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La observación del comportamiento del pino canario cristalizará en una investigación sobre su resistencia. IPNA-CSIC
La 'foto finish' de la carrera de la naturaleza para colonizar el volcán

La 'foto finish' de la carrera de la naturaleza para colonizar el volcán

El reyezuelo, un ave insectívora de las más pequeñas de Europa, ha invadido el sur del cono. Murió el 95% de los pinos situados a menos de 300 metros del cráter

Carmen Delia Aranda

Carmen Delia Aranda

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 18 de septiembre 2023

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Los investigadores que han vigilado la evolución del ecosistema próximo al volcán de Cumbre Vieja antes, durante y después de la erupción han acopiado unos datos valiosos que empiezan a dar frutos. «Este caso es único en el mundo. No teníamos ninguna experiencia de un seguimiento tan intenso del efecto de un volcán sobre el entorno. Nadie ha partido de los datos obtenidos durante la propia erupción», explica el biólogo Manuel Nogales, responsable de la delegación canaria del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y coordinador del equipo que censa la biodiversidad en las inmediaciones del volcán.

Los científicos estuvieron a pie de volcán durante los tres meses de la erupción. Durante 2022 acudían a La Palma cada mes y, a partir de 2023, cada tres meses. En esas visitas vigilan los cambios en la flora y la fauna que se producen en 25 parcelas de 30 x 30 metros. «Hacemos un seguimiento de la vegetación, de los pinos, de las aves y los lagartos y los censamos. También hacemos un seguimiento de la población de invertebrados, desde insectos a caracoles», indica sobre la tarea.

Este meticuloso trabajo les ha permitido tener, dos años después, la 'foto finish' de la carrera de la naturaleza para reconquistar este territorio, además de poder «interpretar la dinámica de esa recuperación», relata Nogales.

En un radio de 2 kilómetros del cráter, la recuperación es muy lenta. Superada esta distancia del cono y las coladas, la naturaleza se ha repuesto. «El ecosistema ya se encuentra en un estado muy próximo al previo a la erupción», dice el científico.

Además, están observando fenómenos curiosos como la aparición al sur del cono de reyezuelos canarios; aves insectívoras endémicas, de las más pequeñas de Europa, que solo pesan seis gramos. «Cuando empezó la erupción, no los vimos en las inmediaciones», señala Nogales.

Los más adaptados

Las plantas que mejor resistieron la erupción fueron las leñosas. «El pino, el amagante y los escobones han resistido muy bien», comenta el investigador.

Otras especies que han regresado muy pronto han sido las aves de gran tamaño. «Cuervos, grajas, cernícalos y aguilillas han respondido muy bien y no han dejado la zona», señala.

Un aspecto que ha sido estudiado de cerca ha sido la resistencia del pino canario. «El 95% de los pinos situados a menos de 300 metros del volcán, aquellos que rebrotaron a los 15 días de acabar la erupción, ya están muertos», indica Nogales.

Sin embargo, estos cadáveres vegetales se han llenado de insectos xilófagos que atraen a las aves. «La muerte de unos significa el regreso de otros», apunta el biólogo que destaca la resistencia del pino. «A más de 500 metros del cráter más del 90% de los pinos ha sobrevivido», dice.

De los que apenas hay rastro es de los lagartos. «Siguen ausentes. Vimos dos a 2,5 kilómetros del cráter», señala el experto.

Además de Nogales, en este proyecto trabajan los biólogos Félix Medina, del Cabildo de La Palma; Patricia Marrero, del CSIC, y la doctoranda María Guerrero, de Gesplan, cuya tesis versará sobre este proceso.

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