Afinar con la edad de los migrantes: el reto de un médico canario y una informática marroquí
Dos jóvenes investigadores idean un método que usa la inteligencia artificial para cotejar las pruebas con una biblioteca de patrones óseos africanos
Más de 50 investigadores concurrieron al concurso de proyectos científicos y tecnológicos 'África Canarias Challenge', celebrado en julio. El joven médico canario Isidro Miguel Martín Pérez, de la Universidad de La Laguna, y la ingeniera informática marroquí Sofia Bourhim, de la Universidad Mohamed V de Rabat, resultaron ganadores de la última edición con un proyecto que emplea la inteligencia artificial para la estimación automatizada de la edad ósea de los menores migrantes.
Su trabajo, más allá de este reconocimiento, está recibiendo el respaldo de las instituciones canarias encargadas de determinar la edad de la adolescencia que llega a Canarias por la ruta atlántica. Una tarea llena de obstáculos y que supone un desafío ético en medio de una crisis humanitaria que golpea con más fuerza a la población más vulnerable, los menores.
Bourhim y Martín llevan trabajando codo a codo desde octubre de 2024 y, a tenor del interés que ha suscitado su iniciativa, lo seguirán haciendo hasta desarrollar un análisis radiográfico más ágil y preciso, gracias al uso de la inteligencia artificial y a una biblioteca de patrones óseos africanos clasificados por país de procedencia e incluso por etnia. «No es lo mismo un niño senegalés que uno gambiano, ni un wólof que un bámbara. Hemos fijado los patrones madurativos de cada país en función de la cultura y la etnia», resalta Martín.
«Si el proyecto llegará a materializarse del todo, no lo podemos asegurar, pero, a día de hoy, contamos con el apoyo institucional para poder desarrollarlo», señala el investigador canario, que colabora con el Instituto Tecnológico de Tenerife (ITER), el Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife y la Unidad de Procedimientos de Imagen de Las Palmas. También participan los hospitales Materno Infantil de Gran Canaria, La Candelaria, de Tenerife, y el de la Universidad Politécnica Mohammed VI de Rabat, que conservan las radiografías necesarias para crear un atlas óseo de referencia.
Menores en riesgo por error
Este proyecto surgió tras constatar que el método actual de detección de la edad tiene un gran margen de error. «Las pruebas vigentes para asignar una edad a un niño que llega sin documentación en patera se basan en manuales elaborados en Estados Unidos el siglo pasado sobre población blanca, caucásica y de alto nivel socioeconómico. Se compara la radiografía de la mano y la muñeca de menores subsaharianos y magrebíes con estándares normativos que no corresponden. Por ello, el resultado arroja un margen de error nada desdeñable», sostiene Pérez, quien ha calculado esta desviación.
«Con el margen de error actual, se puede considerar a un varón de 16 años como si tuviera 18». Algo que, resalta el médico, modifica por completo el estatus jurídico de la persona y pone en riesgo que reciba el acogimiento que merece.
En el caso de las niñas, el margen de error es aún mayor. «Se estima que, en torno a los 15 años y medio, la niña empieza a ser considerada adulta porque los patrones madurativos de las africanas son especialmente avanzados», indica sobre la tesis doctoral que presentará a finales de este año con el ánimo de orientar a los forenses en la estimación de la edad ósea de adolescentes migrantes a partir de patrones africanos.
De momento, la informática marroquí y el médico canario ya han estudiado 1.351 radiografías para observar la desviación entre la edad asignada y la real. Un análisis que ha sido posible tras ser autorizado por la Fiscalía y los comités éticos de los hospitales canarios implicados.
Comparar miles de pruebas en segundos
La evaluación para identificar la edad de un adolescente indocumentado consiste en una entrevista, una ligera exploración física en busca de indicadores de madurez, como la muela del juicio, y la determinación de la edad ósea a través de radiografías de la mano y la muñeca izquierdas.
La aplicación del método ideado por Isidro Miguel Martín y Sofía Bourhim reduciría el tiempo invertido en cada caso. «La lectura analógica de la radiografía, comparando la prueba de manera manual, lleva su tiempo. Con la inteligencia artificial se tarda solo unos segundos», comenta el galeno y experto en estadística.
«Hemos detectado que, aparte de acortar el tiempo de análisis, aplicando inteligencia artificial, el amplio margen de error de la prueba para determinar la edad se reduce», comenta Martín quien asegura que hay software que ha logrado rebajar los dos años de error de los métodos tradicionales a un máximo de seis meses. Estas conclusiones iniciales se publicaron en mayo en la revista científica 'Applied Sciences', especializada en ingeniería informática.
Sin embargo, Martín asegura que la investigación que lleva a cabo con su colega marroquí es muy modesta pero factible. «El diseño del software y la disponibilidad de un fondo documental de radiografías, que son nuestros ingredientes mínimos, son viables», reconoce.
Además, haber sido reconocido en la convocatoria científica 'África Canarias Challenge', promovido por la Dirección General de Relaciones con África, ha dado un fuerte espaldarazo al proyecto.
«Nuestro trabajo es una investigación incipiente en el marco de una tesis doctoral de una universidad, al igual que el trabajo desarrollado por mi compañera marroquí», dice el joven científico de 32 años.