Una tomografía sísmica revela la fontanería volcánica de las entrañas de Tenerife
El estudio, realizado por el Involcan y otras dos entidades, señala cómo el magma atraviesa la corteza y sube lentamente bajo el Teide en forma de burbujas gigantes | No hay indicios de una erupción a corto o medio plazo
La tomografía sísmica realizada por el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) junto a Trofimuk Institute of Petroleum Geology and Geophysics de Novosibirsk (Rusia) y la Universidad de Granada ha retratado la fontanería volcánica de las entrañas de Tenerife.
Antes de la realización de este estudio, solo había evidencias indirectas de la presencia de un reservorio magmático, señala el investigador Luca D'Auria. Ahora, este trabajo «ha descubierto la existencia de un 'corazón caliente, situado debajo de la isla, constituido por rocas que presentan una alta temperatura, que permite al magma ascender muy lentamente bajo forma de burbujas gigantes, técnicamente llamadas diapiros», explica el sismólogo del Involcan y coautor del trabajo junto a Ivan Koulakov.
«Estas zonas de alta temperatura», añade, «permiten al magma que se pueda estancar durante largos períodos de tiempo en el interior de la corteza de la isla, enfriándose lentamente, liberando gases volcánicos, y evolucionando hacia un tipo de magma de carácter más explosivo».
Pese a que no se ha podido identificar con exactitud el número de bolsas de este tipo que existen bajo el Teide, D'Auria afirma que han detectado zonas con fluidos hidrotermales (agua caliente, gas, vapor) y magma a profundidades inferiores a los 5 kilómetros. «Sin embargo, estudios previos basados en el análisis de la resistividad eléctrica de las rocas parecen excluir la presencia de magma líquido. Lo más probable es que se trate de antiguos reservorios que siguen calientes, aunque encontrándose ya constituidos por rocas sólidas. A profundidades superiores a los 10 kilómetros, aunque no hay evidencias directas, es posible la presencia de bolsas de magma», precisa.
En todo caso, el sismólogo asegura que «en la actualidad no hay evidencia ninguna que indique la ocurrencia de una erupción volcánica en Tenerife a corto/medio plazo. Sin duda, a partir del 2016, la isla manifiesta señales geoquímicas y geofísicas que indican un incremento de su actividad que, en este momento, solo tienen interés científico».
Tampoco el estudio ha supuesto una variación en las posibilidades de una futura erupción en Tenerife ya que ese aspecto «se valora a través del estudio del historial previo del volcán», afirma D'Auria. «Teniendo en cuenta el número de erupciones históricas se puede calcular una probabilidad de alrededor del 40% de que haya una erupción volcánica en Tenerife en los próximos 50 años», apostilla.
D'Auria reconoce que a partir de 2016 se han registrado varios enjambres sísmicos. «Este incremento en la microsismicidad, coincidiendo con un fuerte incremento en la emisión de dióxido de carbono medida en el cráter del Teide y una ausencia de deformaciones del terreno significativas, hace pensar que lo que estamos observando sea la liberación de gases por parte de una de estas «burbujas» de magma que está ascendiendo muy lentamente», sostiene el científico.
Plan Insular de riesgo volcánico
Los hallazgos de esta investigación no obligarán a modificar el Plan Insular de Riesgo Volcánico de Tenerife. «El riesgo volcánico de la isla es bien conocido y ya existe un plan de actuación. Solo hace falta que se actúe con un fortalecimiento continuo de los programas de vigilancia volcánica y también a través de actividades de difusión dirigidas a todos los sectores de la sociedad para que sean conscientes del riesgo volcánico de la isla y para que tengan claro cuál deberá ser su papel frente a una venidera emergencia volcánica», resalta D'Auria.
Vigilancia ante una posible erupción
La tomografía realizada por el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) junto al organismo ruso Trofimuk Institute of Petroleum Geology and Geophysics de Novosibirsk, con la colaboración de la Universidad de Granada, ha servido para tomar «una foto de la situación actual» de la fontanería magmática de Tenerife , subraya el sismólogo Luca D'Auria. «Los futuros estudios que se pretenden realizar en la isla permitirán identificar una posible evolución», señala el científico del Involcan, segundo autor principal del trabajo de investigación.
En este sentido, D'Auria precisa que ya se han programado «otros estudios geofísicos y geoquímicos para mejorar la localización y la caracterización de estas zonas de anomalía».
Además, este tipo de estudios servirán para hacer «una mejor interpretación de la actual actividad sismo-volcánica en Tenerife , así como los precursores frente a un futuro proceso de reactivación volcánica».
Respecto a la posibilidad de predecir con precisión una erupción, D'Auria asegura que «los volcanes son sistemas complejos, no-lineales y caóticos. Por lo tanto, así como es imposible hacer previsiones meteorológicas precisas en ventanas de más de una semana, no va a ser posible establecer con exactitud la fecha y la hora de una erupción . Lo que podemos hacer es mejorar la valoración de la probabilidad de que una erupción ocurra dentro de una ventana temporal a corto/medio plazo».
Mientras tanto, según el sismólogo, las únicas herramientas para poder determinar cuándo se puede producir una erupción son
la estadística y la vigilancia volcánica«que permite detectar de forma temprana señales precursoras de una venidera erupción volcánica».