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Jueves, 1 de enero 1970
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Desde las tres de la madrugada, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) empezó a detectar una serie de movimientos sísmicos en la zona marítima que separa Gran Canaria y Tenerife, en concreto seis en menos de siete horas.
El mayor de ellos, registrado a las 10:30 de la mañana, alcanzó los 2,8 grados de intensidad. Cifras consideradas como normales por la propia institución aunque vuelve a intensificarse la actividad, recordando a lo vivido en los pasados meses de abril y mayo, en los que se generó el conocido fenómeno del ‘Enjambre sísmico’.
De hecho, por aquellas fechas, se llegaron a producir más de 200 mini-terremotos en el denominado corredor del volcán de Enmedio en apenas 72 horas. Ya entonces, los científicos de la Red Sísmica Canaria (Involcan) situaban estos guarismos dentro de los niveles de normalidad.
En paralelo, la suroeste de Frontera se registró otro terremoto con una intensidad de 2,6 grados en torno a las tres de la tarde, otra zona que se ha mostrado especialmente dinámica para los científicos en este periodo estival.
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