Cambio climático: evidencia innegable, acción inaplazable
Raúl García Brink
Consejero de Medio Ambiente, Clima, Energía y Conocimiento del Cabildo de Gran Canaria
Miércoles, 23 de octubre 2024
En este Día Internacional contra el Cambio Climático, los recientes incendios en Portugal y la devastadora sequía en la Amazonía subrayan la urgencia de abordar ... la crisis climática. Estos eventos no son incidentes aislados. En Gran Canaria, el aumento de las temperaturas, la prolongada sequía y los incendios forestales se han intensificado, afectando tanto a la biodiversidad como a los recursos hídricos, demostrando que el calentamiento global ya es una realidad en nuestras vidas.
El cambio climático ha sido objeto de estudio desde finales del siglo XIX, cuando el científico sueco Arrhenius calculó por primera vez el impacto del CO2 en la temperatura global. Décadas más tarde Keeling comenzó a medir los niveles de CO2 en la atmósfera desde el Observatorio de Mauna Loa, Hawái, mostrando su constante aumento en la atmósfera. En la década de los 80, el científico de la NASA, James Hansen, alertó públicamente sobre el calentamiento global, contribuyendo a llevar el debate a la esfera política. En 1988, la creación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) consolidó décadas de investigación, demostrando claramente que el cambio climático es consecuencia directa de las actividades humanas.
A nivel local, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha sido un pilar en la investigación sobre cambio climático. A través del Instituto de Oceanografía y Cambio Global, se han realizado estudios cruciales sobre los efectos del cambio climático en los océanos, como la acidificación del Atlántico, que está afectando la biodiversidad marina, un recurso esencial para Canarias.
Investigaciones sobre el aumento del nivel del mar y las corrientes oceánicas también han sido vitales para predecir el impacto en las costas del archipiélago, un factor clave para la sostenibilidad de la región.
«Aunque el debate a veces pueda estar polarizado, la ciencia deja claro día tras día la urgencia de actuar»
Un estudio reciente publicado este año en BioScience, liderado por William J. Ripple (Universidad Estatal de Oregón) y Johan Rockström (Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático), subraya que el cambio climático está alcanzando puntos críticos. Las concentraciones de CO2 han superado las 420 partes por millón (ppm), un nivel que no se había visto en millones de años.
El estudio advierte que si se sobrepasan los 1.5°C de calentamiento global, se podrían desencadenar cambios irreversibles y catastróficos en los ecosistemas, como el colapso de los glaciares, la acidificación de los océanos y la muerte de los arrecifes de coral, de los cuales ya se ha perdido un 50% a nivel mundial. Estas advertencias son de particular relevancia para Canarias, donde el turismo y los recursos marinos son cruciales para la economía local.
A pesar de la apabullante evidencia científica, algunos grupos políticos, como Vox en Canarias, siguen cuestionando la realidad del cambio climático. El diputado Nicasio Galván ha minimizado el impacto del CO2, llamándolo «alimento para las plantas», y ha criticado los esfuerzos por descarbonizar la economía. Este tipo de retórica es peligrosa porque desvía la atención de los problemas reales y fomenta la inacción en un momento en que las islas, al igual que el resto del mundo, enfrentan serios desafíos debido al cambio climático.
No obstante, creo que centrarse demasiado en los negacionistas puede ser contraproducente. Si bien es importante combatir la desinformación, el enfoque principal debe ser cómo resolver la crisis climática, no alimentar divisiones y debates estériles.
El cambio climático no es una cuestión de creencias, es un hecho científico respaldado por décadas de investigación.
En este Día Internacional contra el Cambio Climático, la solución a esta crisis global debe centrarse en la cooperación y en la toma de decisiones basadas en la ciencia.
La transición hacia energías renovables, la reducción de las emisiones de CO2 y la adaptación a los impactos del cambio climático son tareas urgentes que no podemos postergar más. Tanto desde las políticas públicas y privadas como desde las acciones individuales, cada paso cuenta en la lucha contra el calentamiento global.
En el Cabildo de Gran Canaria sabemos que no tenemos un planeta B. Aunque el debate a veces pueda estar polarizado, la ciencia deja claro día tras día la urgencia de actuar.
Es hora de aplicar las soluciones en nuestras políticas públicas, en el ámbito privado, así como en nuestras vidas cotidianas, de manera decidida y sin perder tiempo. Las próximas generaciones dependen de nuestra capacidad para actuar ahora.
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