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Los científicos, tras la pista del angelote

Los científicos, tras la pista del angelote

El Archipiélago Chinijo está sirviendo de campo experimental a un grupo de científicos estudiosos del tiburón ángel, o angelote (Squatina squatina), para un método pionero en el seguimiento acústico de la especie, en peligro crítico de extinción, que en Canarias parece tener un hábitat más seguro que en el resto de Europa

Jueves, 1 de enero 1970

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Se trata de un sistema pionero de seguimiento y control para el estudio de esta especie -a día de hoy en peligro crítico de extinción- y que ha elegido la reserva marina del Archipiélago Chinijo, por su alta biodiversidad, por tratarse de aguas donde la pesca está muy controlada, no hay presión de este tipo, y solo existe una única escuela de buceo en este espacio natural.

El seguimiento consiste en colocar unas marcas acústicas en la primera aleta dorsal de los ejemplares adultos, para hacer un seguimiento y obtener información, precisa de cada ejemplar. Después, a través de unos receptores instalados estratégicamente en el perímetro de la reserva marina, con un alcance de hasta 500 metros de diámetro, recibir información precisa, sobre patrones de distribución, el uso del hábitat y la estructura poblacional del angelote en esta zona de Canarias.

El estudio está financiado entre otras entidades por National Geografic Society, el Oceanario de Lisboa o Save Our Seas Foundation.

El proyecto se incluye dentro del programa denominado Angel Shark Project, que llevan a cabo el Museo de Investigación Zoológica Alexander Koenig (ZFMK), la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL).

El seguimiento acústico de los angelotes en la Reserva Marina de La Graciosa, supone un paso más en el estudio y control de estas poblaciones en Canarias, y forma parte de un proyecto más amplio que se inició en 2014, bajo el nombre de Angel Shark Project, que llevan a cabo las tres instituciones.

ciencia ciudadana. El seguimiento de la especie que se ha venido usando hasta ahora consiste en el marcaje visual de los ejemplares (en cada isla con un color distinto). Este marcaje solo se hace en Canarias, no en el resto de Europa.

Para obtener información sobre la rutina de vida de estos ejemplares; por donde se mueven, cuando y donde se aparean etc., se ha ideado un sistema de seguimiento que aporta excelentes resultados, ya que se basa en lo que los propios expertos denominan ciencia ciudadana. Se basa en la colaboración voluntaria de los buceadores deportivos en Canarias (esta colaboración de buzos no existe en otro lugar del mundo). Cada vez que un buzo hace un avistamiento de un angelote -marcado con su número de identificación-, de forma voluntaria a través de la página web www.angelsharkproject.com, el submarinista reporta n esta página la información sobre el lugar de avistamiento, la fecha y otros datos.

Bucear con este especie de tiburón atrae al turista y hace que se despierte el interés del aficionado al submarinismo, que se involucre aportando información, que de otra manera los científicos tardarían mucho tiempo en reunir.

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