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«Los antibióticos no sirven para muchas infecciones respiratorias»

«Los antibióticos no sirven para muchas infecciones respiratorias»

Las infecciones respiratorias agudas son un grupo de patologías muy frecuentes, especialmente en las épocas de otoño e invierno. Las causan diferentes tipos de microorganismos, entre los que destacan los virus y bacterias. Por lo general son leves, pero deben ser tratadas por un médico y nunca automedicarse. Francisco Sosa Pérez, médico de Urgencias en el Hospital Perpetuo Socorro, explica su tratamiento.

Canarias7 / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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— ¿Qué es una infección respiratoria aguda?

— Las infecciones respiratorias agudas, conocidas bajo el acrónimo IRA, son un grupo de patologías muy frecuentes, especialmente en las épocas de otoño e invierno, que se desarrollan en el aparato respiratorio. De hecho se trata del tipo de infección más frecuente a nivel mundial. Su causa son diferentes tipos de microorganismos, entre los que destacan los virus y bacterias. La mayoría cursa de forma leve pero puede complicarse o resultar grave en grupos de riesgo como los niños, especialmente los menores de dos años, los ancianos o las mujeres en período de gestación así como las personas obesas, inmunodeprimidas o con enfermedades crónicas también componen grupos de riesgo de un conjunto de patologías que pueden resultar mortales.

— ¿Cuántos tipos existen?

—Son una multitud de tipologías que no obstante suelen clasificarse según su localización o el microorganismo responsable. En el primer ámbito se encuentran las infecciones respiratorias agudas de las vías respiratorias altas, es decir, que afectan a la garganta, nariz, tráquea, oído y senos paranasales. Constituyen el grupo más frecuente en el que se engloban patologías como la faringoamigdalitis, la rinosinusitis o el resfriado común, conocido médicamente como rinofaringitis. La segunda ubicación la conforman las vías bajas o pulmones, siendo de mayor entidad. En este grupo se encuentra la neumonía, bronquitis, bronquiolitis y la gripe. La segunda forma de clasificación distingue entre bacterianas, virales, parasitarias y fungicas o inespecíficas y específicas.

— ¿Pueden prevenirse?

— Existen algunas medidas que pueden adoptarse para tratar de evitar en lo posible el contagio de estas patologías. Entre ellas se encuentra extremar la higiene, tanto propia como del ambiente que nos rodea. Especialmente importante es un lavado de manos frecuente y meticuloso, de al menos 20 segundos por toda la mano, incluida la muñeca. Antes y después de manipular comida o tras utilizar el baño son momentos obligados. Ello se debe a que estos microorganismos se transmiten con frecuencia a través de las manos al tocar superficies contaminadas y posteriormente hacer contacto con la boca o la nariz. También hay que evitar la transmisión a través del aire por los estornudos o partículas de personas infectadas. Por último es importante, especialmente si se pertenece a un grupo de riesgo, vacunarse de la gripe, una de las tipologías que pueden padecerse y que se encuentra actualmente en auge.

— ¿Cómo se tratan?

— La mayoría de estas infecciones no suelen durar más de dos semanas y su tratamiento es habitual que se centre en aliviar sus síntomas con antitérmicos o medicamentos que reduzcan la congestión nasal. Es importante una buena hidratación, evitar sustancias tóxicas como el tabaco y mantener hábitos saludables. Hay que evitar recurrir a la automedicación, especialmente consumiendo antibióticos, ya que la mayoría de estas patologías son víricas y no bacterianas, aumentando el riesgo de resistencias y recurrencias por su mal uso, perdiendo su eficacia cuando realmente sea preciso.

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