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Comer menos carne para salvar el planeta

Un informe de la ONU pide a la población cambiar la dieta y despilfarrar menos alimentos para contribuir a la salvación del medioambiente. Relaciona directamente la crisis climática y fenómenos como la degradación del suelo o la desertización.

Antonio Broto (EFE) / Ginebra

Jueves, 1 de enero 1970

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El decisivo informe sobre los lazos entre calentamiento global y usos del suelo presentado hoy jueves por el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) envía un mensaje claro a la población mundial: debemos cambiar a dietas más sostenibles para contribuir a la salvación del planeta.

El documento, presentado tras cinco días de reuniones en Ginebra de los científicos del IPCC –dependiente de la ONU– y que el miércoles fue aprobado por los 195 signatarios del Acuerdo de París, fija por primera vez la relación directa entre crisis climática y fenómenos como la degradación del suelo o la desertización.

Esa relación es recíproca (la emergencia climática degrada el suelo, y viceversa), por lo que es urgente reducir la deforestación, y con ello la sobreexplotación agrícola y ganadera, en un mundo donde el hombre afecta a la 70% del suelo y 500 millones de personas que viven en zonas áridas son cada vez más vulnerables. Esto, unido al aumento de la población mundial (que podría alcanzar los 10 000 millones de personas hacia 2060), exige repensar y planificar mejor la producción alimentaria, y por tanto cambiar los modelos de consumo global, con 2000 millones de personas sufriendo sobrepeso mientras otros 800 millones están malnutridas.

«Casi todo el esfuerzo (en la lucha contra el cambio climático) estaba hasta ahora puesto en sectores como la industria, el transporte o la energía, cuando la alimentación, los suelos o la tierra tienen un papel clave», señaló a Efe la científica española Marta Rivera, miembro del IPCC y participante en el informe. «Era una temática en cierto modo invisibilizada pero que los científicos veníamos demandando», añadió Rivera, directora de la cátedra de agroecología y sistemas alimentarios de la Universidad de Vic. Las conclusiones del IPCC, compuesto por 107 expertos de 52 países, dan así por primera vez un papel protagónico a los ciudadanos en el combate del efecto invernadero, ya que modificar sus dietas a unas más saludables, o desperdiciar menos comida, puede ayudar a salvar al mundo de catástrofes naturales. El informe no se atreve a hablar directamente de una reducción en el consumo de carne, algo que se contemplaba teniendo en cuenta que la ganadería emite un tercio de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y ocupa dos tercios del suelo agrícola.

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