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Una nueva mirada a los indígenas canarios

Una nueva mirada a los indígenas canarios

Reconstruir las sociedades indígenas canarias no es fácil tras décadas ofreciéndose una imagen estereotipada de los antiguos pobladores de las Islas. En El Museo Canario lo están intentando. El estudio de los registros arqueológicos y de las huellas de los restos humanos que se han conservado están dando la vuelta a la imagen irreal del buen salvaje del aborigen. Santa Cruz de Tenerife

Jueves, 1 de enero 1970

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La imagen idealizada y estereotipada del buen salvaje que durante décadas ha mostrado la literatura, la música o la pintura de los antiguos pobladores de Canarias está empezando a cambiar . Y son los propios indígenas los que están contribuyendo a que se dé una visión suya más próxima a la realidad gracias a las huellas que han dejado y que se han ido recuperado en distintos yacimientos arqueológicos.

En El Museo Canario están intentando reconstruir la sociedad indígena canaria con «una nueva mirada arqueológica» que va mucho más allá de las ideas que, en la mayoría de casos, se sustentaban sobre bases no empíricas, estaban sesgadas y se planteaban desde una visión androcéntrica. Y para ello están echando mano del material que tienen, sus momias, y lo que cada una de ellas dice. Sus huesos, sus dientes, los espacios sepulcrales y mortajas o los restos de cerámica y las figurillas que se han hallado en los yacimientos están llevando a los arqueólogos «a las biografías de mujeres, de hombres, de adultos y de niños y con ellas de la sociedad indígena», explica Teresa Delgado, arqueóloga y conservador de El Museo Canaria, directora del proyecto Momias. Biografías en 3D y coordinadora de las jornadas La memoria de los muertos. Microrrelatos arqueológicos para una historia indígena, que esta semana se celebran en el museo.

«Las momias son el único testimonio que tenemos de cómo se preparaban los cadáveres» y ellas dicen que a «todos se les amortajaba igual», dice. Además, se sabe que «la momificación es un proceso natural de deshidratación, producido por las condiciones ambientales de los enterramientos», algo que ha costado que cale en la sociedad, porque «a las momias canarias se las había elevado al nivel de las egipcias».

Con el proyecto Momias. Biografías en 3D y las tres momias seleccionadas (un hombre, una mujer y un niño) se logra hablar, dice Delgado, de cosas como las relaciones de género, el trabajo de hombres y mujeres, el consumo y la producción de cuerpos y la crianza, pero también visibilizar a los protagonistas más invisibles, las mujeres y los niños, sobre los que hasta ahora solo había una visión «muy parcial», explica el arqueólogo Javier Velasco, que en las jornadas hablará de la infancia.

Los niños, dice, «constituían la mitad de la población indígena, por lo que fueron partícipes activos en la generación de restos y dejaron huella de sí mismos», lo que los hace , como las mujeres, «fundamentales para la reconstrucción de la sociedad de los antiguos canarios».

Niños aborígenes bien nutridos, pero objeto de violencia física

La infancia indígena ha dejado sus huellas. Están sus huesos y objetos como vasijas en miniatura o figurillas, que podrían ser juguetes. El juego no solo sería una actividad lúdica sino procesos de aprendizaje del mundo adulto.

Esta es una línea de trabajo nueva, admite Javier Velasco, pero ya saben que los niños están presentes en la sociedad indígena canaria y que, como en otras sociedades preindustriales, eran la mitad de la población.

Como en otras sociedades, en teoría, un 25% de niños tendrían que haber muerto antes de un año y más del 40% no hubiese llegado a adulto. En Canarias no es así. Los porcentajes están por debajo. En los enterramientos no hay tantos niños, pero «se desconoce si eran distintos».

Lo que sí se sabe la infancia aborigen es que no estaba mal nutrida ni padecía estrés nutricional.

n Golpes. Lo que sí recibían era golpes. Los niños, como las mujeres, están presentes en los procesos de violencia física, asegura Javier Velasco. Y eso está sustentado en que el 20% de las huellas de traumatismos «son de un grado extremo».

Visibilizar lo oculto

El Museo Canario se ha propuesto visibilizar a un sector de la sociedad indígena canaria que hasta hace poco permanecía oculta. Lo hace dejando hablar a los muertos. Hablan los hombres, pero también las mujeres y los niños, «los grandes olvidados» de la arqueología en Canarias, asegura Teresa Delgado, que apela, además, a la labor divulgadora de los museos. En El Museo Canario echan mano de las nuevas tecnologías para acercar tres de sus momias a la sociedad gracias al proyecto Momias. Biografías en 3D gracias al que se han digitalizado en tres dimensiones tres momias y toda su información y la han hecho accesible a todos y desde casa.

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