirección de una 'celebrity en Palma de Mallorca'. Ballesteros
Corazón partío

Corazón partío

Exclusiva . Las mascarillas, la expansión del virus y la devaluación de los reportajes complican la tarea de los paparazis para nutrir a la prensa rosa, que se reivindica tras revelar el destino de la salida del rey emérito

Iciar Ochoa de Olano

Domingo, 16 de agosto 2020, 10:48

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La crisis sanitaria del coronavirus ha provocado un dolor agudo de corazón. Sin fiestas, ni 'photocalls', con muchos famosos varados sin poder viajar, otros temerosos de exponerse a los contagios, y todos camuflados tras las mascarillas, la tarea de los paparazis se ha puesto este verano más cuesta arriba que nunca. «Las revistas del corazón somos la sección informativa que más está sufriendo esta situación. Nosotros vivimos de que los famosos estén en la calle, salgan a cenar, vayan a fiestas, conozcan a alguien y se despendolen, viajen, y durante tres meses no ha habido nada de eso por el confinamiento y ahora todo está a medio gas. No hay más que ver lo que ocurrió el domingo pasado en Starlite -la gala que cada agosto celebra en Marbella Antonio Banderas, esta edición ausente por haber contraído la Covid-. Es una de las grandes citas del verano y la mayor 'celebrity' que estuvo fue Paula Echevarría, y porque veranea allí», explica Pilar Vidal, directora de 'Hoy Corazón', la revista del Grupo Vocento, que vende cada semana 120.000 ejemplares.

La periodista señala como otra prueba inapelable del verano retraído y «low cost» que ha deparado la pandemia la ausencia de noticias del estío de la sempiterna mujer-portada por antonomasia, Isabel Preysler, y de su pareja, el escritor Mario Vargas Llosa. «No se han movido. Tienen que protegerse. Como mucho les veremos entrando o saliendo de la Buchinguer (la clínica de ayuno de Marbella), a donde siempre van una semana por esta fechas». Ausencias así en las publicaciones del corazón explican, en su opinión, «que se sobrevaloren otros temas, como el romance entre Enrique Ponce y Ana Soria, que en otra situación no habría tenido ni la mitad de portadas».

Junto a este sorprendente idilio torero, la Casa Real les ha brindado la hasta ahora mayor alegría de la temporada. Hace dos jueves, Vidal, colaboradora de este periódico, revelaba la mayor incógnita del momento: las escalas y el primer destino de la anunciada salida del monarca emérito de España: París-Vigo-Abu Dabi. «Como bien destacó mi maestra y amiga Rosa Villacastín, la denostada prensa del corazón ha tenido que ser quien obtuviera esa información», saca pecho. Procedía de la Agencia Diarma, que lidera el controvertido y mediático Diego Arrabal. «Los 'apestados' hemos callado a la denominada prensa seria con un trabajo riguroso», reivindica.

Dos días más tarde de la primera plana, el pasado sábado, el portal informativo 'Nius' difundía una imagen sin firmar del padre de Felipe VI bajando de la escalinata de un jet privado en los Emiratos Árabes. «Parece sacada con un móvil», es todo lo que se atreven a especular Vidal y Arrabal del 'making of' de la instantánea. De lo que se ha podido pagar por ella no se pronuncian con ninguna estimación.

La instantánea difundida por Nius de Don Juan Carlos bajando la escalinata de un jet privado en un aeropuerto de Abu Dabi.
La instantánea difundida por Nius de Don Juan Carlos bajando la escalinata de un jet privado en un aeropuerto de Abu Dabi.

La indiscutible trascendencia de la noticia regia no va a salvar, eso sí a Arrabal del «descalabro». «Nosotros estamos especializados en seguimientos a famosos en grandes viajes y todo eso está paralizado», se lamenta el fotoreportero, que firmó en 1994 las imágenes de Diana de Gales en top-less en un hotel de Mijas, por las que se pagaron la friolera de 200 millones de pesetas (algo más de 1,2 millones de euros).

Aquellas «escandalosas» cifras no volverán. Lo certifica Vicente Sánchez, director de 'Diez minutos' y de 'Qué me dices'. «Un buen reportaje hoy, con noticia y de portada, no llega a los 20.000 euros y eso ya es mucho. Por eso ya no hay paparazis siguiendo de manera constante a ningún famoso, ni salen exclusivas como aquella que dimos en su día destapando la luna de miel del ministro Álvarez Cascos con Gemma Ruiz. Apenas quedan agencias que vayan a sufragar todos los gastos de un viaje a Patagonia». Y admite que bastante menos aparatoso y agradecido resulta la portada de Jorge Javier Vázquez en un escueto bañador en alta mar de hace una semana. «Tenemos medios y reporteros, y reportajes así funcionan. La televisión ha capitalizado los asuntos del corazón. Mientras que Nieves Álvarez en bañador y sin noticia ya no vende, los personajes televisivos sí y sin hacer prácticamente nada», expone el periodista.

En Vejer de la Frontera, donde se ha alquilado un apartamento «a pulmón» para el verano, el paparazzi sevillano Roberto Mallado se dispone a patrullar chiringuitos y arenales de la costa de Cádiz, a la búsqueda de Mónica Cruz, Hugo Silva, Rosario Flores o algún otro famoso asiduo a la zona. Ayer se echó al monte en una carretera cortada al tráfico para hacerse 16 kilómetros a pie para pillar a una ex de Antonio Tejado «que no sé si van a publicar». Hace dos le fue mejor. Inmortalizó al nuevo Dani Martín con 18 kilos menos. No fue a la primera. Antes tuvo que rastrear en internet los tatuajes del cantante. Cuando verificó en la red que tiene en el brazo una señal continua con una flecha, como el tipo que salía en sus fotos, supo que llevaba bingo.

De 1.200 a 600 euros la foto

Mallado, que ha seguido por Portugal a Hugh Grant con su padre en un viaje de golfistas y que en su día capturó las sonadas fotos de Isabel Pantoja y María del Monte a orillas del mar, no tiene mucho tiempo para el descaso. Calcula que este verano se hará 30.000 kilómetros rastreando las playas del sur. «Lo que el año pasado se pagaba a 1.200 hoy se cotiza a 600. Todo se hace de manera telemática, así que no hay ocasión de negociar nada. Las revistas han reducido paginación, plantilla, publicidad... Así que a menudo prefiero vender el material a la tele».

En Ibiza el verano del coronavirus es otro cantar. «Si no pones la tele, ni te enteras que estamos en medio de una pandemia». Da fe de ello Sergio Garrido, uno de los 11 paparazis -frente a los 35 o 40- de hace una década que peina la zona más caliente del verano europeo con su teleobjetivo. El fotoreportero, protagonista de su propia serie televisiva hace un par de años, trabaja para una agencia internacional. «Las revistas españolas del corazón parecen catálogos de El Corte Inglés, mientras que en Italia, Holanda o Gran Bretaña están dispuestos a pagar hasta 6.000 euros por tema».

Europa Press

Para hacer la temporada allí, de entre cuatro y cinco meses, tiene que poner de su bolsillo unos 20.000 euros. Alojamiento, gasolina, informadores, barcos... «El 50% de las fotos se toman a bordo de uno y alquilarlo sale 500 euros al día». A falta de las celebrities norteamericanas, tipo Katy Perry, Will Smith o Cher, que este verano no han volado hasta Las Pitiusas, Garrido ya ha publicado el chapoteo de Carolina Herrera hija con su novio, y de Kate Moss con su nueva pareja y su hija. Hace unos años, el robado a la modelo británica le costó dos tiros con una recortada, que esquivó. Hoy está al acecho de Belén Rodríguez, la «mujer más famosa de Italia», y le han soplado que Miguel Ángel Silvestre ha llegado a la isla con una chica; y aguarda el desembarco de un cantante «que viene con historia». No tiene las pruebas gráficas, pero sabe que el escurridizo Froilán acaba de pasar unos días y «en dos noches no salió del casino».

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